Balmore Pacheco
Balmore Pacheco

Balmore Pacheco

Director de Egresados y Graduados, Universidad Francisco Gavidia. Estudiante del Doctorado en gestión Pública y Ciencias Empresariales, ICAP.

Nuevas reflexiones sobre el pensamiento de Kenichi Ohmae acerca del nuevo escenario global

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La propuesta de Kenichi Ohmae

Como se indicó en el artículo anterior, Kenichi Ohmae, en la primera parte de su libro “El próximo escenario global. Desafíos y oportunidades en un mundo sin fronteras”, desarrolla un marco de ideas orientadas a demostrar que las reglas económicas, políticas, sociales y corporativas imperantes en los inicios del presente siglo guardan muy poca relación con las que prevalecían 20 años atrás, destacando que el panorama global ha cambiado de manera radical en los últimos tiempos, por lo que para enfrentar con garantía de éxito esa nueva realidad, se requiere que los países formulen un nuevo guion económico y empresarial.

El argumento central de la tesis de Ohmae (2004) es que el próximo escenario global será un mundo entrelazado e interdependiente, caracterizado por economías ya no locales sino globales, en constante movimiento, en las que se encontrarán actores económicos compitiendo por la atracción de los públicos y mercados internacionales. Agrega que ese nuevo panorama implica una ruptura con el tradicional concepto Estado-nación, que está siendo sustituido por el de región-Estado, caracterizado este último por un contexto de economía internacional sin barreas físicas, aduaneras y arancelarias, más bien integrada mediante tecnologías de la información y la comunicación que posibilitan el fluido y veloz intercambio comercial a escala global.

En la segunda parte del libro –objeto del presente análisis– el autor hace un férreo cuestionamiento de cómo la manera en que vemos el mundo, fragmentado en trozos geográficos y políticos, está siendo socavada por la actual economía global, señalando que mientras nuestro pensamiento esté dominado por los atlas del pasado, con sus mapas de continentes salpicados de un conjunto de unidades políticas de distintos colores, la economía global nos resultará extraña y ajena” (K. Ohmae, 2004), agregando que para integrarse a esa nueva dinámica económica y empresarial, es imprescindible deshacerse de las camisas de fuerza que sustenta ese pensamiento. Y es precisamente sobre la base de esta argumentación que Kenichi Ohmae retoma lo que él considera es la estrategia que abrirá un abanico de oportunidades a muchas economías del mundo: la región, como la unidad geográfica y económica más prometedora del nuevo escenario global, alternativa al obsoleto concepto de Estado-nación.

En la tesis del autor poner las regiones en el centro del escenario demanda un radical replanteamiento de la manera en que vemos el mundo, lo que significa que se tienen que desechar muchas de las cómodas y obsoletas ideas, incrustadas firmemente en los ámbitos intelectuales, políticos y culturales. En la línea de generar una nueva forma de ver el mundo y de romper con el modelo de Estado-nación, Kenichi Ohmae identifica tres males endémicos ligados indisolublemente a este modelo, siendo estos: i) la justificación de una burocracia, señalando que sin ella el Estado es como un “tigre de papel”, pues un verdadero Estado debe tener personal a su servicio (policías, soldados, funcionarios aduanales, personal administrativo y de servicio, entre otros.), a quienes desde luego hay que pagarles un salario; ii) el sostenimiento del Estado mediante el cobro de impuestos, que mayoritariamente va a parar al centro, raras veces tiene un efecto redistributivo adecuado y justo; y iii) el proteccionismo mercantil, expresado en un conjunto de regulaciones y aranceles que limitan o excluyen la entrada de productos y servicios de otros lugares. Estos factores, contrarios al concepto de economía abierta, entrelaza e interdependiente, genera economías cerradas e ineficientes, que terminan con la quiebra del Estado mismo, de sus economías y de sus empresas.

Con base en estas argumentaciones, Kenichi Ohmae, reafirma su crítica al modelo centralista y proteccionista, calificándolo de Fetiche Estado-nación, que prometió mucho, pero entregó poco, pues en el mundo de hoy considera que en lugar de favorecer el crecimiento económico y hacer más fáciles las cosas, amenaza con empeorarlas, teniendo el potencial de contener el avance del desarrollo humano mediante una segmentación artificial de los mercados, reiterando que el mundo ha cambiado y que lo requerido en el nuevo escenario global es apertura, flexibilidad e interdependencia en los ámbitos político, económico y empresarial.

¿Por qué la región-Estado?

En el planteamiento del autor, el nuevo escenario global presenta el desafío de buscar nuevas unidades de crecimiento, lo que a su juicio fácilmente puede encontrarse en lo que constituyen las regiones. Aunque es difícil desarrollar una definición precisa y ajustada de la región-Estado, Ohmae (2004) identifica algunos rasgos que son compartidos por aquellas zonas geográficas que han basado su despegue económico apostándole a nuevos centros de crecimiento. El primer rasgo característico es el tamaño de la población, que aunque es importante, no es crucial. Una región debe tener un mercado doméstico de dimensiones suficientemente grandes para atraer inversión interna. El segundo rasgo es la existencia de un aeropuerto internacional y una buena infraestructura vial que funcionen eficientemente para el tráfico internacional de bienes y servicios. Un tercer elemento importante es contar con universidades que gestionen el talento humano y puedan formar trabajadores y profesionales altamente preparados. Un cuarto rasgo que caracteriza a las zonas que han generado nuevas unidades de crecimiento es el rompimiento con ideas xenofóbicas, erradicando las distinciones entre nacionales y extranjeros, así como de leyes y prácticas que limitan la inversión extranjera, la propiedad extranjera y un trato justo a los no nacionales. En este sentido, el autor también destaca que ha dejado de ser importante el lugar donde tiene su sede o casa matriz una empresa. Finalmente, considera que las nuevas unidades de crecimiento económico, las llamadas regiones-Estado, no deben ser solamente un buen lugar para hacer negocios, sino también un sitio atractivo para trabajar y criar a los hijos.

Sobre la base de los rasgos característicos señalados anteriormente, el nuevo escenario global define las regiones-Estado como “una unidad donde se puede crear un ciclo virtual positivo. Cuanto más gente llegue a ella, y cuanto más variados sean sus antecedentes y capacidades, más variada se vuelve la región con el paso del tiempo” (Kenichi Ohmae, 2004).

Obstáculos por vencer

En palabras del autor, el advenimiento y éxito de las regiones-Estado está siendo reconocido en todas partes del mundo. Como respaldo a esta afirmación, Kenichi Ohmae –citando datos del Institute of Management Development– menciona que se ha comenzado a incluir en las listas de competitividad mundial a regiones cuyo crecimiento económico ha sido notable, entre éstas algunas provincias de la India (Maharashtra), Brasil (Sao Paulo), China (Zhejiang), Italia (Emilia Romagna) y otras más.

No obstante este reconocimiento, el autor advierte que el fortalecimiento de las regiones-Estado como centros de crecimiento y prosperidad, deberá enfrentar una gran cantidad de desafíos. En el orden político, señala la resistencia inercial de quienes toman las decisiones en los gobiernos nacionales o centrales a delegar en las regiones la toma de decisiones y el poder, pues la transferencia en la toma de decisiones, especialmente en el área de política económica y comercial, se tiene que llevar a cabo si se quiere que las regiones desarrollen todo su potencial. Asimismo, una vez que las regiones parecen avanzar en el progreso, ello puede despertar envidias en el centro y en otras regiones no tan desarrolladas. Esta envidia puede traducirse en hostilidades para sabotear el éxito de la región progresista, mediante políticas disfrazadas de buenas intenciones, o bien poniendo frenos a la autonomía local, incluso mediante el uso de la fuerza. 

Sin duda, al igual que los ejemplos citados de India, Brasil, China e Italia, existen en el mundo muchas otras regiones-Estado potencialmente prósperas, pero que antes de alcanzar el crecimiento y la prosperidad reales, deberán enfrentar y superar grandes desafíos. Para ello –siempre  en palabras del autor– la motivación y el hambre de tener éxito, son clave para el progreso y la incorporación al nuevo escenario global. 

Cómo integrarse al nuevo escenario global

Una de las características de cualquier región prometedora es la flexibilidad, lo que supone que se tenga la voluntad de no quedar atrapado en los viejos dogmas y paradigmas del pasado, y de ser necesario, tener la capacidad de reinventarse para integrarse a la cambiante economía global. Esta capacidad de recrearse por lo general sigue una lógica gradual, mediante pequeñas, progresivas y cómodas mejoras. Pero cualquiera que sea la dinámica de mejora, para que esta se produzca, requiere –según lo argumenta el autor– del desarrollo de un conjunto de plataformas en las que se asiente el progreso y desarrollo de la región. 

La primera de estas plataformas es disponer de un marco jurídico que proteja la propiedad intelectual, pues las empresas evitarán las zonas donde corran el peligro de ser defraudados, por lo que la provisión de sólidas leyes que protejan la propiedad intelectual se vuelve completamente necesaria para la atracción de inversión. La segunda de las plataformas es la disponer de una robusta infraestructura tecnológica, que es vital para facilitar a las empresas y a los individuos la comunicación entre si, con el fin de hacer las cosas más rápidamente y con mayor eficiencia. La tercera de las plataformas es el idioma inglés, a la cual se han subido los países comprometidos con el nuevo escenario global, comprendiendo que este idioma es la lengua de los negocios, lo cual han entendido países como la República Popular China, Japón, Singapur e India, entre muchos otros, con grandes cantidades de población que además de hablar el idioma natal también han aprendido el inglés. La cuarta de las plataformas es la del dólar estadounidense, que por razones históricas y prácticas es el medio preferido de pago en el comercio mundial.  

Kenichi Ohmae (2004) plantea que por ahora son estas las plataformas vigentes, pero con el tiempo desaparecerán algunas y surgirán nuevas, siendo el desafío para todos aquellos que actúan en el escenario global, entender su importancia y ser capaces de utilizarlas de la manera más rápida y efectiva que sea posible. Quienes quieran ascender a la nueva dinámica económica mundial, necesariamente tendrán que hacerlo usando como eslabón estas y nuevas plataformas que irán surgiendo. 

Complementariamente a estas plataformas, las economías que se integren al escenario global, deberán adherirse a prácticas de subcontratación externa para procesos de negocio (BPO por sus siglas en inglés), ya sea transfiriendo operaciones funcionales al extranjero, o bien reubicando trabajo de apoyo e indirecto de actividades administrativas a otros países, siendo ambas modalidades fuentes importantes de ahorro para las empresas. 

Los beneficios

Para Kenichi Ohmae las economías que se han abierto al nuevo escenario global, transitando de la concepción de Estado-nación a la de región-Estado, que han asumido el reto de alzarse en las plataformas del progreso y desarrollo, que se han adherido a las modalidades de subcontratación BPO, y en general, que han sido capaces de entrelazar sus economías con el entorno global, sin duda han generado enormes beneficios para su ciudadanía. Los indios poseen ahora más automóviles nuevos que antes, han comenzado a surgir  en la India grandes centros comerciales donde se vende de todo, similar situación se observa también en China y otras economías que han emergido gracias a su integración al entorno global. Para el 2004 más de un millón de ciudadanos indios estaban ya empleados  en el sector BPO y seguramente la cifra ha aumentado a esta fecha. Lo que es más importante, la economía global está contribuyendo a que India salga de la pobreza crónica que desde el modelo Estado-nación no pudo resolverse en toda la segunda mitad del siglo pasado. 

La subcontratación BPO ha permitido a sociedades del tercer mundo la oportunidad de disfrutar de estándares de vida del mundo desarrollado, las que a juicio del autor son sostenibles. El establecimiento de instalaciones BPO en Centroamérica y Flilipinas son ejemplos sobresalientes de los beneficios del entorno global en la calidad de vida de las poblaciones. En esta línea, concluye el autor, que los sobrevivientes del nuevo entorno global serán aquellos que sean capaces de realinear sus sistemas de negocios, optimizando globalmente sus capacidades más allá de sus fronteras. 

Análisis del pensamiento de Kenichi Ohmae

El férreo cuestionamiento que Kenichi Ohmae hace acerca de cómo la manera en que vemos el mundo y las ataduras a modelos de pensamiento arcaicos y obsoletos del Estado-nación, permite reiterar la formidable capacidad prospectiva del autor, pronosticando eventos y dinámicas económicas, políticas y culturales que hoy en día son una realidad. Con la misma contundencia que el autor cuestiona los paradigmas del Estado-nación, plantea argumentos que sustentan lo que él considera es la estrategia que abrirá el abanico de oportunidades a muchas economías del mundo: la región, definida esta como la unidad económica más progresista y prometedora para la integración al nuevo escenario global. 

De allí, que además de la voluntad de no quedar atrapado en los viejos dogmas y paradigmas del pasado, los países deberán tener la capacidad de reinventarse y escalar –según lo argumenta el autor– a un conjunto de plataformas en las que se asienta el progreso y desarrollo económico y comercial. Asimismo, deberán adherirse a las modalidades de subcontratación BPO, entrelazando sus economías con el entorno global, cuya práctica, siempre en palabras del autor, ha generado enormes beneficios a las ciudadanías. 

Si bien Kenichi Ohmae plantea un escenario de provecho para aquellas economías que asuman los retos y desafíos del nuevo escenario global, también reconoce que antes de alcanzar el crecimiento y la prosperidad deseada, las regiones deberán enfrentar y superar grandes obstáculos, para lo cual la motivación y el hambre de tener éxito serán de capital importancia. 

Reflexiones finales

  • Si bien la apuesta para la integración al nuevo escenario global y al goce de sus beneficios  implica el desarrollo de un conjunto de plataformas (marco jurídico que garantice el respeto a la propiedad intelectual, desarrollo de infraestructura tecnológica, dominio del inglés por la población, uso del dólar como moneda de comercio internacional, entre otras), por qué países que han logrado avances importantes en esa materia aún no logran el progreso y crecimiento pronosticado. Al respecto, según datos de la OCDE (2017), del año 2000 a la fecha únicamente seis países han ingresado a la referida organización que aglutina a los países más desarrollados del mundo. Sin duda una cifra bastante modesta y muy por debajo de las expectativas deseadas. 

 

  • Si bien la adhesión a prácticas de subcontratación externa para procesos de negocio (BPO), constituye una de las apuestas del autor para la integración de las economías al nuevo escenario global, la realidad es que estás prácticas aún no revelan resultados contundentes de beneficio para las economías, especialmente para las de los países receptores de inversión extranjera. Tal es el caso de la maquila en El Salvador, un sector de amplio crecimiento en los últimos 20 años, con aportes significativos al Producto Interno Bruto del país, pero con una deuda social enorme expresada en bajos salarios, condiciones de trabajo poco dignas, violaciones a los derechos laborales, incluyendo malos tratos y vejámenes especialmente a mujeres. Por lo anterior cabe preguntarse, si los beneficios del modelo de subcontratación BPO representan una verdadera contribución a la reducción de la brecha entre economías desarrolladas y economías no desarrolladas, o bien esa brecha se está ampliando con esta práctica de contratación.  

 

  • Por otra parte, también cabe preguntarse si ese nuevo escenario global conocido como la globalización, es un modelo que le apuesta al rompimiento de fronteras, de barreras arancelarias, al abandono de ideas xenofóbicas, a la erradicación de las distinciones entre nacionales y extranjeros, por qué la economía más desarrollada del mundo (los Estaos Unidos de América), en los últimos meses con la llegada del presidente Donald Thrump a la Casa Blanca– el proceder ha sido contrario a esos preceptos,  arreciando las barreras fronterizas y arancelarias para proteger la producción nacional y un claro apoyo a movimientos supremacistas, racistas y xenofóbicos, particularmente en contra de algunas culturas y regiones del mundo, incluida América Latina. 

 

  • En tal sentido, se reitera la duda epistemológica planteada luego de la lectura de la primera parte del libro de Kenichi Ohmae, en el sentido de preguntarse si este nuevo escenario global es el deseable en términos de constituir una alternativa que permita reducir los niveles de inequidad entre los países y sus poblaciones. Lo anterior considerando que los niveles de crecimiento económico y desarrollo social a escala mundial no siempre han sido los esperados, particularmente en las economías de los países no desarrollados, con lo que podría pensarse que este modelo económico global lo que está haciendo es perpetuando y reproduciendo las históricas desigualdades e inequidades existentes entre países desarrollados y no desarrollados. 

Bibliografía

  1. Morán, Roberto y Pacheco, Rolando. (2017). Estados Unidos con Trump-Análisis geopolítico y geoeconómico y propuesta de mejora. Ensayo en el marco del curso Geopolítica, comercio y negocios, Doctirado en Gestión Pública y Ciencias Empresariales. ICAP. Costa Rica. 

 

  1. OCDE. (2017). Miembros y socios recuperados de: www.ocde.org 

 

  1. Ohmae, Kenichi. (2004). El próximo escenario global. Desafíos y oportunidades en un mundo sin fronteras. Verticales de bolsillo management. España. 

 

  1. PNUD (2013). Informe sobre desarrollo humano El Salvador 2013. Imaginar un nuevo país. Hacerlo posible. Diagnóstico y propuesta. El Salvador: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.