Susana Joma
Al menos 20 colegios salvadoreños podrían no abrir en 2025
La educación privada, al igual que la pública, enfrenta desafíos cada vez más grandes. Según el presidente de la Asociación de Colegios Privados (ACPES), Javier Hernández Amaya, desde el año 2020, “los colegios se han ido muriendo con más velocidad de como venían muriendo antes”. Los últimos datos del Ministerio de Educación (MINED) sobre colegios privados, emitidos en 2018, indican que había 1,009 a nivel nacional. La ACPES, según Hernández, tiene 555 colegios socios a la fecha.
El representante de la ACPES, durante una entrevista con Disruptiva Media, señaló que “en todo el país hay 20 colegios que pudieran no abrir en el año 2025”, tal como indican los reportes que la gremial recibió en un sondeo que realizó en octubre.
Uno de los centros que dejaría de operar es el Colegio Denver, de San Salvador. La mencionada institución en julio pasado notificó a los padres de familia su decisión de cerrar operaciones en 2025. El comunicado entregado también sugería buscar cupo en otros centros, esto cumpliendo lo establecido por el Ministerio de Educación (MINED).
En la nota escrita por las autoridades del Denver, el colegio señaló sus 31 años de funcionamiento y les agradeció la confianza que depositaron en el centro de estudios; igual mencionaron que desde meses atrás tenían en promesa de venta el inmueble donde han funcionado y que se haría efectiva a finales de este año. Se trató de contactar a la directora de la mencionada institución para hacerle una entrevista sobre la situación y la historia del centro educativo, pero no respondió un mensaje que se le dejó vía chat.
“El Denver es un hecho y tengo permiso para decir que ya cerró. Ha sido un colegio muy destacado, por agarrar un ejemplo de colegio, y como él muchos colegios que antes cerraron y van a seguir cerrando tienen trayectorias envidiables, nos representaron en deportes, nos representaron en arte, nos representaron en competencias de conocimientos. Es lamentable que así como los vieron abrir, los vean cerrar”, explica Hernández.
Del total de colegios que expresaron su intención de no dar servicio el próximo año 15 están ubicados en San Salvador y La Libertad, 5 entre el oriente y occidente del país, dijo. La cifra de centros que podrían dejar de operar para el 2025 están por arriba de los 10 reportados para este año.
Extraoficialmente, al hacer consultas entre docentes de La Libertad, se conoció que otro colegio que ya no operaría el próximo año es el Instituto San Andrés (ISA), de Ciudad Arce. Este no recibió alumnos nuevos este año y el 15 de noviembre recién pasado graduó su última promoción. Aunque su sitio web en internet parece que ya no está habilitado, la información aún disponible en su cuenta de Facebook muestra que brindó bachillerato general con diplomados en agropecuario, turismo y salud. Este colegio, creado allá por 1985, es recordado como una institución muy destacada en la formación de jóvenes de esa zona, becó a muchos de ellos, incluso varios graduados tuvieron becas para estudiar en otras instituciones de educación superior, como el Zamorano.
Hernández, quien dirige un colegio de Apopa, sostiene que esa cifra de centros que se inclinan a cesar actividades podría modificarse en enero, debido a que a última hora algunos deciden continuar. A pesar de que hay colegios que cierran, incluso muchos de gran trayectoria, también hay otros que van naciendo, sobre todo algunos enfocados en atención de la primera infancia.
El representante de la ACPES estimó que para este año ese sector tuvo alrededor de 200 mil estudiantes, tanto de colegios calendario nacional como internacional. La cifra de alumnos fue, según detalló, levemente mayor que el año pasado, es decir solo 1% más.
Sobre la deserción en este sistema educativo, también estimó que en 2024 ha sido menor del 1 %, pero ve positivo que fue menor a la del año anterior. “El año pasado llegamos hasta el 4 % (de tasa de deserción) en San Salvador y La Libertad, y del 1% al 3 % en la parte de oriente y occidente. El ausentismo se manejó en los mismos números. O sea, el ausentismo y la deserción no fueron de dolor de cabeza en 2024 (para los colegios)”, señala.
La deserción y retiro de estudiantes, tal como plantea, se da más en el tercer ciclo de Educación Básica y Educación Media, vinculado a los problemas económicos que se están reflejando en los hogares por lo cual muchos padres cambian a los alumnos hacia otros centros públicos, o los jóvenes dejan de asistir para buscar un empleo y en otros casos irse del país en busca de una fuente de ingreso, pues contrario a lo que se cree en los colegios hay alumnos que provienen de familias de bajos recursos.
Factores que inciden en los cierres
Al abordar las causas de la desaparición de colegios privados Hernández Amaya señaló que cuando, desde la gremial, consultan el porqué de los cierres en la mayoría de los casos les dicen que las razones son financieras, dado que están sin la posibilidad de acceder a créditos blandos, ni tampoco reciben auxilio de las autoridades competentes. “La banca privada, al contrario de darle una cartera de créditos especial para colegios, no la tiene, incluso Bandesal fue una cosa muy mínima de como apoyó a los colegios y después dejó de apoyarlos, y que es un banco nacional”, agrega.
El presidente de la ACPES argumentó que los colegios también enfrentan problemas financieros porque la clientela que tienen está muy acostumbrada a no cancelar sus compromisos de pagos de cuotas y matrículas, los cuales adquirieron al matricular a sus hijos en estos centros. Esta situación se da, según indica Hernández Amaya, porque los padres se amparan en que el Estado los respalda a través de la legislación que ha generado.
“Vaya, si usted está en manos de padres de familia responsables, que no le fallan con el pago de cuotas y matrículas tiene un colegio robusto, puede cumplir con sus compromisos como colegio, pero si estos padres de familia, algún porcentaje se acomoda a las leyes que les dan libertades de no pagar, aun recibiendo el servicio, aun consumiendo el servicio, o que paguen cuando quieran pagar, entonces quiebran un colegio privado”, explica.
Otra situación que la gremial ha identificado que está incidiendo en el cierre de colegios es que muchos de sus dueños, y los miembros de las juntas directivas, ya son adultos mayores y optan por esa medida, debido a que sus hijos u otros miembros de la familia tienen otros proyectos de vida, además, no están interesados en continuar con esos proyectos educativos tras saber los apuros que pasan sus padres para hacer la labor educativa.
Asegura que a estos problemas se suma el hecho de que el sistema privado, al igual que el público, lidia con tres situaciones: una es la reducción de población en edad escolar, el otro la migración y la desvalorización de la educación entre padres y estudiantes. En el primero de los casos es porque las tasas de natalidad en el país han descendido, algo que considera se evidencia con el hecho de que en la vida cotidiana se ven menos mujeres embarazadas a nuestro paso.
“Si usted ve las estadísticas de natalidad de 1992 al año 2020 están en una frecuencia distinta, pero en descendencia de la natalidad, cada año menos, menos, menos. Entonces en igual comportamiento se ve lo que es el tema migratorio, cada año más, más, más se van del país. Entonces usted tiene dos grifos de escape de estudiantes, los que no nacen y los que se van del país”, afirmó, al tiempo de señalar como muchos jóvenes no quieren tener hijos porque están desalentados por la situación económica.
Cuando habla de la desvalorización de la educación se refiere a que los estudiantes y sus padres están perdiendo interés por la formación académica, debido a que una vez graduados se enfrentan con la falta de oportunidades de empleo y desarrollo en el país, lo cual en parte se traduce en deserción del sistema educativo.
“Tenemos egresados de educación básica que no se matriculan en la educación media, porque ven que igual le va (económicamente) a un joven que ha egresado de noveno grado, con algún oficio que puede hacer y ganar (dinero), que a un joven que ha egresado de bachillerato. Entonces esa desvalorización de la educación desmotiva, poque no hay prioridad para el padre de familia, ni para la madre de familia, ni para el estudiante”, indica.
En este contexto también menciona que hay un sector de jóvenes que no le apuestan a cursar estudios formales a lo largo de su vida, porque están enfocados en prepararse para dominar herramientas que le permitan tener éxito financiero con temas como el bitcoin o la bolsa de valores, tanto de forma autodidacta como con asesoría de otras personas que encuentra en las redes.