Carlos M. Hernández Suárez
Carta para Donald Trump
- ,
- , Disruptores
Colima, México, Enero 2, 2025
Sr. Presidente electo,
Europa necesita energía para calentar los hogares y para producir bienes y servicios. Si el gas ruso no llega, se lo comprará a Estados Unidos (como sucede hoy), y si el gas de Estados Unidos no llega, Europa reforzará su programa de energía nuclear. Y, quién sabe, esos europeos son un poco creativos; apuesto a que, si se ven forzados, en diez años pasarán de la fisión a la fusión, relegando a Estados Unidos a lo que era antes de la Segunda Guerra Mundial. La producción sigue a la demanda, y no al revés.
Soy un científico mexicano. Mi educación proviene de México; mi entrenamiento, de Estados Unidos. Sé perfectamente que las drogas que se producen en Latinoamérica tienen una alta demanda en Estados Unidos. Si se abaten los campos de marihuana y coca, la demanda cambiará, como ya está sucediendo, a las drogas sintéticas. Latinoamérica continuará produciendo lo que Estados Unidos demande. Si, por un milagro, se lograra evitar la entrada de drogas a Estados Unidos hoy, mañana la producción sería casera. Walter White ya nos enseñó que el fin justifica los medios. Hay que recordar que, en esa serie, el héroe no es el policía, cuyo nombre pocos recuerdan.
La clave para vencer a las drogas no es la fuerza; es la paciencia. Se requieren cambios paulatinos, principalmente a través de la educación. Usted debe saber esto: a nadie se le ha forzado a consumir drogas; siempre ha sido una elección. Esa elección, incluso en el caso de la crisis de opioides recetados en Estados Unidos, fue motivada por la falta de información de los usuarios, es decir, fueron engañados. Debemos aprovechar esta realidad para, mediante un programa a largo plazo, influir en la siguiente generación.
Entiendo que sus drones en Arizona, Nuevo México y Texas pueden alcanzar casi cualquier parte del territorio mexicano. Esto tendría un efecto inmediato: el aumento del precio de las drogas y el cambio a la producción interna. Lamentablemente, no existe nada ni nadie tan poderoso en este planeta —ni hombre, ni país ni tecnología— que disminuya drásticamente el consumo de drogas de un año para otro.
Destine el presupuesto que tiene planeado para combatir la producción de drogas al combate del consumo de drogas en su país, enfocándose en la educación. De este modo, a todos, en ambos lados de la frontera, nos irá mejor.
Le deseo suerte para el año 2025 y el resto de su período presidencial.
Colima, México, January 2, 2025
Mr. President elect,
Europe needs energy to heat homes and to produce goods and services. If Russian gas is unavailable, it will be bought from the United States (as is happening today). If gas from the United States becomes unavailable, Europe will strengthen its nuclear energy program. And who knows? Europeans are quite creative; I bet that if forced, in ten years they could move from fission to fusion, relegating the United States to what it was before World War II. Production follows demand, not the other way around.
I am a Mexican scientist. My education comes from Mexico, and my training comes from the United States. I know perfectly well that the drugs produced in Latin America are in high demand in the United States. If marijuana and coca fields are eradicated, the demand will shift— as it is already doing— to synthetic drugs. Latin America will continue to produce whatever the United States demands. If, by some miracle, the entry of drugs into the United States were stopped today, tomorrow the production would be domestic. Walter White already showed us that the end justifies the means. It’s worth remembering that, in that series, the hero was not the cop—whose name few remember.
The key to defeating drugs is not force; it is patience. Gradual changes are needed, primarily through education. You should know this: no one has ever been forced to use drugs; it has always been a choice. That choice, even in the case of the opioid prescription crisis in the United States, was driven by a lack of information on the part of users—in other words, they were deceived. We should leverage this reality to influence the next generation through a long-term program.
I understand that your drones in Arizona, New Mexico, and Texas can reach almost any part of Mexican territory. This would have an immediate effect: an increase in drug prices and a shift to domestic production. Unfortunately, there is nothing—and no one—so powerful on this planet—not a man, a country, or technology—that can drastically reduce drug consumption from one year to the next.
Allocate the budget you plan to use for combating drug production to addressing drug consumption in your country, with a focus on education. This way, everyone on both sides of the border will be better off.
I wish you the best for 2025 and the remainder of your presidential term.