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 2706-5421

Calidad 01

Costo de calidad ¿Oportunidad o Consecuencia?

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María Gabriela Sorto Rebollo / Job David García Portillo

INTRODUCCIÓN

En el escenario empresarial actual, diferenciarse de la competencia no es solo una necesidad, sino una cuestión de supervivencia. Lo complejo que resultan ser los mercados globalizados nos obligan a reflexionar profundamente sobre dos pilares cruciales: la reducción de costos y la mejora continua de la calidad. Estos elementos no son meramente técnicas operativas, como se suele creer, sino que son los cimientos mismos que sustentan la esencia de las organizaciones modernas. La calidad en la producción ha evolucionado, transformándose en un imperativo vital que define el éxito de una empresa. Una producción de alta calidad no solo garantiza la satisfacción del cliente, sino que también fortalece la reputación de la empresa y amplía su participación en el mercado. Ahora bien, esta noble aspiración a menudo se enfrenta al desafío de los costos, y es aquí donde la alquimia empresarial debe garantizar que cada inversión para que la calidad se traduzca en un ahorro real y tangible.

La calidad, en su sentido más profundo, es una promesa cumplida. Es un compromiso silencioso que respalda cada producto, cada servicio, asegurando que estos no solo satisfacen, sino que superan las expectativas del cliente. Para alcanzar este nivel de excelencia, es primordial comprender el concepto de «costo de calidad». Este término, aunque suele leerse bastante técnico en apariencia, básicamente abarca todos los costos asociados a la obtención y mantenimiento de la calidad en los productos y servicios. Lo que conlleva comprender y gestionar el costo de calidad permite a las empresas implementar estrategias que no solo aseguren productos y servicios de alta calidad, sino que también mejoren la eficiencia operativa para que generen ahorros significativos.

Dichas estrategias incluyen inversiones en prevención de defectos, evaluaciones continuas y mejoras en los procesos productivos. En un mundo ideal, la perfección sería innata; pero en  nuestra realidad, es el resultado de un esfuerzo con total conciencia y constancia. Al optimizar el costo de calidad, las empresas pueden reducir desperdicios, minimizar errores y evitar los costos asociados con fallos y retrabajos. Esta optimización no es solo una cuestión de números; es una filosofía que, en última instancia, se traduce en una mayor rentabilidad y competitividad en el mercado.

Este ensayo pretende explorar las profundidades de estos conceptos, esclareciendo cómo la calidad es, en efecto, la mejor inversión que una empresa puede hacer. No solo se trata de una cuestión operativa, sino una declaración de principios, un manifiesto de excelencia en un mundo donde la mediocridad parece ser lo que la mayoría acepta. Es un viaje hacia la comprensión de cómo la calidad, en todas sus facetas, define y moldea el éxito empresarial.

DESARROLLO

En primera instancia, es importante definir el concepto del costo de calidad. Este es un concepto pleno que abarca todos los costos asociados a la obtención y mantenimiento de la calidad en los productos y servicios. Según López Alcántara, el costo de calidad se divide en cuatro categorías principales: costos de prevención, costos de evaluación, costos de fallos internos y costos de fallos externos. (López Alcántara, M. B., & Gómez Agundiz, X., 2018). Los costos de prevención se refieren a las inversiones realizadas para evitar defectos, tales como la capacitación del personal y el mantenimiento preventivo de equipos. Los costos de evaluación son aquellos relacionados con la inspección y pruebas para asegurar que los productos cumplan con los estándares de calidad. Los costos de fallos internos se dan cuando se detectan defectos antes de que el producto llegue al cliente, mientras que los costos de fallos externos ocurren cuando los defectos son descubiertos por el cliente, lo cual puede resultar en devoluciones, reparaciones y pérdida de reputación.

El concepto de “costo de calidad” ha experimentado una evolución completamente significativa a lo largo del tiempo, reflejando cambios en las prácticas empresariales y en la comprensión de la calidad. Inicialmente, la calidad se veía principalmente como un problema técnico relacionado con la inspección de productos terminados para detectar defectos. Este enfoque reactivo significaba que los costos de calidad se asociaban principalmente con la detección y el retrabajo de productos defectuosos. Con base a lo que López Alcántara describe, dice que estos costos se consideraban necesarios para mantener un estándar básico de calidad, pero no se relacionaban directamente con la eficiencia operativa o la satisfacción del cliente, haciendo de la calidad un concepto completamente básico sin nada de profundidad. (López Alcántara, M. B., & Gómez Agundiz, X., 2018).

Con el tiempo, esta visión limitada fue expandiéndose para incluir una comprensión más holística o tal vez integral en cuanto a la calidad en todas las fases del ciclo de vida del producto. Es por ello, que  la calidad se convirtió en un proceso más complejo y se reconoció la importancia de prevenir defectos, ya que esto era más eficiente y menos costoso que corregirlos después de que ocurrían. Este cambio de paradigma o patrón permitió a las empresas reducir significativamente los costos asociados con la mala calidad y mejorar la satisfacción del cliente. (Ishikawa,1986).

Después, el enfoque cambió nuevamente y se introdujo la idea de que la calidad no solo se aplica a los productos finales, sino que ya incluye todos los procesos internos, empezando por el diseño, su desarrollo hasta la entrega y el servicio postventa. Esta filosofía ha contribuido a lograr una mayor eficiencia operativa y a reducir los costos totales de calidad mediante la eliminación sistemática de desperdicios y la optimización de los procesos.

La calidad, entonces, es así como se convierte en una promesa cumplida en cada etapa de la producción y la entrega. En cada paso, desde el primer boceto hasta el último servicio postventa, la calidad debe ser una presencia constante, un vigilante silencioso que asegura la excelencia. La adopción de esta filosofía ha permitido a las empresas a no solo reducir costos, sino también construir relaciones de confianza con sus clientes, quienes saben que pueden esperar consistencia y fiabilidad.

Hoy por hoy, la calidad se considera un factor estratégico y competitivo crucial. Las empresas reconocen la importancia de la calidad y como esta misma puede proporcionar una ventaja competitiva sostenible mejorando la eficiencia, reduciendo costos y aumentando la satisfacción del cliente. La calidad ahora se compone en la estrategia empresarial global y se utiliza como una herramienta para diferenciarse en el mercado. (Hoyle, 2009). En este sentido, la calidad no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr una diferenciación duradera y significativa en un mercado sobresaturado de opciones.

Estamos al corriente que, las empresas modernas utilizan sistemas avanzados de gestión de calidad, como la implementación de normas ISO 9001 o Six Sigma, para asegurar que los estándares de calidad sean consistentes y se mantengan a lo largo del tiempo. Estos sistemas no son solo marcos operativos, sino filosofías de gestión que promueven una cultura de mejora continua. Es así, como a través de estos sistemas, las empresas pueden establecer procesos robustos que no solo cumplen con los estándares actuales, sino que también están preparados para adaptarse y evolucionar con los cambios del mercado y las expectativas del cliente, que está en constante cambio.

Finalmente, la integración de la calidad en la estrategia empresarial no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también fortalece la relación con los clientes. En el área de restaurantes se conoce que un cliente volverá siempre y cuando recibió todas las satisfacciones necesarias y una atención plena. Es por ello, que el compromiso con la calidad es un compromiso con el cliente, y este compromiso se traduce en lealtad y satisfacción. Al final del día, la calidad es más que una ventaja competitiva; es una declaración de respeto hacia el cliente y hacia uno mismo como organización. Siendo el respeto la base de toda la sostenibilidad humana.

COSTO DE CALIDAD

Ahora bien, para poder ampliar este concepto, es necesario desglosarlo en cuatro categorías principales: costos de prevención, costos de evaluación, costos de fallos internos y costos de fallos externos. Cada una de estas categorías desempeña un papel importante en la gestión de la calidad y contribuye de manera distinta al costo total de la calidad en una empresa o institución:

  1. Costos de Prevención

Los costos de prevención hacen referencia a las inversiones que se realizan para evitar la aparición de defectos y problemas de calidad en los productos y servicios. Dichas inversiones son proactivas y están diseñadas para asegurar que los procesos de producción y los productos finales cumplan con los estándares de calidad desde el principio. Según López Alcántara, estos costos incluyen:

Capacitación y formación del personal: Programas de formación para asegurar que los empleados conozcan, comprendan y apliquen los principios y procedimientos de calidad.

Planificación y desarrollo de procesos: Diseñar y mejorar los procesos para minimizar la variabilidad y asegurar la consistencia de los productos o servicios.

La inversión en prevención puede parecer costosa al inicio, pero a largo plazo puede resultar en una reducción significativa de los defectos y, por ende, de los costos asociados con la corrección de problemas. Es como sembrar una semilla que, con el tiempo, dará frutos abundantes. En el área empresarial, esta previsión es una señal de sabiduría y visión a largo plazo. Si se quiere ver de esa manera. (Deming, 1989).

  1. Costos de Evaluación

Los costos de evaluación son aquellos costos que van  asociados a la medición y monitoreo de la calidad para asegurar que todos los productos y procesos cumplan con los estándares establecidos. Estos costos son muy necesarios para identificar posibles problemas de calidad antes de que los productos lleguen al cliente. Aunque estos costos pueden ser elevados en etapas iniciales, pero, aun así, son esenciales para detectar y corregir problemas de calidad antes de que se conviertan en fallos mayores.

La evaluación constante es como la mirada atenta de un artesano que, en cada detalle, busca la perfección. De no hacerlo, lo que está realizando o si pierde la concentración pierde el objetivo que pretende lograr, la pieza final. Estos costos, aunque pueden parecer fatigosos, resultan ser la garantía de que el producto final será digno de la confianza y satisfacción del cliente. (Juran, 2001).

  1. Costos de Fallos Internos

Los costos de fallos internos se generan cuando es posible detectar defectos antes de que los productos o servicios lleguen al cliente. Pero, estos defectos pueden ser descubiertos durante el proceso de producción o mediante actividades de control de calidad. Algunos costos de este tipo pueden ser volver a realizar el trabajo, desechos, paradas de producción, análisis de fallos, etc.

Aunque los fallos internos no afectan directamente al cliente, representan un costo significativo para la empresa debido a la pérdida de tiempo, materiales y recursos. Identificarlos y atenderlos con prioridad es crucial.

En este proceso, cada error interno es una oportunidad de aprendizaje, una lección que, si se asimila bien, puede evitar errores futuros y mejorar continuamente el proceso de producción. (Ishikawa, 1986).

  1. Costos de Fallos Externos

 Los costos de fallos externos son los más críticos, esto se debe, a que se producen cuando los productos defectuosos llegan al cliente. Estos costos pueden tener un impacto completamente negativo que afecte considerablemente en la satisfacción del cliente y la reputación de la empresa. Los costos de fallos externos pueden incluir devoluciones, reparaciones y pérdida de reputación, y son devastadores para una empresa que no prevea este tipo de cosas.

Estos costos no solo implican gastos directos significativos, sino también daños a la imagen y confianza del cliente. Es una herida que, aunque puede sanar, siempre dejará una cicatriz. Hablando que en la mayoría de las ocasiones la primera impresión es la que cuenta. La empresa deberá esforzarse por minimizar estos fallos a través de un enfoque proactivo en la gestión de la calidad, ya que la confianza perdida es difícil de recuperar y puede tener repercusiones a largo plazo. Incluyendo esa reseña de boca en boca que resulta ser más prejudicial que otros aspectos. (Harrintong, 1998).

EJEMPLOS DE TOMA DE DECISIONES

  1. Decisión sobre la inversión en capacitación

Pensemos en una empresa manufacturera que detecta un incremento en los defectos de sus productos. La dirección decide invertir en un programa intensivo de capacitación para los empleados. A primera vista, el costo de este programa parece alto, pero la decisión esta basada en el análisis de que la capacitación mejorará la competencia técnica del personal, así, reduciendo los errores en la producción. Al implementar este programa, la empresa no solo esta disminuyendo sus costos de fallo interno a largo plazo, sino que también aumenta la satisfacción del cliente al mejorar la calidad de los productos a entregar.

  1. Decisión sobre la adquisición de equipos avanzados

Una empresa de tecnología enfrenta fallos recurrentes en sus productos debido a equipos obsoletos. Al realizar el análisis detallado, la dirección decide invertir en nuevas máquinas con tecnología más avanzada que garantizaran una mayor precisión y consistencia en la producción. Aunque el desembolso inicial es considerable, la decisión se justifica por la reducción en los costos de fallos internos y eternos. La nueva tecnología disminuye la cantidad de productos defectuoso, reduce las devoluciones y mejora la percepción de la calidad de la marca dentro de los consumidores.

3.Decisión sobre la implementación de un sistema de gestión de calidad

Una empresa de servicios financieros se encuentra con quejas frecuentes de sus clientes sobe errores en los informes La dirección decide implementar un sistema de gestión de calidad ISO 9001. Esta decisión, aunque parece ser costosa en términos de tiempo y recursos, se basa mas que todo en la necesidad de estandarizar y mejorar los procesos internos para reducir los errores. A largo plazo, la implementación de este sistema no solo mejora la precisión y confiabilidad de los servicios, sino que también fortalece la confianza del cliente, aumentando la lealtad y las recomendaciones positivas.

4.Decisión sobre la mejora continua

Un restaurante observa que sus competidores están aumentado su afluencia de clientes debido a la percepción de mayor calidad en sus productos. La dirección decide adoptar la metodología Six Sigma para la mejora continua de sus procesos. Esta decisión implica la formación de equipos especializados en identificar y eliminar defectos y variabilidades en la producción. Aunque el proceso de implementación es exhaustivo y requiere una inversión significativa, la decisión se toma con la expectativa de que, a largo plazo, la empresa no solo mejorara la calidad de sus productos sino también optimizara sus costos operativos, resultando en una mayor competitividad en el mercado.

CONCLUSIÓN

El costo de calidad no solamente es una métrica esencial para entender el impacto económico de las actividades de calidad, sino que también es una herramienta estratégica para la toma de decisiones en las empresas. La adecuada implementación y cuantificación de los procedimientos de calidad permiten a las organizaciones mejorar su eficiencia operativa, reducir costos y aumentar su competitividad en el mercado. En última instancia, la inversión en calidad se traduce en ahorros significativos y una mayor satisfacción del cliente, lo cual es esencial para el éxito a largo plazo.

La calidad no es solo un conjunto de técnicas y procedimientos; es una filosofía de vida. En cada detalle, en cada proceso, se refleja la esencia de la empresa y su compromiso con la excelencia. Al final del día, la calidad es una declaración de principios, una afirmación de que se valora el trabajo bien hecho y se respeta al cliente. Es por ello, en una profunda reflexión sobre la condición humana, debemos reconocer que la búsqueda de la calidad es una búsqueda de sentido y propósito, una lucha constante contra la mediocridad y la indiferencia.

En el complejo mundo de los negocios, el costo de calidad es un faro que guía a las empresas hacia un futuro más brillante y prometedor. Cada inversión en prevención, cada evaluación rigurosa, es una semilla plantada en el terreno fértil de la excelencia. Y aunque los costos pueden parecer elevados, los frutos que se cosechan son abundantes y duraderos. Se conoce, que todo aspecto en la vida y en el mundo de los negocios si no se tienen bases sólidas que sostengan los objetivos, solamente es un frágil ideal que se quiere mantener a lo largo del tiempo sin disciplina, orden y dedicación.

Finalmente, la calidad es más que una ventaja competitiva; es una forma de vida. En cada acción, en cada decisión, en cada detalle, se reflejará un compromiso inquebrantable con la excelencia. Y es este compromiso el que, al final del día, define el éxito de una empresa. Sin compromiso, sin disciplina, sin ninguna herramienta sólida, el fracaso es innegable. Y en un mundo donde la mediocridad es la norma, la calidad es una declaración audaz hasta cierto punto anárquica y valiente de que la excelencia es posible y que vale la pena luchar por ella.

BIBLIOGRAFÍA 

  • López Alcántara, M. B., & Gómez Agundiz, X. (2018). Gestión de costos y precios. Primera edición e-book. México.
  • Juran, J. M. (2001).*Manual de calidad de Juran*. McGraw-Hill Interamericana.
  • Ishikawa, K.(1986).*¿Qué es el control total de la calidad? La modalidad japonesa*. Editorial Norma.
  • Hoyle, D (2009). *Manual de sistema de gestión de la calidad ISO 9000*. Butterworth-Heinemann.
  • Crosby, P. B. (1995). *La calidad no cuesta: el arte de cerciorarse de la calidad*. McGraw-Hill Interamericana.
  • Deming, W.E (1989). *Calidad, productividad y competitividad: la salida de la crisis*. Ediciones Díaz de Santos.
  • Harrintong, H. J. (1998). *Mejoramiento de los procesos empresariales: un enfoque practico*. McGraw-Hill Interamericana.

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