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 2706-5421

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Ricardo Enrique Leonor Chavarría

Desarrollando el espíritu emprendedor: Nacidos para emprender o formados en el camino

La cuestión de si un emprendedor nace con esa capacidad innata o si se hace a lo largo de su vida ha sido objeto de debate durante muchos años. Los emprendedores pueden tener una inclinación hacia el emprendimiento desde una edad temprana, influenciados por las circunstancias de su crianza. Al mismo tiempo, también pueden surgir como resultado de un proceso de formación y educación profesional continuo.

El estudio realizado por Julio García Del Junco, Pedro Álvarez Martínez y Rafael Reyna Zaballa, titulado “Características del emprendedor de éxito en la creación de PYMES españolas”, aborda esta interrogante. Este estudio busca comprender qué elementos son necesarios para alcanzar el éxito en la creación de un emprendimiento. Además, se enfoca en identificar las características que una persona debe poseer para lograr el éxito al emprender, determinando si estas características provienen de un espíritu emprendedor inherente a la personalidad o si pueden desarrollarse con el tiempo mediante el aprendizaje en escuelas de negocios.

Este artículo de investigación fue fundamental para mi aprendizaje en la asignatura de “Gestión empresarial”. Me permitió entender que el espíritu emprendedor se origina a partir de dos grupos de factores: los factores generadores y los factores potenciadores. El primer grupo son aquellos son esenciales que una persona los tenga para emprender, como la creatividad, la voluntad fuerte y la vanidad. El segundo grupo son aspectos que contribuyen al desarrollo y la mejora del espíritu emprendedor, como la ambición y el espíritu de sacrificio.

El otro punto que aborda dicho estudio y que me pareció de mucha importancia es que cualquier persona sin estudios o formación profesional, pero que posea dichos factores, puede iniciar un emprendimiento de manera exitosa. Sin embargo, para poder llevar dicho emprendimiento a sobrevivir los primeros 2 o 3 años de prueba, con el fin de convertirlo en una empresa sostenible y sustentable, si se necesita de preparación académica en el área de negocios (operaciones, marketing, finanzas y recursos humanos).

Son precisamente estos dos puntos los que explican el origen de la falta de desarrollo de las PYMES en El Salvador las cuales, además, han visto obstaculizado su crecimiento por la falta de políticas económicas y proyectos de estado que se enfoquen en mejorar la capacidad competitiva de nuestras empresas frente a las extranjeras.

Por ejemplo, el Doctor Claudio de la Rosa en su informe “21 años de dolarización en El Salvador: mitos y realidades”, señala que el Índice de Facilidades para hacer Negocios (Doing Business) muestra un deterioro en la posición de El Salvador, pasando de la posición 76 en 2006 a la 115 en 2013. Aunque hubo una ligera mejora a la posición 91 en 2020, sigue lejos del nivel alcanzado en 2006.

Por otra parte, el Índice de Innovación (The Global Innovation Index) también refleja un deterioro, con El Salvador cayendo de la posición 88 en 2009 a la 108 en 2019, aunque hubo una leve mejora hasta la posición 96 en 2021. Esto afecta la competitividad y la atracción de inversiones extranjeras, destacando la necesidad de fortalecer la capacidad innovadora del país.

Además, el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial muestra un descenso significativo, con El Salvador pasando de la posición 48 en 2003 a la 103 en 2019. Esta caída en la competitividad hace que el país sea menos atractivo para la inversión extranjera directa (de la Rosa, 2022).

Esto se debe a que, en primer lugar, la sociedad tiende a pasar por alto la importancia de características como la creatividad, la voluntad fuerte y la ambición, que son fundamentales para iniciar y sostener un emprendimiento. Esto quiere decir que no basta con replicar los modelos de negocios de otros emprendedores, es necesario tener la capacidad de generar ideas innovadoras, ser creativo para solucionar los problemas de la sociedad salvadoreña o satisfacer sus necesidades, aparte de contar con la determinación y el impulso necesarios para superar los desafíos empresariales, porque el mundo de los negocios se asemeja mucho a un campo de batalla.

Además, la falta de preparación académica de los emprendedores en áreas como operaciones, marketing, finanzas y recursos humanos limita la capacidad de las PYMES para sobrevivir y crecer de manera sostenible. Esto se debe a que la ausencia de conocimientos en estas áreas puede llevar a decisiones erróneas, una gestión ineficiente, falta de competitividad en el mercado por no saber cómo diseñar una estrategia competitiva y por no contar con estrategia de crecimiento.

De hecho, según el informe del Observatorio MYPE en 2023 sobre el estado actual de la pequeña y mediana empresa en El Salvador, aunque los empresarios mantienen un alto nivel de optimismo sobre el futuro de sus negocios, las cifras muestran un estancamiento en las ventas y una moderación en la variación del empleo en las PYMES.

Por ejemplo, según el informe durante el período desde el segundo trimestre de 2021 hasta el primer trimestre de 2023, la mayoría de las pequeñas empresas en El Salvador mantuvieron sus ventas estables, con un 52.7% sin cambios significativos, un 22.2% experimentando un aumento y un 25.1% registrando una disminución en sus ventas. A pesar de estas cifras, los empresarios se muestran optimistas sobre el futuro de sus negocios, con solo un 8.3% expresando temor por una reducción en las ventas. Este optimismo se reflejó en expectativas de ventas para fin de año, aunque la realidad demostró que solo un 34.9% experimentó un aumento en las ventas durante ese período. Este patrón se mantuvo en el primer trimestre de 2023, con solo un 8.3% de empresas esperando una disminución en las ventas y un 44.1% pronosticando un aumento.

En cuanto al empleo, durante el mismo período, aproximadamente el 66% de los negocios mantuvo constante su número de trabajadores, con el 61.1% de los empresarios esperando mantener el mismo número de empleados para el próximo trimestre. A pesar del estancamiento en las ventas, solo un 16.1% de los empresarios redujo la cantidad de trabajadores, mientras que un 18.7% contrató más personal. Esto resalta la relación entre las pequeñas empresas y el empleo, evidenciando su importancia en la economía local y la generación de empleo.

Estos datos demuestran que la mayoría de las PYMES no cuentan con un plan de crecimiento basado en estrategias competitivas, seguido de una falta de estrategia de marketing fundamentada en datos y una estrategia de logística para darle un mejor servicio al cliente. La principal razón de dicha ausencia es por la poca relevancia que se la a los factores potenciadores del espíritu emprendedor y a la formación académica.

El emprendedor salvadoreño suele creer que solo basta con tener características como la creatividad, fuerza de voluntad, buena gestión y mucha confianza en sí mismos, para crear un negocio, idea que no es del todo equivocada y que queda demostrado en el estudio que se menciona al inicio. El error está en creer que con eso es suficiente para hacer que ese negocio dure más de 2 años y que crezca a pesar de los obstáculos que se puedan presentar en el futuro.

Si bien el emprendedor nace, pero su verdadero potencial se desarrolla a través del tiempo y la experiencia. Si no se cultivan las habilidades necesarias, como la ambición, el espíritu de sacrificio, la gestión del riesgo, la audacia y el entusiasmo, será difícil para él administrar con éxito un negocio y triunfar como emprendedor. Por eso es necesario comprender que el emprendimiento no es solo una cuestión de instinto, sino también de adquirir conocimientos y habilidades prácticas que potencien los factores generados.

Para ello, se debe aprender a aplicar los procesos de la administración, como la planeación, organización, integración, dirección y control, para garantizar el funcionamiento óptimo de cada aspecto de la empresa. Solo así podrá el emprendedor convertir su visión en una realidad empresarial sólida y exitosa.

Es esta la razón por la cual es importante contar en el país con programas de capacitación en emprendimiento e incubadoras de empresas, como es el caso de la UFG que cuenta con una alianza con CONAMYPE para ayudar a desarrollar a las PYMES de este país. También existen otras universidades privadas que brindan un servicio de asesoría similar.

Por ende, es fundamental que CONAMYPE coordine esfuerzos con las instituciones educativas del país para brindar asesoramiento en materia administrativa a las PYMES. Porque a pesar de contar con un gran número de emprendedores, nuestras empresas no logran ser competitivas debido a varias carencias. Entre estas se encuentran la falta de tecnificación en los procesos de producción, la ausencia de conocimientos financieros sólidos, la carencia de desarrollo de estrategias competitivas, así como la falta de estudios de mercado y programas que fomenten el desarrollo de los factores potenciadores del espíritu emprendedor.

La colaboración entre CONAMYPE y las instituciones educativas podría llenar este vacío, proporcionando a las PYMES acceso a recursos y conocimientos que les permitan mejorar su gestión empresarial y, en última instancia, aumentar su competitividad en el mercado. Por ejemplo, además de enseñar los fundamentos del marketing digital, las universidades pueden proporcionar capacitación práctica en el uso de plataformas específicas como Hubspot, Business Suite de Facebook, WhatsApp Business y Hootsuite. Al mismo tiempo, pueden ofrecer cursos especializados en administración financiera, logística y distribución de planta, brindando a los empresarios las herramientas necesarias para optimizar sus operaciones.

Otro aspecto importante, es que a estos programas de capacitación es necesario ofrecer formación en la implementación de herramientas basadas en IA para la automatización de tareas, lo que podría mejorar la eficiencia y la productividad de sus procesos empresariales.

Del mismo modo se debe diseñar espacios para formar emprendedor, porque el emprendedor también se hace. Tal y como se menciona en el estudio mencionado al inicio, el emprendedor también se puede formar a partir de lo académico, aprendiendo a desarrollar esos factores generadores como la confianza en sí mismo, la creatividad, la innovación, la gestión del riesgo y el no tener miedo al fracaso.

Para ello, es fundamental implementar estrategias que fomenten el pensamiento innovador entre los estudiantes universitarios. Esto implica no solo proporcionar recursos y apoyo técnico para la investigación y desarrollo de nuevos productos, servicios o procesos, sino también hacer uso de las incubadoras de empresas para que brinden un apoyo integral a los estudiantes, desde espacios de trabajo hasta asesoramiento técnico y financiamiento inicial.

Asimismo, es esencial promover una cultura empresarial y el espíritu emprendedor mediante campañas educativas que destaquen el valor del emprendimiento como motor de desarrollo económico y social. Estas campañas deben inspirar una mentalidad emprendedora en la sociedad, incentivando a más personas a iniciar sus propios negocios y contribuir al crecimiento económico del país.

Además, las universidades tienen la responsabilidad de desarrollar programas de formación en habilidades directivas para empresarios, abordando aspectos cruciales como el liderazgo, la negociación y la gestión del talento humano. A esto se le deberá añadir programas de capacitación para la implementación de las TIC’s en los procesos de producción, logística, servicio al cliente y análisis empresarial.

Por último, se deben establecer redes de apoyo empresarial que faciliten el intercambio de experiencias, conocimientos y recursos entre futuros emprendedores y empresarios consolidados. Esto con el propósito de crear un entorno de colaboración y aprendizaje mutuo, enseñándole a los potenciales emprendedores a superar obstáculos y encontrar oportunidades de crecimiento en el mercado.

La población de El Salvador cuenta con una gran cantidad de emprendedores y personas con un espíritu emprendedor latente, cuyos negocios tienen el potencial de crecer y convertirse en empresas líderes en su sector. Sin embargo, para que esto suceda, es fundamental unir esfuerzos entre las universidades privadas y las instituciones como CONAMYPE para brindarles el apoyo necesario.

Es evidente que las PYMES enfrentan desafíos significativos, desde la falta de tecnificación en sus procesos de producción hasta la carencia de conocimientos financieros sólidos y estrategias competitivas. Pero la buena noticia es que existen soluciones a estas problemáticas, porque, así como los emprendedores nacen, se pueden hacer y desarrollar.

Es necesario promover una mentalidad innovadora y proporcionar apoyo técnico y financiero a los emprendedores para que puedan convertir sus ideas en realidades empresariales exitosas. Con esfuerzo y colaboración, podemos transformar el panorama empresarial de El Salvador y construir un mejor futuro para todos.

Referencias

Bank, W. (2019). Doing Business 2020. World Bank Publications.

de Rosa, C. (2022). 21 años de dolarización en El Salvador: mitos y realidades. Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Francisco Gavidia. El Salvador: UFG Editores.

García Del Junco, J., Álvarez Martínez, P., & Reyna Zaballa, R. (2007). Características del emprendedor de éxito en la creación de PYMES españolas. Estudios de Economía Aplicada, 25(3), 951-974. Asociación Internacional de Economía Aplicada.

Pleités, G. y W. Pleites (eds.), 2023. El estado actual de la MYPE 2023 la otra cara de la economía (INMYPES). Observatorio MYPE, Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (FUSAI) en alianza con CA-5 Consultores Internacionales y con el copatrocinio de Integral. San Salvador, mayo de 2023.

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