Número ISSN |
 2706-5421

agua
Picture of Susana Joma

Susana Joma

El acceso al agua podría ser crítico en El Salvador para el 2030

El acceso a agua potable en El Salvador podría llegar a su punto crítico en la próxima década, según información que se desprende de la investigación “Acceso al agua de calidad”, desarrollada por especialistas de la Universidad Centroamericana Doctor José Simeón Cañas (UCA). 

El trabajo, cuyo objetivo es brindar un diagnóstico general sobre acceso, disponibilidad del agua, desigualdad sobre el acceso al recurso, lo desarrolló un equipo multidisciplinario de investigadores entre 2022 y 2023; incluyó una encuesta, toma de muestreos en ríos del país y una a nivel domiciliar. 

“Los datos obtenidos a través de la encuesta sobre el acceso al agua de calidad del Programa Estratégico de Investigación, realizada en enero de 2023, muestran que aproximadamente ocho de cada diez personas encuestadas reconocen que el país enfrenta una crisis de agua. Además, de las personas encuestadas que habitan cerca de algún cuerpo de agua, el 85.4 % percibe que existe algún tipo de contaminación”, se expone en el documento final de la investigación de la UCA. 

Las personas encuestadas señalaron que entre las razones de esta contaminación destacan la falta de tratamiento de las aguas residuales domésticas e industriales (43.87 %), la utilización de las fuentes de agua como basurero (47.57%) y otras razones como la acumulación de desechos animales y filtración en el suelo de químicos utilizados en la agricultura. 

En la misma sintonía un trabajo presentado en agosto 2024 por el Centro de Estudios Ciudadanos (CEC), de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), bajo el título 1er Estudio Nacional de Medioambiente y Recursos Naturales “Inundados y deforestados”, de igual forma evidenció que muchos salvadoreños consideran que en materia de degradación de los recursos son los ríos los más descuidados (43.1 %); seguido del aire (13.0 %), el mar (12.7 %) ; las montañas (10.3 %); las playas (6.9 %); los lagos (3.8 %); los animales (7.2 %) , 

Demanda versus disponibilidad 

Meraris López, coordinadora de este esfuerzo investigativo de la UCA, dijo que los datos que han obtenido de instituciones vinculadas al tema evidencian que entre el 2012 y 2022 hubo un aumento de más del 15 % en la demanda de suministro de agua, mientras que en el mismo periodo la disponibilidad del recurso redujo en un 2.5 %. 

Ella sostuvo que en este momento “estamos en lo que se conoce como suficiencia hídrica relativa”, es decir que se dispone de más o menos 2,800 metros cúbicos por persona al año, “esto significa que estamos por encima todavía de los 1,700 metros cúbicos de agua disponibles por persona al año, que por debajo de eso sí implica que hay estrés hídrico”. 

En la presentación de los resultados del estudio también precisó que de la región centroamericana El Salvador es el país que está más cerca del estrés hídrico porque países vecinos aún tienen niveles superiores a los 6,000 metros cúbicos por persona, para el caso Guatemala tiene 6,577; Honduras 9,103; Costa Rica 22,224 y Panamá 32,274. 

¿De dónde viene el crecimiento de la demanda? Detalla que en los últimos diez años la demanda de agua ha crecido en todos los sectores: comercial, residencial, agrícola y la industria, y eso significa que, de continuar a este ritmo acelerado, el país alcance antes del 2030 los niveles de estrés hídrico, porque el recurso enfrenta paralelo otros problemas, entre ellos que más del 78 % de los ríos necesitan intervención porque las aguas superficiales están contaminadas, y el 95 % de las aguas residuales se descargan directo a los cuerpos de agua sin tratamiento. 

“Un elemento que altera de forma negativa la disponibilidad de agua en el país es el cambio de uso de suelo. Desde 2005, diversos estudios han señalado una tasa anual de pérdida de bosque del 2 % (4,500 ha/año) e identifican una pérdida de cobertura en la cuenca del río Lempa del 27 % en menos de 15 años (CATIE,2005)», contextualiza el documento final, al tiempo de señalar como esto afecta la regulación hídrica, la infiltración del agua, el caudal de los ríos y la erosión de los suelos. 

El cambio climático, tal como plantea este estudio surgido en el marco del Programa Estratégico de Investigación Institucional de la universidad jesuita, también acelera la reducción de la disponibilidad del agua, porque ríos que antes eran permanentes ahora solo se activan en invierno. 

Durante este estudio quedó en evidencia que, si bien la ANDA produce el mayor porcentaje de agua potable a nivel nacional, las juntas de agua y los sistemas comunitarios juegan un papel importante en la zona rural. La encuesta de la UCA mostró que al menos 6 de cada 100 salvadoreños señalan que su sistema de provisión de agua es una junta o un sistema comunitario. 

El peso de la contaminación 

Violeta Martínez, doctora en ingeniería química e investigadora del departamento de Procesos y Ciencias Ambientales de la UCA, expuso que apenas un 5 % de las aguas que se descargan a los ríos del país, principalmente el río Lempa, reciben tratamiento y la mayor carga de contaminación es por químicos, muchos de ellos categorizados dentro de los contaminantes emergentes o micro contaminantes. 

“Por el nivel de vida que llevamos, como seres humanos dependemos demasiado de las sustancias químicas, a través de la medicina; todos los productos que utilizamos como cremas, desodorantes, productos para el cabello, perfumes, todo eso está desbordando la capacidad que tiene la naturaleza de atenuar esos contaminantes por la vía normal y se están acumulando en los ecosistemas, en los ríos y es cada vez más difícil removerlos y están llegando al agua potable”, afirmó Martínez. 

Como parte de la investigación se tomaron muestras de agua en por lo menos diez puntos, entre ellos: Puente Santa Rosa, Puente Colima, Río Lempa, embalse del Cerrón Grande, puente Nombre de Jesús, puente de Oro, puente Joya de Cerén. De las muestras tomadas en el Lempa, embalse del Cerrón Grande, río Sucio y río Acelhuate, se confirmó la presencia de químicos emergentes como el ibuprofeno, atenolol y cafeína relacionados con la industria farmacéutica. Martínez manifestó que a pesar de que la presencia de residuos de medicamentos en el agua de los ríos es baja, porque está en el orden de nanogramos por litro, el problema es que los organismos, los animales que habitan en esos afluentes y los humanos que dependen de esos recursos están expuestos a ello de forma prolongada. Según lo expuesto por los investigadores en países como Reino Unido, ya se ha identificado la mutación de especies acuáticas a partir de la presencia de estos contaminantes emergentes. 

Alcance social 

La investigación no solo plantea la situación del agua en términos de disponibilidad y calidad, sino implicaciones sociales, económicas y legales, en cuanto al derecho que los salvadoreños tienen para acceder al recurso, la generación o incremento de desigualdades incluso en materia de género, entre otros. 

En la encuesta realizada como parte de esta investigación se identificó que “la recolección de agua es una actividad significativa para muchos hogares salvadoreños, siendo las mujeres quienes más participan y dedican más tiempo a esta labor. A nivel nacional, de cada 10 mujeres salvadoreñas, 7 están involucradas en la recolección de agua para el consumo doméstico, lo cual incluye llenar recipientes, almacenar agua, y acarrearla, entre otras actividades”. 

Junto a la investigación lanzan una serie de propuestas al Estado salvadoreño, desde atender las desigualdades en el acceso sobre todo la zona rural que es la más desfavorecida; reevaluar las tarifas de ANDA considerando los determinantes socioeconómicos de diversos grupos poblacionales para mitigar la naturaleza regresiva del gasto de agua en los hogares; identificar y priorizar zonas críticas de recarga acuífera con presencia de vegetación nativa, y convertirlas o legalizarlas como Áreas Naturales Protegidas (ANP); trabajar de forma conjunta con Guatemala y Honduras en la gestión de cuencas de ríos cuyos caudales ingresan a El Salvador y son claves, esto para garantizar el acceso sostenible al agua a largo plazo, entre otras acciones. 

Martínez externó que además de este proceso investigativo desde la UCA se están buscando soluciones para reducir la contaminación de los afluentes, para el caso evalúan y trabajan con la Universidad de Arizona, Estados Unidos, una tecnología basada en el uso de luz ultravioleta y solar que en un futuro pueda convertirse en una estrategia viable y sostenida para tratamiento del agua. 

También te puede interesar

Comparte disruptiva