

Susana Joma
Especialistas creen que precios de los alimentos no bajarán en El Salvador sino se apuesta al tema agropecuario
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El acceso a los alimentos este 2025 podría ser aún más complicado para los salvadoreños, de acuerdo con las palabras de Danilo Pérez, director del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), quien advierte que desde diciembre 2024 se viene observando un nuevo incremento de los costos de los productos de la canasta básica.
Pérez sostuvo durante una entrevista televisiva transmitida el 26 de febrero que los precios de los productos alimenticios experimentaron un descenso entre agosto y noviembre de 2024 y que la nueva alza en su valor estaría relacionada con varias situaciones, entre ellos a la baja producción interna y a que el país está entrando al verano, la época seca.
Según el director del CDC, aunque el año pasado el gobierno dispuso varias medidas, entre ellas la instalación de agromercados y la central de abastos, esta estrategia no estaría beneficiando a toda la población, sino que únicamente a los residentes de localidades en donde las ha instalado; además, considera que el problema de especulación que se dio el año pasado aún no ha desaparecido, solo ha bajado.
Sostuvo que El Salvador no tendría los problemas de precios altos si se hiciera una apuesta estratégica en materia de políticas públicas para incrementar su producción de carácter agropecuaria nacional, pero como somos eminentemente dependientes de la importación entonces sin duda alguna esto nos genera una gran presión a partir de los precios.
Al hablar en materia de producción, Pérez considera que el país tiene capacidad de generar alimentos, en el sentido de que hay tierras ociosas, pero aseguró que el alto costo de los insumos agrícolas es una gran limitación, lo que ha llevado a ver que importar sea más barato.
“Si no hay un subsidio a la producción difícilmente va a haber incremento (de la producción), hay que revisar el precio de los insumos agrícolas, por ejemplo, están más baratos en Honduras con respecto a El Salvador”, subrayó Danilo Pérez.
En su análisis insistió en que paralelo a estimular la producción agrícola local se debe de trabajar fuertemente en el tema de la comercialización, con ello se refirió al hecho de que al contrastar los precios que tienen los productos alimenticios vendidos en la central de abastos y en los agromercados, frente a los de otros establecimientos se evidencia que siempre hay diferencia en los costos, lo cual, a su criterio, viene a demostrar que el proceso de comercialización que se está impulsando desde el gobierno todavía no logra presionar la baja en los precios de la canasta básica. “Los precios de los alimentos no van a bajar en El Salvador sino se hace una apuesta de carácter estratégico para el tema agropecuario nacional”, advirtió.
Déficit y pobreza
El director del CDC externó que hay una dependencia alimentaria muy fuerte de lo que se produce en otros países, debido precisamente a que la producción nacional es bastante baja cada y por tanto no alcanza a cubrir la demanda local. Según detalló, en el caso del ciclo agrícola 2024 – 2025 ya es notable un déficit de más de 6 millones de quintales de maíz; también un déficit de 875,000 quintales de sorgo y para el caso del frijol 1.048,000 quintales.
Insistió en que el déficit se ha venido marcando en los últimos años, por ejemplo, del ciclo 2018 – 2019 al ciclo 2022 – 2023 la producción de maíz pasó de 17 millones de quintales a 12.980,000 quintales; el sorgo de 2.343,000 pasó a 2.025,000; y el frijol de 2.003,000 cayó a 1.352,000, generando más dependencia a la importación.
Pérez externó que en los impactos vinculados con la baja producción no solo están el aumento de la importación, el consiguiente aumento de los precios de los alimentos, sino que trae también el aumento de la pobreza en la zona rural. Subrayó que las familias más afectadas son las de unos 500 mil productores y productoras que siembren para su consumo y el excedente lo destinan a la comercialización. “Es delicado que no se haga una apuesta en el tema de carácter agropecuario, y eso desde la perspectiva de la producción y por el lado de la perspectiva del consumo de nosotros los consumidores finales también tiene un impacto significativo porque nos está generando una contracción”, insistió.
Factores e inseguridad alimentaria
El representante del CDC detalló que, si no existe una política agropecuaria, un plan, o estrategia, como se le quiera llamar, en el país no se tendrá un norte claro sobre como recuperar la producción. Agregó que, de igual forma, la situación se volverá más complicada si el tema no se desideologiza y si no hay un diálogo con otros sectores “Quiero recordar que sí tenemos una situación bastante complicada en materia de la inseguridad alimentaria. En materia de seguridad alimentaria hemos pasado del 42.2 % en el periodo 2017 – 2019 al 48.4 % en el periodo 2020 – 2022”, añadió.
La preocupación por la precariedad que se vive en el sector agrícola y el impacto a corto plazo es compartida por la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO). Luis Treminio, presidente de esta asociación, dijo que otro de los factores que incide en la problemática es la falta de mano de obra para realizar trabajos agrícolas. “Nosotros hemos dicho (que) si no se hace nada en cinco años más no tenemos agricultura en El Salvador, porque la edad promedio de los agricultores es de 64 años. La juventud ha ido migrando, perdiendo el interés por la agricultura. Hay que hacer que los jóvenes vuelvan a tomar interés en el sector”, sentenció Treminio en la entrevista televisiva Frente a Frente, del 3 de febrero.
El representante de CAMPO insiste en que estos cinco años serán claves para fomentar el involucramiento de la población joven en las actividades de producción agrícola, sobre todo porque a su criterio ya estamos en un nivel preocupante de la seguridad alimentaria, porque el déficit de producción local de alimentos no se va a poder cubrir siempre con importaciones. “La soberanía (alimentaria) es que nosotros produzcamos y no estamos produciendo”, expresó, al tiempo de señalar que en 2021 el país todavía se tenía soberanía alimentaria con el maíz y el frijol, pero en 2022 comenzó a decaer la producción.
Treminio, al igual que el director del CDC, adelantó en el espacio de entrevista que el panorama para este año “no es nada alentador” porque el ciclo agrícola 2024 – 2025 ha sido el más bajo en producción en los últimos ocho años, en lo que también estaría incidiendo desde el tema del alto costo de los insumos, el incremento en el alquiler de las tierras hasta la incidencia del cambio climático.
Aunque desde CAMPO se aclaró que a principios de febrero no había problema de escasez de frijol, que se estaba saliendo la cosecha y esta cubrirá hasta junio, pero insisten en que siempre se necesitará más frijol; sobre la disponibilidad de maíz Treminio dijo que todo apunta a que esto siempre tendrá que resolverse con proveedores de países como Estados Unidos, México, Argentina, Brasil.