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Susana Joma

Ganaderos a mediana escala temen que mosca del gusano barrenador se propague más tras lluvias

Agricultores y ganaderos a mediana escala, entre ellos José Santos Guevara, un residente de la comunidad Octavio Ortiz, cantón La Canoa, en el Bajo Lempa, están preocupados por el avance de la mosca del gusano barrenador, los daños que está causando en los animales y el impacto económico. 

Guevara, quien es director de la Asociación Intercomunal de Comunidades Unidas para el Desarrollo del Bajo Lempa (ACUDESBAL), comentó en entrevista con Disruptiva Media, realizada a inicios de abril, que en esa zona comenzaron a ver la presencia de esta mosca, la Cochliomyia hominivorax, a finales de noviembre y diciembre 2024.  

Esta mosca ataca a los seres humanos y a todos los animales de sangre caliente que tienen heridas abiertas, sangrantes, puntos en los que coloca sus huevos, los cuales al convertirse en larvas se introducen profundo y empiezan a comer el tejido vivo, de ahí el nombre de “devoradora de hombres”. 

El insecto pone una media de 343 huevos en las orillas de las lesiones sangrantes y las larvas emergen al cabo de 12 a 24 horas, según datos científicos existentes. 

El agricultor, quien además siembra granos básicos, como maíz, sorgo y algunos frutales, estimó que a esas fechas ya habían muerto a causa de miasis por gusano barrenador alrededor de 20 animales, esto a pesar de que luchan diariamente por evitar nuevas pérdidas de animales. Según explicó, un tema que les preocupa es la llegada del invierno (estación lluviosa), ya que por la humedad la mosca se propaga más rápido. “Entonces estamos ahí con la zozobra a ver cómo vamos a enfrentar eso”. 

La preocupación es compartida por Walter Sandoval, presidente del Acopio de Texistepeque, Santa Ana. “Es preocupante, esto va a ir en aumento si la proliferación de moscas va a ser más grande cuando empiecen las primeras lluvias”. 

Ambos también coincidieron al señalar que han tenido casos de miasis (infestaciones de gusanos) en heridas que las vacas pueden tener en los pezones, en los ombligos de los chivos o terneros recién nacidos. Sin embargo, la experiencia en el Bajo Lempa es que la mosca ha afectado a animales que tienen heridas causadas por mordeduras de murciélagos, incluso las vulvas de las vacas debido a la humedad de esta. 

Tanto Guevara como Sandoval han dejado claro que la llegada de la mosca los agarró de sorpresa, al no tener conocimiento de cómo enfrentarla, tal como la tenían sus ancestros, ha sido una gran limitante. 

Según los relatos de estos agricultores, ellos lograron hacer contacto con personal del Ministerio de Agricultura (MAG) y en algún momento les enviaron apoyo técnico, incluso tuvieron acceso a productos para tratar las miasis, así fue como algunos adquirieron conocimiento para abordar el problema, pero lamentan que el acompañamiento no ha sido de forma constante. 

En el Bajo Lempa, tal como externó Guevara, los técnicos del MAG llegaron dos veces, hicieron barrido en la zona y se visitaron la mayoría de las comunidades, algo que aprovecharon las familias para informar sobre la enfermedad en ganado, cerdos y perros. “Yo creo que va en incremento, digamos, la situación es bastante crítica, porque a nosotros nos están apareciendo casos a cada rato. No es cuestión de que ya se trataron y ahí paró, no, porque la mosca ya está en la zona. Tenemos la experiencia de que cuando un becerrito o un chivito nace tenemos que estar prestos a echarle espray, cicatrizante, insecticida, para controlar que la mosca no llegue porque busca la sangre”, afirmó el representante de ACUDESBAL. 

Según comentaron, esta situación los ha llevado a estar revisando a los animales varias veces al día porque el ciclo de vida de huevo a larva se da muy rápido, pero también ha incrementado sus costos de operación. “Las afectaciones, digamos, son el gasto en medicamentos y todo lo que se utiliza para eso (curar a los animales), el tiempo que uno dedica también porque uno tiene que estar más pendiente. Eso genera una dificultad económica y también incremento de trabajo”, subrayó José Santos Guevara. 

La experiencia les está mostrando que un animal que no es tratado rápidamente en tres días ya se hace imposible salvarlo, por el mismo hecho de que el gusano penetra y se los va comiendo por dentro, por eso es barrenador. 

Los productores afectados detallan que necesitan que los técnicos del MAG hagan visitas de campo más frecuente a esas comunidades del Bajo Lempa y en todo el país. 

Guevara, además, advierte que es muy importante que el MAG lidere una campaña de información, “porque nosotros sentimos como que quieren ocultar datos para hacer ver como que la problemática no es tan fuerte, pero en realidad sí. En realidad, nosotros que estamos en el terreno y tenemos experiencia de trabajar con ganado sabemos que la problemática es fuerte”. 

Sobre el acceso a medicamentos para tratar a los animales el agricultor del Bajo Lempa dijo que “hay escases, porque es bastante la demanda y los ganaderos (a mayor escala) adquieren los productos y a veces uno va a buscar y no encuentra; además, el espray no dura mucho, se termina luego y hay que conseguir otro sobre todo cuando la afectación (miasis) es grande”. 

La llegada del gusano barrenador a la zona también pone en riesgo algunos proyectos de mejora que tienen los medianos agricultores y ganaderos, para el caso de José Guevara, quien quiere mejorar su hato de ganado, por ejemplo, con introducción de la raza Holstein.  

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