Gilma Alvarado-Guerra y Johanna Segovia
Los pedunculados
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Los cirripedios pedunculados son crustáceos que poseen adaptaciones que les permiten sobrevivir en diferentes áreas del litoral rocoso. Se encuentran en zonas intermareales, supramareales, fondos abisales y acantilados. Pueden adherirse a todo tipo de sustrato, y con esto han logrado desplazarse a través de diversos medios marítimos, incluida la basura flotante del océano (Figura 1), y gracias a ello, están distribuidos en todas las zonas costeras del mundo, por esa razón se conocen como cosmopolitas.
En los años 1800, estos crustáceos fueron considerados parte del Phylum Mollusca, esto por la semejanza de la concha del género Lepas y Teredo (molusco). Lepas es un cirripedio que posee un tallo largo que se fija al sustrato, además de una concha que le da protección al organismo, mientras que Teredo (Figura 2), es un molusco con cuerpo cilíndrico y alargado, además de eso, también los cirripedios sin pedúnculo (balanos) presentan similitud con quitones y lapas, que tienen una concha en forma de “volcancito”. Pero fue hasta el estudio del desarrollo larval que fueron reconocidos como crustáceos. Este estudio se basó en el descubrimiento de las mandíbulas laterales, apéndices articulados, y su sistema nervioso ganglionar regular descritos por Charles Darwin en 1858 en su monografía titulada “A monograph on the sub-class Cirripedia”, y realizados por Johann von Straus (1819), y John Thompson (1830).
Los cirripedios pedunculados están formados por dos partes llamadas: Pedúnculo y Capitulum. El Pedúnculo es la parte carnosa que sostiene al animal cuando se adhiere al sustrato, y el Capitulum, que es la concha formada por una serie de placas calcáreas que brindan protección al organismo (Figura 3).
Los percebes son criaturas fascinantes que, aunque de aspecto humilde, juegan un papel crucial en nuestros ecosistemas costero-marinos. Estos crustáceos, que se fijan a sustratos artificiales como muelles y cascos de embarcaciones, pueden causar daños significativos en las infraestructuras humanas. Pero su importancia no se detiene ahí: en varias regiones de Europa y Sudamérica, los percebes son un manjar muy valorado, formando parte de la dieta de muchos. Desde el punto de vista ecológico, actúan como filtradores, contribuyendo a la limpieza de los océanos. Sin embargo, su voracidad y competencia por recursos puede llevarlos a sofocar a otras especies en los sustratos rocosos (Figura 4), mostrando así su doble cara: como aliados en la salud marina y competidores implacables en la lucha por la supervivencia ¡Los percebes son, sin duda, un ejemplo impresionante de la complejidad de la vida marina!
Referencias bibliográficas
Darwin CR. (1854). A monograph on the sub-class Cirripedia, with figures of all the species. The Balanidae, (or sessile cirripedes); The Verrucida. Ray Society, London, 684pp.1–30.
Castillo, M., Cembreros, C., Chao, C., & Cima, P. (2022). La evolución de los cirrípedos. Universidad de Valencia. España.