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 2706-5421

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Marvin Díaz

Rinden homenaje a ambientalistas asesinados en Cabañas

El pasado 11 de enero, residentes de Santa Marta, en Cabañas, se reunieron en la zona conocida como el embalse Cerrón Grande, en el cantón La Maraña, sobre el cauce del río Lempa, para conmemorar la memoria de Dora Sorto, Ramiro Rivera y Marcelo Rivera, ambientalistas asesinados tras oponerse a la minería por parte de la empresa Pacific Rim (ahora Ocena Gold).  

Dora Sorto, quien tenía ocho meses de embarazo, y Ramiro Rivera, fueron asesinados en diciembre de 2009. Ambos formaban parte de la organización comunitaria que defendía el bosque y el agua de la amenaza de exploración que hacía la empresa en el cerro Santa Rita, a tan solo dos escasos kilómetros del embalse.  

Ramiro, agricultor y líder comunitario, murió en una emboscada. Al momento del ataque iba acompañado por su esposa y dos agentes de la Policía Nacional Civil, como parte de las medidas de protección dictadas por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH). El asesinato de Dora ocurrió cerca de una quebrada donde se encontraba lavando.  

“La empresa amenazaba a las personas de la comunidad, compraba voluntades y después de eso se dio la muerte de Ramiro y Dora. Fue un desastre lo que hizo la minería”, recuerda Eliseo Lozano, un líder comunitario de La Maraña.  

En junio de 2009, Marcelo Rivera, un reconocido maestro y líder comunitario, fue privado de libertad y asesinado en San Isidro, Cabañas, un distrito en donde Pacific Rim hizo trabajos de exploración en la mina El Dorado, entre el 2002 y 2007, según registros de la Asociación de Desarrollo Económico Social (ADES) y distintos reportajes periodísticos.  

San Isidro fue escenario de conflicto, represión, división y conflictos socioambientales entre las comunidades y la empresa mineras, sobre todo por la contaminación de las aguas que estaban dejando las exploraciones en nacimientos y ríos del lugar, así lo registró Caritas El Salvador y la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) en su investigación “El Lado Oscuro del Oro-Impactos de la Minería Metálica en El Salvador”, de 2008.

Las muertes de los ambientalistas opuestos a la minería permanecen en la impunidad. En el caso de Marcelo, la Fiscalía General de la República (FGR), a través de su Unidad Especializada de Delitos de Extorsión y Crimen Organizado, determinó que su asesinato estuvo relacionado con vínculos de amistad y una relación sentimental con un pandillero de la Mara Salvatrucha. En ese entonces, dicha unidad estaba dirigida por Rodolfo Delgado, actual fiscal general, designado por diputados de Nuevas Ideas y partidos aliados al presidente Nayib Bukele. 

Los casos de Dora Sorto y Ramiro Rivera siguen en la impunidad por la falta de investigación de la FGR.  Para Vidalina Morales, lideresa comunitaria y representante de ADES, los asesinatos de los ambientalistas fueron por oponerse a la empresa Pacific Rim y por su lucha comunitaria en contra de esta industria. “Nosotros seguimos sosteniendo la hipótesis de que hubo interés de empresas extractivista de apartar a los compañeros”.  

Morales añadió que la persecución y criminalización contra los liderazgos de Cabañas continua en el contexto de la reactivación de la minería en el país. La FGR se está empeñado en acusar a cincos lideres históricos de la lucha antiminera por un supuesto asesinatos ocurridos en la época de la guerra civil, un delito por el cual ya fueron absueltos en octubre de 2024. Los ambientalistas, que llevan dos años en el proceso, volverán a juicio por ese mismo delito en febrero de este año.  

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