Óscar Picardo
Aprendiendo sobre vacunas…
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Tal como lo señala la OMS: La vacunación es una forma inocua y eficaz de protegernos contra enfermedades antes de entrar en contacto con ellas. Las vacunas activan las defensas naturales del organismo para que aprendan a resistir a infecciones específicas, y fortalecen el sistema inmunitario. No obstante, en el marco de la “infoxicación” en torno al tema de vacunas surgen preocupaciones por la eficacia de las vacunas: ¿qué significa que una vacuna tenga el 50 u 80 por ciento de eficacia?
En estas semanas el destacado médico salvadoreño Dr. Wilfrido Clará, epidemiólogo de Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Atlanta en Estados Unidos, tuvo la generosidad en darnos una Master Class sobre cómo interpretar adecuadamente los datos de la efectividad de las vacunas; algo que todos oímos y leemos en los medios y que poco entendemos.
CoronaVac, la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por la biofarmacéutica china Sinovac Biotech ha comenzado a aplicarse a la población de educadores en nuestro país. Datos preliminares del estudio fase III de Brasil muestran que CoronaVac tendría una eficacia del 50.3% para prevenir COVID-19 clínico, es decir, que una persona se infecte con SARS-CoV-2 y desarrolle síntomas. Dado que la eficacia es la medida de la reducción del riesgo relativo, lo anterior significaría que el riesgo de desarrollar COVID-19 clínico durante el estudio, se redujo a la mitad en los vacunados comparado con los no vacunados.
Vamos con manzanas mejor (a solicitud de los oyentes del Dr. Clará): La eficacia de una vacuna es el porcentaje en que un determinado riesgo se reduce como efecto atribuible a la vacuna. Utilicemos un ejemplo ficticio para ilustrar al lector: Dos grupos de 100 ciudadanos cada uno participan en un estudio; un grupo es vacunado y el otro no. Supongamos que 5 personas vacunadas y 10 no vacunadas desarrollaron COVID-19 clínico. La incidencia (o riesgo) de enfermarse en cada grupo seria 0.05 (5/100) y 0.10 (10/100) respectivamente. Para obtener el riesgo relativo de la vacunación dividimos dichas incidencias: 0.05/0.10= 0.5, o sea 50%. Finalmente, dado que la eficacia es igual a la reducción del riesgo relativo, restamos 1 – 0.5= 0.5, lo que es igual al 50%.
Nótese que en este ejemplo el riesgo de desarrollar COVID-19 clínico en los vacunados fue del 5% y no del 50% como equivocadamente podría haberse interpretado. Hay que tener la precaución de no confundir la incidencia de enfermedad en los vacunados con la reducción de ese riesgo al compararlo con los vacunados. Son dos mediciones de diferente naturaleza y significado.
Ahora bien, es importante reconocer que los datos de eficacia de estudios de fase III de CoronaVac aún no han sido publicados en revistas científicas de prestigio, lo cual lógicamente ha contribuido a levantar algunas dudas en sectores amplios de la población salvadoreña. En este sentido será casi un asunto de fe confiar en esta vacuna; o bien, podríamos estar participando voluntariamente en una ampliación de ensayos clínicos de Fase III a nivel global junto con otros países que aplican esta vacuna (Indonesia, Brasil, Bolivia, Chile, etcétera).
CoronaVac se inició en enero de 2020 como vacuna inactivada o con virus atenuado, a diferencia de otras vacunas nuevas que utilizan ARN mensajero; ya para mayo se realizaron los primeros ensayos en humanos, con resultados positivos en fases I y II, divulgados por el Centro Butantan de Brasil; de julio a octubre se desarrolló la fase III con más de 13,000 voluntarios, luego se integraron pacientes con comorbilidades y luego embarazadas. Está en proceso…
¿Debería vacunarme entonces con CoronaVac? La mayoría de expertos consultados señalan que sí debemos hacerlo, que vacunarse es la mejor opción, y que además hay evidencia que sugiere que esta vacuna podría tener eficacia considerablemente alta para prevenir hospitalizaciones y muertes por COVID-19. Seria buen momento para sugerir a las autoridades de Salud que se conduzcan encuestas rápidas de aceptabilidad de la vacuna para diseñar y ajustar estrategias de comunicación de riesgo con el objetivo de sensibilizar a la población que estaría por ahora renuente a recibirla
Tenemos dos caminos dudar y arriesgarnos al contagio o vacunarnos y apoyar la inmunización colectiva, aunque la eficacia sea un poco menor en comparación a otras vacunas que NO tenemos…