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Oscar Picardo

Oscar Picardo

Carta al Diputado Carlos Hermann Bruch

Permítame iniciar esta misiva con un reconocimiento a su estimado padre; era un hombre vibrante y valiente que decía muchas verdades, y ahora que le escribo, recuerdo una de sus sentencias con mucha vitalidad… 

El día 16 de febrero, un tweet de la radio YSKL me citaba con el siguiente texto: “El investigador Oscar Picardo manifiesta que pese a que el régimen de excepción ha brindado resultados positivos en torno a reducir los hechos de violencia en el país, también se debe valorar hasta cuando se mantendrá esta medida excepcional”. 

Usted retoma el tweet -el cual me parece razonable- y comenta: “Este es el tipo de personas que quizá tenían un “ingreso” extra cuando las pandillas dominaba. Solo así entiendo que se le vea a disgusto con lo que a la mayoría de salvadoreños buenos les beneficia al tener un país seguro”. 

No sé si comenzar por explicarle el término “excepción” o si aclararle que no estoy a disgusto. Pero mejor vamos por partes… 

Primero, he estudiado lo suficiente como para vivir dignamente y trabajar en la academia nacional e internacional, sin necesitar ingresos extras de pandillas ni de partidos políticos, ni menos de fondos públicos. Si tiene alguna duda vea el origen de mi correo electrónico; si necesita mi hoja de vida se la puedo enviar; inclusive el Ministerio de Hacienda le puede dar un reporte completo de mi ingresos y egresos.  

No tengo necesidad de “ocultar o reservar” mi información laboral, la cual integra actividades docentes e investigativas en mi historial de: Universidad Francisco Gavidia, Universidad Dr. José Matías Delgado, Universidad de El Salvador, Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, ISEADE-FEPADE, ICAP de Costa Rica, CECC-SICA, Banco Mundial, BID, GiZ, Unión Europea, Plan Internacional, Save the Children, UNESCO, UNICEF, OIT, Arizona State University, entre muchas otras.         

Seguramente Usted no me conoce, y le aclaro que no me interesa que me conozca ni yo conocerlo a Usted. No obstante, me parece muy arriesgado, atrevido, insultante, poco inteligente, plantear la hipótesis de que en algún momento de mi carrera profesional pude recibir ingresos de pandillas. De lo único que podría avergonzarme podría ser de mi rapsódico período como asesor de la Asamblea Legislativa para construir un par de leyes que nunca se aprobaron, por suerte fueron pocos meses y tengo una orgullosa carta de renuncia. 

Usted está protegido muy por su fuero legislativo; no tengo idea si este comentario suyo podría ser sujeto de una demanda por difamación. Yo sí me siento difamado e insultado. Seguramente Usted no pedirá disculpas y todo quedará en la red social como un exabrupto más de la matonería de los Diputados que tienen licencia para decir y escribir cualquier estupidez y vulgaridad. 

Quisiera creer y pensar que un legislador, que un “Padre de la Patria”, que un diputado es una persona digna, respetuosa, educada, culta, ejemplo para los demás, referente del país. Qué pueda tener opiniones distintas a cualquier ciudadano o académico, y que pueda generar un debate de altura con sus discrepancias. Pero no, el estilo actual es agredir, insultar y ofender, así como lo hizo el Presidente cuando me llamó “El loco de la Gavidia”, por discrepancias absurdas. 

Así no se hace país ni democracia Diputado…; con insultos y agresiones injustificadas lejos de mejorar y hacer de El Salvador un país modelo, lo que logra es división, antagonismo y una cultura del odio. 

¿Usted cree que todo lo que hacen es perfecto…?, ¿qué no debe estar sometido a crítica cuando su cargo y honorarios vienen de nuestros impuestos?, ¿se cree omnipotente y dueño de la verdad?. Particularmente yo no tengo ningún interés político, mi trabajo es académico, y generalmente traslado datos de la ciudadanía a través de las encuestas; ni siquiera, en muchos casos, puede ser mi opinión o de la universidad.   

Pero en otras circunstancias, como el texto comentado al inicio sí es mi punto de vista profesional. Reconozco que hay un logro en los resultados de las intervenciones de seguridad pero cuestiono si el régimen de excepción se está instalando como un régimen normalizado. También cuestiono sobre las personas capturadas que son inocentes ¿le molesta esto…?, ¿no cree que está asumiendo una postura fanática, intolerante, acrítica, absolutista? 

Bien, no quisiera desperdiciar más tinta ni tiempo; solo buscaba ejercer mi derecho de decencia y de respuesta a sus comentarios irresponsables. Ustedes insultan a muchas personas, y la mayoría los ignora o hace caso omiso. Yo sí me siento indignado y ofendido, y como académico, padre, esposo, docente e investigador no me puedo dar el lujo de quedarme callado y dejar pasar sus infelices comentarios. 

Sin mayores muestras de mi consideración, me despido, pero haga algo positivo por el país y por la deteriorada imagen de la clase política y de la Asamblea Legislativa: Respete…   

Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor.  

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