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Centroamérica rumbo al precipicio…

Centroamérica va rumbo al precipicio, de espaldas y sin frenos… Esta semana presidí un tribunal doctoral del Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP), el doctorando de la IV promoción Olman Rojas defendía su trabajo titulado: “Los Empréstitos en Costa Rica: un Puente entre lo Público y lo Privado”.

Los brillantes resultados de esta disertación dibujaban una Costa Rica desconocida: más de 19,985 leyes promulgadas y de 42,037 Decretos emitidos entre 2006 a octubre 2019; sí, leyó bien y no es una errata. Empréstitos ineficientes; pago de multas por incumplimientos, en promedio 5.4 millones de dólares anual en los últimos diez años; un futuro comprometido por un pasado desvinculado; una adhocracia (Mintzberg) instalada.

En una década, Costa Rica ha adquirido 271 empréstitos; en el 2009 el endeudamiento estaba en 40.4%, al 2020 llegó al 82.8%; la disciplina fiscal de la segunda república costarricense de Don José María Hipólito Figueres Ferrer, “Don Pepe”, se comenzó a deteriorar estrepitosamente y el futuro es incierto.

El país abanderado y modelo de la región va mal y, aunque sabemos que posee una ciudadanía con mejor escolaridad e instituciones educativas sólidas, su clase política está aniquilando aceleradamente la institucionalidad democrática.

Por otro lado, Nicaragua sigue construyendo una dictadura a pasos agigantados. Cualquier opositor o periodista que se atreva a criticar al gobierno es encarcelado por traición a la patria, así de simple y llano. Ortega y Murillo aprendieron muy bien el guion de Somoza. Otro país que camina rumbo al oscurantismo democrático.

De Guatemala, Honduras y El Salvador, como ya anotamos: Superamos el paradigma de las “Repúblicas Bananeras” (O. Henry, 1904) e ingresamos a otra categoría más sofisticada y perversa que integran los siete jinetes apocalípticos de la degradación democrática: I) Narcotráfico, II) Corrupción, III) Impunidad, IV) Pobreza, V) Autoritarismo, VI) Violencia y VII) Migración.

El fracaso democrático en la región es evidente; además, durante los últimos treinta años, no pudo USAID (y todos sus contratistas), la Unión Europea, GiZ, JICA, KOICA, Taiwán, AECID, el INCAE, BID, Banco Mundial, BCIE, SICA, OXFAM, Luxemburgo, entre muchos otros organismos y cooperantes, construir un “mínimo” de institucionalidad democrática y domesticar a una clase política voraz e irresponsable. Fueron cientos o miles de millones de dólares en apoyos… y no se nota en lo más mínimo.

Uno de los miembros del jurado y lector de la tesis, el Dr. Caryl Alonso Jiménez manifestó: “500 paginas no son suficientes para decir toda la verdad”; en efecto, es de tal magnitud el descalabro que se está construyendo en la región cuyas consecuencias terminarán afectando las bases del pensamiento democrático, e inexorablemente los pueblos cansados y agobiados terminarán optando por modelos o líderes peligrosamente alternativos.

Volviendo al análisis de los empréstitos, queda pendiente discutir el costo-beneficio y la tasa de retorno de estas inversiones; también su alta inoperancia por la ausencia de políticas de Estado; y es que funcionamos con políticas de gobierno, de corto plazo. Así, estos empréstitos suelen ser oportunidades o excusas para hacer millonarios a los amigos o parientes de los gobernantes, hipotecando el futuro.

El diagnóstico de Olman Rojas es claro: Falta de estrategia y planificación; ausencia de apoyo político e institucional; debilidades en áreas financiera, administrativa, operativa, para cumplir metas, planes, actividades y tareas; falencias conceptuales y técnicas además de descuidos en la elaboración de los carteles de licitación; carencias en las Unidades Ejecutoras para la ejecución de proyectos; incapacidad para comenzar con los trámites necesarios exigidos por los empréstitos; serias limitaciones institucionales para desarrollar varios programas o proyectos simultáneamente.

En un país de Sudamérica se hizo un estudio para calcular el costo de una escoba para un centro educativo; se siguió la ruta de la requisición, que pasó por cinco oficinas; se calculó cuántas personas revisaron, firmaron y sellaron; se analizó el diseño de requisiciones acumuladas; luego técnicos redactaron bases de licitación y procedimientos; estos documentos fueron y vinieron a diversos despachos técnicos y jurídicos; se publicaron los carteles en medios de comunicación; se recibieron preguntas y ofertas; éstas últimas se evaluaron; papeles y más papeles, actas, declaraciones juradas, documentos fiscales… al final una escoba representaba un costo burocrático que superaba los US$ 18,000, así funciona nuestra democracia.

La gente observa la corrupción y la ineficiencia y se cansa; va cambiando de candidato y de partido; luego sigue observando que las promesas no se cumplen; me imagino que ya saben lo que sigue…

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