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 2706-5421

educacion

Cinco ideas “estúpidas” sobre educación…

1.- Un estudiante típico del sistema educativo público podría pasar en un centro educativo al menos 11 años, es decir 2,200 días, equivalente a 11,000 horas. A nivel privado, al estudiante, le agregamos tres años más de educación preescolar y/o por sistema bilingüe como posibilidad, lo que suma 3,000 días, y, además, le agregamos tres horas más de la jornada escolar, resultando 21,000 horas. La diferencia es significativa: Son 800 días y 10,000 horas más de diferencia. Pero a este dato le debemos incorporar otras variables cruciales: Calidad y eficiencia de los docentes; acceso a laboratorios y recursos didácticos; un clima escolar apropiado; y cumplimiento del calendario escolar. Esto ayuda a entender los resultados de pruebas estandarizadas. Valga la aclaración que en algunos centros educativos públicos se trabaja con la misma intensidad y capacidad de los privados, pero son la excepción y no la regla. Estudios de E. Schiefelbein señalan que, en El Salvador, en la mayoría de centros escolares de los 200 días que establece la Ley General de Educación se cumplen menos de 100 días de aprendizaje efectivo. Finalmente, gracias al sistema educativo tenemos dos tipos de ciudadanos… 

2.- No se dignifica la docencia con aumentos salariales del 5% o 10%, ni con capacitaciones de corta y mediana duración; estos son parches politiqueros. La verdadera dignificación pasa por reubicar el rol docente en la sociedad, y esto implica el diseño de una política pública educativa de largo plazo que atraiga, retenga y contrate a los mejores estudiantes y profesionales. Supone un salario equiparado con las profesiones élite de la sociedad, y transformar el modelo formativo. Un buen ejemplo: comparar la formación del médico con la del docente: ocho años versus tres años, y ambos deben dominar cuatro especialidades; Médicos: cirugía, medicina interna, pediatría y ginecología; Maestros: matemáticas, ciencias –biología, química y física-, lenguaje y sociales. 

3.- Nuestros estudiantes “conocen, pero poco comprenden y menos pueden aplicar lo que saben”; esta es una conclusión de los resultados de pruebas estandarizadas; y es obvio, debido a la ausencia de laboratorios y recursos didácticos apropiados. Los discentes aprenden de dictado y los más afortunados con libros de texto, una élite con acceso a internet; pero son una minoría los que pueden acceder a comprobar las teorías en una fase experimental. De tal modo que los conocimientos de la mayoría no son pertinentes ni significativos. Formamos estudiantes para el consumo y no para producir. Prueba de ello son las patentes universitarias: Simplemente, no hay.  

4.- No tenemos currículo nacional, sólo hay programas de estudio y estos no están estructurados. Navegamos en las encrespadas aguas globales: Sin mapa, sin brújula y sin ancla, listos para naufragar. No sabemos cuál es el perfil del ciudadano que nos aporta el sistema educativo; de hecho, muchos pandilleros pasaron por las escuelas y al menos terminaron el quinto grado. Cada maestro le hecha las culpas a su antecesor, y en no pocos casos los estudiantes pasan de grado sin tener las capacidades, competencias y/o conocimientos, y así llegan a la universidad. Sólo llega el 24% y se gradúan la mitad…  

5.- Entre tercer ciclo y bachillerato perdemos seis de cada diez estudiantes… ¿por qué…? Han pasado 25 años y tenemos ideas borrosas; los perdemos por la situación de violencia, por razones económicas, por migración. Pero lo peor, es que estos seis estudiantes que perdemos van a engrosar las filas de pandilleros y migrantes. La solución de los principales problemas del país está en la escuela y no en incrementar los policías y las cárceles. ¿Le explicamos la importancia de la retención escolar con manzanas…? 

Educación sigue siendo la clave y el Talón de Aquiles, sigue siendo importante en el discurso, pero menospreciada en la práctica, continúa siendo una posibilidad su financiamiento ideal del 6% pero en los presupuestos no llega ni al 4%. Los políticos se burlan del sistema educativo y de educación superior, no se lo toman en serio, ya que ellos con seguridad enviarán a sus hijos o nietos a las escuelas bilingües y luego a estudiar al extranjero ¿no es cierto?, y ¡hasta los más revolucionarios y críticos lo han hecho así! Debemos preguntarle a la clase política: ¿Creen que somos estúpidos…? 

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