Gilma Alvarado-Guerra y Johanna Segovia
Cirrípedos: desapercibidos, pero protagonistas en nuestros litorales rocosos
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- , Ciencias del mar
Todos los organismos con los que convivimos a diario en este planeta son interesantes. En particular los que habitan en la costa salvadoreña. Nuestros ecosistemas albergan un sin número de especies acuáticas esperando a ser estudiadas. Estas especies van desde algo muy simple a lo más complejo de comprender; cada una con un rol importante para el mantenimiento y sostenibilidad del ecosistema.
Los cirrípedos, por ejemplo, se encuentran en casi todos los litorales rocosos del país, pero se conoce muy poco acerca de ellos, y con mucha frecuencia suelen pasar desapercibidos. Esto, posiblemente se deba a que su aspecto físico es poco llamativo para el ojo humano, incluso hasta para casi la mayoría de los científicos. Este grupo de crustáceos, son llamados de tal forma (cirrípedos) porque poseen una serie de cirros o pies, los cuales utilizan para realizar diferentes actividades como: reproducción y alimentación.
Habitan litorales rocosos, sistemas estuarinos, e incluso se observan adheridos a sustratos artifíciales (plástico, muelles, corchos, madera, etc.) y organismos vivos (cetáceos, tortugas, moluscos, otros crustáceos). Viven en condiciones extremas, por lo que han desarrollado diferentes adaptaciones que les permiten sobrevivir en altas temperaturas, durante la marea baja, o al impacto causado por las olas, durante marea alta. Los cirrípedos son filtradores de partículas, lo que favorece a la limpieza en los sistemas acuáticos, característica que los ha llevado a ser reconocidos como indicadores de contaminación. Por sus métodos de distribución, son competidores primarios con relación a los demás organismos en comunidades de invertebrados marinos, a diario viven compitiendo por espacio y alimento.
El Salvador tiene 12 especies de registro en total hasta la fecha. Desde 1958, Chan et al. (2016) reportó cuatro especies; distribuidas en los departamentos de Ahuachapán, La Libertad y La Unión. Los recientes estudios realizados por Alvarado-Guerra et al. (2021) aumentaron esa riqueza del país con ocho especies más para el departamento de La Unión; la mayoría representadas en el género Chthamalus.
Los ecosistemas costeros de nuestro país, junto con la representatividad y funcionabilidad de este grupo, son de gran potencial para la generación de conocimiento científico, por tal razón, es indispensable continuar con los esfuerzos de investigación científica, motivar a futuros investigadores y promover la sensibilización del cuidado y conservación de estos hábitats en la población.
Referencias bibliográficas:
Alvarado-Guerra G.V, Segovia J, Sibaja-Cordero J.A, Martínez M.N. (2021). Cirripedios torácicos en el litoral rocoso de Punta Amapala, La Unión, El Salvador. Realidad y Reflexión 54(54):50 – 65. https://doi.org/10.5377/ryr.v54i54.12059
Chan B.K.K., Chen H.N., Dando P.R., Southward A.J., Southward E.C. (2016). Biodiversity and Biogeography of Chthamalid Barnacles from the North-Eastern Pacific (Crustacea Cirripedia). PLoS ONE 11(3): e0149556. https://doi.org/10.1371/journal. pone.0149556
El Salvador tiene 12 especies de registro en total hasta la fecha. Desde 1958, Chan et al. (2016) reportó cuatro especies; distribuidas en los departamentos de Ahuachapán, La Libertad y La Unión. Los recientes estudios realizados por Alvarado-Guerra et al. (2021) aumentaron esa riqueza del país con ocho especies más para el departamento de La Unión; la mayoría representadas en el género Chthamalus.
Los ecosistemas costeros de nuestro país, junto con la representatividad y funcionabilidad de este grupo, son de gran potencial para la generación de conocimiento científico, por tal razón, es indispensable continuar con los esfuerzos de investigación científica, motivar a futuros investigadores y promover la sensibilización del cuidado y conservación de estos hábitats en la población.