Susana Joma
Colegios buscan estar vigentes en la preferencia de los padres de familia
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Luego de que la Asociación de Colegios Privados (ACPES) reconociera que en los últimos años los centros de ese sector tuvieron una reducción de estudiantes, para este 2023 buscarán poner en marcha estrategias de mejora educativa que les permita nuevamente volverse atractivos ante los ojos y necesidades de la población.
Javier Hernández, quien lleva varios años al frente de la ACPES, reitera que en por lo menos 300 a 400 colegios (20 %) que forman parte de esa gremial están, de forma progresiva, incorporando un nuevo modelo educativo integral e innovador que ha sido diseñado a partir de los resultados que les han arrojado diversos estudios.
“Habrá algunos (centros) que, por razones muy íntimas, institucionalmente hablando, no pueden este año asumirlo (el modelo) pero pueden provocarlo para que el 2024 lo asuman al 100 %”, indica.
La apuesta en lo privado durante este año, en el que se vuelve a la educación totalmente presencial, es alcanzar una matrícula no menor a los 225 mil estudiantes, desde Educación Inicial, pasando por Parvularia, Educación Básica y Media.
La introducción de un nuevo modelo educativo coincide con el hecho de que, en el marco de la pandemia, el sector perdió el atractivo entre los padres de familia ante la oferta de tecnología que lanzó el gobierno para los alumnos del sector público, sino también por la misma situación económica venida a menos en los hogares, factores que han identificado como causas de migración de escolares hacia los centros públicos, y también hacia afuera del país.
El modelo, del que el representante de la ACPES empezó a hablar en el marco de la inauguración del año escolar de ese sector, respondería a un enfoque metodológico que busca alejarse de la enseñanza estandarizada ofertada en el sector público.
“Este nuevo modelo también contempla que, si vamos a ampliar las jornadas laborales académicamente hablando, también vamos a poder cualificar o mejorar las áreas de accionar académica, más que todo en la parte de (brindar un) segundo idioma o tercer idioma que vendría a traerle mayor competitividad al servicio educativo que los colegios privados estamos dando”, razona.
Hernández Amaya, subraya que el hecho de que los alumnos estarán más tiempo en el colegio irá de la mano con la medida de que no lleven tareas para desarrollar en casa; las harán en el centro de estudios, lo que supondría una disminución de carga para los padres de familia y una oportunidad para que los niños tengan en casa un espacio para relajarse y disfrutar con su familia.
Sin embargo, también garantiza que los estudiantes sean más activos en su aprendizaje, tomando en cuenta que entre los escolares de los colegios se han agudizado algunas actitudes que no favorecen su formación.
“El comportamiento y la actitud del estudiante para este sistema lo que nos está dando a entender es que durante la no presencialidad entró a una zona de confort de la cual está costando a sacarlo, en donde se acostumbró a rendir poco y a premiarlo mucho o a mentir sobre su aprendizaje”, explica. Se trata de un fenómeno que, de igual forma, ha sido advertido entre los escolares del sector público.
Las nuevas disposiciones que conlleva el modelo integral refleja también que en el sector habrían calado las quejas constantes que los padres hicieron en redes sociales en tiempos de la pandemia, la mayoría relacionadas a un exceso de tareas que para muchos agobiaba a los escolares y sobrepasaba su rol de padre al de profesor. No obstante, también estaría respondiendo a la realidad de hogares en donde no hay nadie que acompañe al niño en el desarrollo de las tareas, mucho de ello porque los dos padres trabajan todo el día, otros han migrado, o son madres solteras.
Este esfuerzo, en palabras de Javier Hernández, llevará aparejado un proceso de capacitación del sistema magisterial privado, para que haga propio el modelo y su enfoque metodológico.
“Hay que pensar que como empresario la alternativa de tener un nuevo modelo educativo le da a soñar con una mayor cantidad de estudiantes que van a probar ese modelo, que (los padres) lo van a ver como positivo, y que al ver el producto educativo que sacamos van a estar conformes y van a buscar más a la educación privada”, argumenta al consultar sobre la inversión que implicará.
En el sector educativo privado hay otro anhelo para este 2023, y es el de empoderar a los centros educativos privados sobre el uso de la tecnología al servicio del aprendizaje, aprovechando la experiencia que se tuvo durante el trabajo no presencial, pero sin idealizarla y sin descuidar la humanización de la educación con la práctica de valores.
Según afirma, además de elevar la población estudiantil también buscan incrementar los niveles de aprendizaje, luego de que en el sector han podido evidenciar como en la actualidad en un mismo salón de clases confluyen niños con distintos niveles de déficit cognitivo.
“Ahora en el aula, si bien es cierto el sistema (educativo) lo ordena por niveles, pero usted puede tener un quinto grado con 25 niñas y 25 niños de los cuales (hay) 12 niños que ni siquiera pasan la prueba de un 4o. grado, y algunos ni la prueba de 3o. grado, porque ahora lo que enfrentamos es una diversidad de estudiantes con aprendizajes distintos”, insiste.
Sin embargo, con el modelo educativo que están buscando aplicar quieren dar una solución a las necesidades de aprendizaje de cada alumno, a partir de la realidad de cada colegio.
“Nosotros esperamos que cuando se produzcan las pruebas a nivel censal, como la Avanzo, la Prueba de Logros que este año se hará, o como la prueba diagnóstica que se plantea hacer en el sistema en general, podamos ver la gran diferencia en cuanto a los resultados gracias a este modelo que nosotros estamos aplicando”, expresa el representante de la Asociación de Colegios Privados.
Hernández Amaya es del criterio que la realidad que se vive ahora, presencial, obliga a repensar y recrear ambientes efectivos de aprendizaje algo que reconoce no es fácil, pero también señala que no se puede continuar con modelo de trabajo educativo estandarizado como ocurre en el sistema público.
Con respecto de la pandemia, el representante de la ACPES coincide con algunos gremios de profesores del sector público, en que dentro de las comunidades educativas a estas alturas ya se ha superado los miedos al contagio, que el tema está controlado pero que seguirán cuidando de que las instituciones pongan siempre en marcha las medidas de bioseguridad para estar preparados ante otra eventualidad sanitaria que pueda surgir.