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 2706-5421

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Jeser Candray

Comienzan los juegos del hambre

No sé bien si llamarlo “juegos del hambre”, versión conocida de la serie de libros The Hunger Games de la novelista Suzanne Collins y popularizada por las películas del mismo nombre o llamarlo “el juego de las sillas”, lo cierto es que de los 84 diputados y diputadas que el 1 de junio estaban aplaudiendo y aprobando “por aclamación” sin, nuevamente, haber leído el decreto antes ahora deben de temer por su futuro político. Hay cosas que no cambian.

Lo que sí cambiará es la distribución de las diputaciones. Expliquemos algunas cosas. Primero hay que saber que la cantidad de diputados se establece en el Código Electoral y no en la Constitución, ¿esto importa?, pues sí, porque si fuera constitucional, reformar la cantidad requeriría al menos tres años y dos asambleas distintas para modificarlo, lo que quería decir que sería imposible su funcionamiento para las elecciones 2023. Segundo, actualmente el código electoral establece que las diputaciones se asignan según la circunscripción electoral, en este caso los 14 departamentos, a quienes se les asigna una cantidad de diputados por la población que tengan por el último censo[1] (Código Electoral, art. 13), pero a esto se agrega una condición, que cada departamento (circunscripción electoral de diputados) tenga como mínimo 3 diputados.  Así, según el censo 2007 la distribución de los diputados quedó:

Tabla 1
Tabla 1

Para esta distribución la Asamblea utiliza el llamado “cociente nacional” que resulta de dividir el total de la población por total de diputados. Luego, la población de cada departamento se divide por el cociente y se le asignan los diputados. Si aún restan diputaciones por asignar, se asigna al mayor residuo.

Esta última condición hizo que aparecieran las primeras distorsiones porque la distribución debería cumplir el criterio de representatividad proporcional lo más posible, es decir, que la cantidad de diputados a cada departamento represente lo más posible la cantidad de población que posee, pero, San Vicente y Cabañas, al no alcanzar la cantidad mínima de diputados por su poca población, reciben un diputado más que sobrerrepresenta los departamentos.

Sin embargo, si a unos se les asigna, a otros debe quitárseles y la Asamblea Legislativa retiró un diputado a cada uno de los departamentos de Santa Ana, La Paz y Ahuachapán. San Salvador también recibió un diputado más que lo sobrerrepresenta.

Ahora bien, con el anuncio del 1 de junio, es decir, reducir de 84 a 60 diputados de la Asamblea Legislativa, si llega a implementarse para las elecciones 2024, ¿cómo afecta la distribución? Infelizmente, no sabemos, dado que el presidente Bukele no dio más detalles, pero si seguimos lo dictado por el Código Electoral, podríamos plantearnos algunos escenarios.

Escenario 1: se reparten las diputaciones según el Censo 2007

Tabla 2
Tabla 2

Dado que el Censo aún no ha sido actualizado, la distribución proporcional por departamento se vería como aparece en la tabla 2 anterior sin la condición de 3 diputaciones como mínimo por departamento.

Escenario 2: se reparten las diputaciones según el Censo 2007 y el Cociente Nacional

Usando la distribución según el código electoral, se asignan diputaciones según el cociente nacional (Columna uno), asignándose 53 diputados por “cociente”, pero como deben ser 60 diputados, los otros 7 se asignan en orden de mayor residuo (columna 2). Así, la distribución sería la de la tabla 3 siguiente:

Tabla 3
Tabla 3

Sin embargo, esta distribución, además de subrrepresentar los departamentos de Morazan, San Vicente y Cabañas, seis de los catorce los departamentos no tendrían el mínimo, Cabañas y San Vicente por poco aseguran el segundo diputado debido a su baja población. ¿cómo quedaría ajustada si se cumple la condición? Ese es el escenario 3.

Escenario 3: se reparten las diputaciones según el Censo 2007, el Cociente Nacional y un mínimo de 3 diputados por departamento

Una vez distribuida las diputaciones por Cociente Nacional (columna 1), restaría asignar los siete restantes a los departamentos para asegurar que cada uno tenga al menos 3 diputados. Asignando un diputado más a Chalatenango, Cuscatlán y La Unión y dos a los departamentos de Morazán. Sin embargo, para cumplir este requisito, se necesitan 9 diputados y solo sobran 7; en ese caso, se retira un diputado a San Salvador y La Libertad que tienen una mayor cantidad de diputados. Quedando así:

Tabla 4
Tabla 4

Esta salida, sin embargo, genera mayores distorsiones puesto que los departamentos de San Salvador, La Libertad, Santa Ana, Sonsonate, estarían claramente subrepresentados, mientras que Morazán, San Vicente, Cabañas, Chalatenango, Cuscatlán y La Unión estarían sobrerrepresentados. Solo San Miguel, Usulután y La Paz serían la excepción.

La distribución de las diputaciones es importante, porque puede modificar los resultados de las elecciones. Esto me lleva a la última travesura, ¿cómo habría quedado la Asamblea Legislativa con esta distribución? Veamos.

Distribución de la Asamblea Legislativa con 60 diputados, sobre la base de los resultados de las Elecciones 2021

Si ajustamos el resultado departamental de las elecciones de 2021 a la distribución de diputaciones según la tabla 4 anterior, los datos reflejan que el mayor afectado es Gana que solo mantendría el diputado por San Salvador, seguido por Nuevas Ideas y Vamos que no habría obtenido diputado.

Tabla 5
Tabla 5

Sin embargo, las fuerzas de poder habrían sido las mismas, ya que NI podría mantener las votaciones por mayoría simple (mitad más uno, o sea, 31 diputados), mayoría calificada (dos tercios, o sea, 40 diputados), pero la mayoría para la excepción, clave para mantener el actual régimen de excepción (tres cuartos, o sea, 45 diputados) podría estar más disputada al estar la oposición cerca de los 16 necesarios para impedirla.

Claro, existen otros escenarios y, dependiendo de cómo la Asamblea modifique esta distribución, se verá el nivel de manipulación al que está dispuesto el partido oficial a llegar para mantener las mayorías. En fin, sabemos que la realidad es muy distinta a la de 2021. Los partidos de oposición están más debilitados, el partido oficial usará todo el aparato del estado para garantizar su posición y el TSE ya ha dado muestras claras de a dónde irá. Hay otras variables en juego: el peso de los votos de los salvadoreños en el exterior, por ejemplo, van a afectar este tablero. Por ahora, dejemos de especular. Que comience el juego.

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