Disruptiva
Discuten sobre el rol del biólogo en la sociedad salvadoreña
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El estado de la carrera de Biología, la importancia del quehacer científico o la identificación de fondos para proyectos fue parte de una importante discusión sobre el papel del biólogo en El Salvador. Siete biólogos se reunieron, el pasado 6 de junio, en las instalaciones de la Universidad Francisco Gavidida (UFG) en el conversatorio “El rol del biólogo en la sociedad salvadoreña”.
La actividad fue organizada por el Centro de Investigación Marina y Limnológica (CIMARyL) de la UFG y el Colegio Salvadoreño de Biólogos (COBIES), contando con la participación de: Eunice Echeverría, directora del Museo de Historia Natural de El Salvador; Arturo Núñez, especialista evaluador en los juzgados ambientales de la Corte Suprema de Justicia; Mauricio Velásquez, coordinador de proyectos de la Fundación Domenech; Daisy Herrera, técnica del Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES); Miguel Moreno, docente e investigador de la Escuela de Biología de la Universidad de El Salvador; y Alejandra Trejo, investigadora del CIMARyL-UFG.
El lunes 15 de mayo, la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó conmemorar el “Día del Biólogo Salvadoreño”, cada 6 de junio. Con ello, el Legislativo busca “reconocer los aportes científicos e investigativos que los especialistas en la materia realizan en beneficio del medio ambiente, la biodiversidad y la población”.
En virtud de dicho hito histórico, especialistas en diversas áreas de la Biología, se dieron cita en el conversatorio para dialogar al respecto de los retos actuales del campo y las necesidades en el mismo. Sobre ello, la gestión de proyectos fue un ítem discutido: se resaltó su importancia en el quehacer científico, con miras a la obtención de fondos tanto para el desarrollo de proyectos como para la ejecución de investigaciones; el diseño del proyecto mismo reviste particular trascendencia: el pensar en los beneficios, los por qué y los para qué, a fin de facilitar la visualización y búsqueda de alianzas con la empresa privada, sin olvidar el incorporar a las comunidades desde la formulación misma.
También se habló de la importancia de las colecciones biológicas existentes. Una colección científica, para su debida construcción, requiere de personal especializado que procese, además del espécimen, la data necesaria para identificar hábitat, fechas, lugares, épocas, entre otros aspectos. Este ejercicio taxonómico y de conservación, provee de la línea base histórica y biológica para conocer el acervo natural de una región (cumpliendo además una función educativa), mismo que es útil como antecedente y contexto para nuevos proyectos, y a su vez, para el estudio e incorporación de nuevas especies en el inventario científico. Como retos en esta área se destaca la formación, ya que se requiere de profesionales que puedan administrar y manejar colecciones, y la información asociada a las mismas (taxónomos); a su vez, el mantenimiento de una colección, ya sea pública o privada, requiere de financiamiento.
Otras consideraciones fueron alrededor del ejercicio investigativo: el no tener miedo a investigar, el pensar en positivo y visualizar la investigación como campo de oportunidad y, además, desde un enfoque de “integridad ambiental”, es decir, el apostarle a una comprensión holística de los fenómenos. El biólogo también, idealmente, debe implicarse en la formulación de proyectos de conservación y en áreas como la generación de políticas públicas.
Lo legal fue otro aspecto tratado en el panel: en el ejercicio biológico el derecho ambiental se ha convertido es un valedor jurídico para el resguardo del patrimonio natural. El que exista una normativa implica que hay una necesidad de la misma: la jurisdicción ambiental va desde la importancia del cumplimiento de las medidas establecidas, la verificación del cumplimiento de estas mismas y el ejercicio de contraloría; es vital para un biólogo en la actualidad el conocer sobre políticas y legislación.
Sobre el aspecto formativo, se visualiza la academia como un espacio de preguntas, siendo que una adecuada formulación de preguntas conlleva a formular respuestas pertinentes para el avance de la ciencia. Por ello la formación académica es crucial que sea pertinente y actualizada: el biólogo, como científico, está destinado a llenar nuevos espacios y a empoderarse de nuevos lugares. Para ello, es determinante que, desde la formación primaria, se genere conciencia sobre la importancia del cuido y la conservación de los recursos naturales.
A través de este tipo de actividades, el CIMARyL, como unidad de apoyo del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI) de la UFG, provee espacios de discusión pertinentes sobre la actualidad científica. Desde el ICTI – UFG se trabaja en el diseño de oferta académica para fortalecer las competencias de los científicos salvadoreños en Ciencias del Mar, robusteciendo a su vez esta línea de investigación institucional a través de la adquisición de equipo (ROV submarino «Chasing M2»), investigaciones, publicaciones y la realización de actividades especializadas.