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Susana Joma

Educación reportó 14,255 estudiantes que trabajaban en 2023

Cada año lectivo muchos estudiantes se enfrentan a dificultades para terminar sus estudios, algunos lo logran con el apoyo de sus padres, sin embargo, para otros, los que deben trabajar para salir adelante, el esfuerzo resulta ser doble. 

Según las estadísticas sobre la situación escolar en 2023, que el Ministerio de Educación (MINED) publicó recientemente, dan cuenta que ese año un total de 14,255 estudiantes, distribuidos en 2,343 centros educativos, reportaron que trabajan.   

El especialista educativo Jeser Candray Menjívar, investigador asociado del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) hace notar que, a pesar de que el MINED actualmente no tiene publicadas en su sitio en línea las estadísticas educativas completas, puede hablarse de que hay una tendencia a una reducción paulatina en el número de escolares que declaran estar trabajando.  

Candray explica que, en 2014, el porcentaje de alumnos que estudiaba y trabajaba fue de 5.5 %, en 2015 de 4.7 %, en 2017 de 3.5 % y en 2018 de 3.3 %, según datos estadísticos a los que tuvo acceso antes de que el MINED los retirara de la web.  

Sin embargo, en El Salvador, según los reportes de la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples 2022, publicada por el Banco Central de Reserva (BCR), a nivel nacional el número de niños, niñas, adolescentes, de entre 5 y 17 años, que trabajan es de 66,353, equivalente a una tasa de incidencia de 5.1 %. Del total de escolares que labora 15,704 lo hacen en actividades peligrosas. 

En los datos del año 2023 publicados por la cartera de Estado señalan que ese año 4,930 escolares realizaron actividades varias; 2,658 trabajaron en jornadas agrícolas, diferentes del café y la caña de azúcar; 1,904 como vendedores ambulantes, por mayor o menor; 985 se desempeñaron en el ramo de servicios; 879 en la construcción; 849 se dedicaron al trabajo doméstico remunerado; 506 estuvieron en tareas vinculadas a la crianza de ganado y aves de corral; 494 en actividades de alimentación; 182 en la pesca; 347 en actividades manufactureras; 31 están en coheterías y 40 como pepenadores de basura. 

El investigador detalla que los datos sobre escolares que trabajan tendrían que leerse a la luz de otros factores sociales. “Creo que hay un incidente mucho más fuerte que puede estar sacando estudiantes. Tenemos que dar cuenta quizás de dos motivos, el primero es que la matrícula viene cayendo constantemente. Entonces es normal que, si la matrícula cae la cantidad de estudiantes que están en trabajos también pueda estar disminuyendo, y la otra que le mencionaba es la migración”, señaló. 

Candray expone que las autoridades educativas deberían de medir si la migración se ha disparado. “A mí me parece que hubo una pequeña pausa dentro de la pandemia, acerca de la migración, pero parece que se ha retomado después de la normalización entre comillas de la vida del país”. 

Un reciente informe publicado por la Asociación Tutela Legal “María Julia Hernández” y producido por la investigadora Celia Medrano da cuenta de que durante los últimos cinco años un total de 359,294 migrantes de El Salvador fueron detenidos en las fronteras sur de Estados Unidos y México; y en efecto el año en que menos migraron fue 2019 cuando empezó la pandemia. La principal causa de migración de adultos, niños, niñas y adolescentes, según precisa Medrano, sigue siendo la problemática económica. 

Los datos del estudio también señalan que El Salvador se ubica en sexto lugar del top 10 de países origen de migrantes irregulares que fueron detenidos en el 2023, arriba están Guatemala y Honduras.  

“Toda reducción del trabajo infantil es buena, porque niños y niñas que tienen que estar en el aula, en las mejores condiciones que se le puedan dar. No sé hasta qué punto las condiciones que estemos dando estén siendo incentivo. Habrá que preguntarle al estudiante si sienten incentivo de ir al aula. Ese sería el reto principal antes de hablar si estamos bien o mal”, añadió Candray. Sin embargo, en el contexto actual, cuando las encuestas muestran que la economía familiar está afectada, no descarta que el número de estudiantes que trabajen pueda volver a incrementarse, incluso la migración. 

“La inflación de El Salvador, estaba publicando un periódico, en enero, fue mayor del 1 %. En el país, históricamente, la inflación, por ser un país dolarizado, es muy, muy pequeña y que esté en 1 % mensual es un indicativo de que las cosas están encareciéndose. La gente ya lo percibe en su día a día, es perceptible encontrar que la inflación está creciendo, ¿y eso qué hace? Empuja a que las prioridades estén en otras partes, entonces en determinada forma si puede haber un momento en que si las condiciones no están no solo el trabajo infantil crezca, sino la matrícula en otras instancias, como la educación superior, también pueda verse reducida, afectada por eso”, indica Candray. 

El profesor Daniel Rodríguez, del gremio de profesores SIMEDUCO, sostiene que, en efecto, dentro de las comunidades educativas siempre se encuentra más de algún estudiante que trabaja. 

Rodríguez, al hablar sobre el desafío que los escolares tienen al trabajar y estudiar, señala que si son aplicados esta actividad no debería afectarlos “pero el problema de fondo es que los niños, niñas y adolescentes solo deben estudiar, ya que la familia y el estado debe garantizar todos los demás”. 

El sindicalista expone que un alumno que trabaja y estudia es una persona muy valiosa y el Centro Escolar en donde estudie debe apoyarlo en todo y debe ser bastante flexible, con las tareas, horarios y jornadas de estudio. Sin embargo, también el estudiante debe poner más de su parte para llevar en forma paralela las dos actividades. 

“Entonces creemos, como SIMEDUCO, que a los niños, niñas y adolescentes que trabajan y estudian se le debe brindar todo el apoyo necesario para que logren sus objetivos y alcancen sus metas”, insiste. 

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