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 2706-5421

Trabajo1

El trabajo decente en El Salvador después del confinamiento

Hoy por hoy, en nuestro país, es un verdadero desafío hacer referencia al trabajo decente, ya que este es un concepto que busca expresar lo que debería ser el trabajo, en el mundo globalizado del siglo XXI, un buen trabajo o un empleo digno, a lo cual muy pocos salvadoreños tienen acceso, los términos «empleo» y «trabajo» se usan como sinónimos, eprimero, hace referencia a una categoría de actividad humana más amplia.  el segundo se define como el conjunto de actividades humanas, remuneradas o no que producen bienes o servicios en una economía, o que satisfacen las necesidades de una comunidad o proveen los medios de sustento necesarios para los individuos. 

El trabajo ha sido, es yprevisiblemente, será un componente sustantivo del contrato social que sustenta la gobernanza de las sociedades actuales, por ello los cimientos de los estados se refuerzan al crear más oportunidades de trabajo decente para sus conciudadanos, el trabajo decente promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) implica generar suficientes puestos de trabajo para responder a las demandas de la población, pero también es un requisito indispensable que sean empleos productivos, de calidad y los trabajadores los ocupen en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana. 

Constitucionalmenteel trabajo es un derecho fundamental para los salvadoreños ya que el Artículo 2 de la Constitución expresa: “Toda persona tiene derecho a la vida, a la integridad física y moral, a la libertad, a la seguridad, al trabajo, a la propiedad y posesión, y a ser protegida en la conservación y defensa de los mismos”; el derecho al trabajo que dignifica y permite el desarrollo de las propias capacidades no es cualquier trabajo, ya que no es decente el trabajo que se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales del individuo, ni el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo social  de la aplicación de la normas jurídicases sabido que el Derecho del Trabajo es una disciplina eminentemente especializada, que tiene sus propios principios, sus propias reglas, regula derechos humanos relativos al trabajo, condiciones de trabajo, relaciones laborales entre los trabajadores y empleador. 

Después del confinamiento debido a la pandemia Covid-19, y la reapertura de la economía, es más común escuchar hablar de desempleo, subempleo e informalidad laboral. Podemos destacar que la OIT proyectó que para el año 2019, el número de desempleados aumentaría para El Salvador y determinó que el desempleo juvenil en América Latina llegaría a sus tasas más altas en 20 años. Igualmente, el informe destacó que el número de «NINIS» ha crecido en El Salvador: son el 23.8 %, el desempleo juvenil, en Latinoamérica alcanzó, durante 2019, su cuota más alta en 20 añosllegó  al 19.8 %, según reveló el informe anual del Panorama Laboral de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y consideró que la situación de los jóvenes latinoamericanos de entre 15 y 24 años es «alarmante», ya que uno de cada cinco no encuentra trabajo, mientras que los cuatro que lo consiguen lo hacen en empleos precarios e informales, con bajos salarios, escasa estabilidad y poca capacitación.  En CentroaméricaCosta Rica es el país que lidera la tasa de desempleo juvenil en Latinoamérica, con el 31.1 % frente a Guatemala, que tiene el índice más bajo con 5.8 %. En el caso de los jóvenes salvadoreños es de 13.6 %, llama la atención que casi un 12 % de ellos tiene educación superior, por otra parte, los llamados «NINIS«, es decir jóvenes que no estudian ni trabajan han incrementado en latinoamericana, llegando a ser uno de cada cinco, según el reporte. Los casos más drásticos son en Trinidad y Tobago (56 %), Santa Lucía (41 %), Jamaica (31.6 %). El porcentaje más bajo es Chile con el 12.9 %; mientras que en El Salvador son un 23.8 % y la proporción de mujeres que no estudian ni trabajan y tienen hijos es mucho mayor a la de los hombres (46.3 % respecto a 10.2 %)». 

Todo lo anterior, y después del confinamiento, aumenta el empleo vulnerable puesto que la mejora del empleo se prevé que será módica, es probable que en los próximos años aumente el número de trabajadores en formas de empleo vulnerable, en la región de América Latina y el Caribe, se esperaba antes del Covid-19 una recuperación del crecimiento económico hasta alcanzar la marca del 1,8 por ciento y 2,4 por ciento. En El Salvador la incidencia de la informalidad sigue siendo generalizada, ello apunta a la necesidad de medidas diferenciadas centradas en fomentar la formalización tanto de las empresas informales como de las personas que a título personal trabajan de modo informal en cualquier actividad, cabe afirmar que la reducción de la informalidad no erradica la pobreza laboral extrema y moderada, la cual sigue afectando a más del 8 de los trabajadores de la región, las mujeres y los jóvenes se enfrentan a obstáculos adicionales para su participación en el mercado laboral por ser un sector vulnerable. 

Por lo anterior, es necesario que el Gobierno junto a la empresa privada creen las condiciones  para mantener y  crear más  fuentes de trabajo lo cual se traduce en un verdadero  desafíos de políticpública en materia de empleo y apostarle a incluir la creación de mecanismos tanto legales como institucionales  que posibiliten igualdad en el trato hacia todos los sectores de la población especialmente a las mujeres y  los jóvenes, a través de la formulación de programas y políticas enfocadas a la generación de oportunidades laborales y de formación profesional; a su vez es importante la concientización hacia los diferentes actores públicos y privados sobre las dificultades laborales y sensibilizar a la sociedad sobre los retos después del confinamiento, ya que hoy más que nunca ante la falta de empleo puede haber un rebrote de la delincuencia común y extorciones lo cual  agravaría más la situación de la población Salvadoreña.  

Se trata de readaptar los mercados laborales, reformar los sistemas de protección, asistencia social y asegurar que todos  los trabajadores tengan la capacidad de concretar el derecho humano atrabajo y la seguridad social en la era post-Covid-19, el gobierno, los órganos de estado, la empresa privada, la sociedad civil  organizada o nono deben darse el lujo de ignorar la situación vulnerable de los trabajadores Salvadoreños sin acceso  al trabajo decente, discriminados  y con poca protección social. 

Si unimos fuerzas, podemos crear un futuro de trabajo justo, por lo tanto, más que nunca el mensaje para el Gobierno, legisladores, empleadores, trabajadores y sus representantes, es a que tomen acciones en favor de un trabajo decente, y háganlo ya. Por último, considero que el gobierno debe aprovechar la nueva era digital, ya que es la oportunidad para diseñar una economía más justa y más sostenible, haciendo que la competencia y la regulación sean más inteligentes, modernizando los impuestos, el gasto público y la protección social, la prosperidad proviene del debato serio y la participación de todos los sectores. 

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