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Norma Eunice Alfaro Amaya

Norma Eunice Alfaro Amaya

Maestrante en Políticas y Evaluación Educativa- UCA, El Salvador.

Formar a docentes superhéroes con normas insuficientes en El Salvador

Los requerimientos de la continuidad educativa, durante la pandemia por Covid -19, han evidenciado que eurgente abordar el tema de la Formación Inicial de Docentes (FID)o mejor dicho los esperados “superhéroes” de la educación.  

El tema me evoca la serie de Avengers Academy (1). La FID, al igual que esta serie, se ha realizado en varias ediciones correspondientes al desarrollo histórico de nuestro sistema educativo; que va desde modelos de formación empíricos, las escuelas normales, hasta las instituciones de educación superior (IES), cada serie a demandado más del superhéroe docente, y tal cual se opina de los superhéroes,  puede hacerse desde variados focos, aquí lo hago desde las carencias fundamentales en el sistema y el requerido ajuste normativo para alcanzar el perfil del docente esperado.  

La FID es la formación de futuros docentes mediante procesos académicos de enseñanza, aprendizaje e investigación insertos en soportes institucionales (Ávalos y Matus, 2010); que está regulada por la Ley General de Educación (1996), Ley de la Carrera Docente (LCD 1996) y la Ley de Educación Superior (1995), que se reformó en 2004, y a partir de allí las 14 instituciones de educación superior (IES), autorizadas por el Mineducyt, desarrollan planes y programas a la luz del Artículo 64, operativizado mediante el instructivo para el funcionamiento de las carreras de profesorado.  

La LCD establece que: «Es deber del Mineducyt planificar y normar de manera integral la formación de los educadores», rectoría que ejerce a través de la DNES (2), quien regula el funcionamiento de FID. A la fecha, de las 14 IES autorizadas para formar docentes, solo seis están acreditadas por Mineducyt, y ninguno de los programas de formación inicial ha sido acreditado individualmente, generando dispersión de la calidad de la oferta (Gonzales y Avelar, 2019)   

Pero, si los docentes son tan importantes para el desarrollo de la educación, tal cual lo hacen los superhéroes, ¿porque su formación no es asumida con la relevancia que tienen otras carreras? La calidad de la FID está cuestionada y la legislación vigente es regresiva; por tanto, requiere ser modificada integralmente para romper con el círculo vicioso que debilita las políticas y obstaculiza el desarrollo de la carrera docente y del sector en general.   

El problema de la FID en manos de la instituciones de educación superior, se relaciona con la dispersión curricular y la desregulación de su oferta y demanda (Quiñonez, Lizama y Narváez, 2018); y según la DNES, las IES que imparten la FID tienen una regulación estatal diferente de otras en el ingreso, planes de estudio, prácticas y pruebas que habilitan para acceder al escalafón docente; pero estas no tienen autonomía para hacer adecuaciones al plan de estudios y su implementación; por lo que no se puede hacer parecer a estas instancias como los villanos causantes de que el sistema no avance, ni a los docentes como superhéroes; ellos no son los únicos responsables de salvarlo. 

Formarse como docente implica estudiar tres años, calificados como formación técnica superior, pero los programas de FID no están acreditados en función de estándares de calidad establecidos legalmente. Toda la oferta debería convertirse en un grado lo que contribuiría a cerrar la brecha entre la formación y la práctica docente, ampliaría oportunidades de empleabilidad para egresados y sumaría a la dignificación docente.  

Tres años son insuficientes para responder a las exigencias sociales y educativas de la FID, (la pandemia por Covid-19 lo ha reiterado), que demandan profesionales cada vez mejor preparados, con competencias para el desarrollo educativo y social; listos para integrarse al servicio en las tareas “complementarias” de administración, gestión y gobernanza en las comunidades educativas, siempre con la mejor disposición, motivados e ingeniosos para desarrollar el contenido curricular y todo el calendario lectivo, entre otros súper poderes requeridos.  

El proceso de FID responde a la estructura de su sistema educativo, el actual carece de pertinencia y de estándares de calidad (MINEDUCYT, 2020). Las IES no alcanzan a responder adecuadamente a los cambios de la sociedad y a los que el Sistema educativo realiza, a su oferta académica le falta, entre otros, innovación para estar acorde con los requerimientos del contexto nacional y de empleabilidad de sus egresados.  

Reformar el articulado de leyes que rigen el sector de formación docente, sus normativas e instructivos es un reto urgente, pues hoy por hoy se limita la participación del sector en la gestión e implementación de planes de formación distintos a los oficiales, debe existir la flexibilidad para diseño de planes más innovadores para la FID, para cumplir con los requerimientos administrativos y pedagógicos establecidos por Mineducyt. 

La oferta de FID está desarticulada de la escuela, su calidad es heterogénea y es insuficiente en todas las especialidades demandadas por el sistema educativo, tales como la especialización científica y en el uso de TIC, en educación artística, física, matemática (Mineducyt, 2020). 

Pesan las expectativas del deber ser en las IES que forman y en los docentes que se forman; el choque con la realidad es duro, con una sobre oferta de 44 mil docentes formados y desempleados, la ley no obliga a absorber a todos los graduados en el sistema público y privado, es la ley del mercado la que controla esa dinámica.  

La demanda pública de FID es insuficiente para absorber a los nuevos docentes formados cada año. El país requiere 27,853 docentes para cubrir toda la población estudiantil, pero la tasa de sustitución docente es solo de 2.3 % anual. El desempleo y el subempleo resultan fenómenos muy recurrentes entre graduados de FID, presentando periodos de desempleo de hasta más de tres años (Quiñonez, Lizama y Narváez, 2018) ¡hay superhéroes desempleados! 

Existe la necesidad de reducir las disparidades entre oferta y demanda de docentes, para lo que es imprescindible mejorar la coordinación entre el Estado y las IES, así como una mejor planificación de la política educativa a nivel del Estado, que implica las consideraciones de la demanda de docentes y la territorialidad educativa, “la FID, el ingreso al servicio, el desarrollo profesional, las condiciones laborales, la evaluación del trabajo pedagógico y de desempeño del docente, y las condiciones de salida o retiro del servicio”. (Quiñonez, Lizama y Narváez 2018) Es justo reconocer que los docentes no son superhéroes en formación, ni las IES tienen super poderes y que necesitan el respaldo del sistema educativo para desarrollar la carrera docente. Se necesita hacer ajustes integrales y no parciales- a las leyes para alcanzar el perfil esperado.  

Desarrollar la carrera docente en el país requiere abordarla en todo su ciclo ecosistémico (Martin y Bodewig, 2020), las IES ejecutan la FID como proyecto formativo para dar solución a un problema del contexto y atender la demanda social de formación docente por especialidad educativa del país con calidad, lo que sienta las bases para el desarrollo profesional y la dignificación del sector.  

Atender las carencias de la FID es dar respuesta a una de las principales insatisfacciones y demanda en educación, que de ser asumidas seria y eficientemente, se prevén resultados costo-efectivos, dado el rol regulador –rector del Mineducyt y el de implementación que realizan las IES, quienes son agentes sociales interesados, corresponsables y participantes directos del desarrollo del sector. 

Referencias

  1. Es una serie de Marvel, el Comics de Christos Gage y el arte por Mike McKone, cuenta la historia de un grupo de jóvenes superhéroes que fueron seleccionados para unirse a una academia de entrenamiento para el equipo de superhéroes de Los Vengadores. 
  2. Dirección Nacional de Educación Superior (DNES) del Mineducyt.

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