José Enrique Barraza
La biodiversidad acuática en el golfo de Fonseca
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El Golfo de Fonseca es parte de un área de significancia mundial a nivel biológico y ecológico (EBSA) según la Convención sobre la Diversidad Biológica que presenta una extensión del océano Pacífico dentro del territorio centroamericano. Este gran cuerpo de agua presenta características peculiares debido a que, durante la época seca, el agua del océano circula en las capas superiores y el agua saliente se mueve en una capa inferior (Valle-Levinson, 2003). Dentro de este estuario existen diferentes tipos de hábitats como manglares, playones (bajos) intermareales, playas arenosas y cantos rodados, peñascos intermareales, mareales y submareales. Cada hábitat usualmente cuenta con su propia fauna y flora que brevemente se describe a continuación con base a varios viajes realizados en la zona.
Manglares
En este golfo existen dos tipos de manglares: 1) los que se caracterizan por árboles de diferente altura y ocurren en ambientes húmedos y secos, así como, 2) un bosque de manglar de poca altura, dispersos, capaz de soportar salinidades marinas, que constituyen un tipo de comunidad única en el mundo, al que se denomina manglares del golfo de Fonseca (fig. 1). Otra característica única es la presencia de rocas, peñascos en las áreas intermareales, cerca de las raíces de este bosque húmedo.
Bajos intermareales
Son grandes superficies casi planas de sedimento blando que quedan expuestas durante la marea baja (figura 2). Se encuentran principalmente en la bahía de La Unión. Han sido una importante zona de extracción de almejas, conchas y ostiones, que han experimentado una sensible disminución en el área después de noviembre de 2019 por causas aún no determinadas. Allí también habita una alta riqueza de crustáceos, poliquetos, equinodermos, peces, moluscos, entre otros.
Playas arenosas y de cantos rodados
Las playas arenosas se presentan en las pequeñas ensenadas entre acantilados y en las islas. El tipo de sedimento varía entre arena gruesa de color beige (figura 3) y más fina de color gris o negra (figura 4), a veces mezclado con sedimento fangoso. A veces estas playas se encuentran cubiertas por rocas redondeadas denominadas cantos rodados. Allí habitan una gran cantidad de especies que el ojo humano no logra detectar, entre ellas se encuentran: gusanos poliquetos, pequeños crustáceos, caracoles, cangrejos “caballeros” y otros.
Peñascos intermareales
Las grandes rocas de origen volcánico que se encuentra dispersas en playas del golfo de Fonseca funcionan como hábitat para diferentes organismos, incluyendo peces en la marea alta. Algunas especies comunes son: la cucaracha de mar (Ligia sp.), volcancitos (Tetraclita sp.), caracolitos (Echinolittorina sp.).
Peñascos submareales
La riqueza de vida marina se incrementa bajo el agua, donde los peñascos volcánicos permanentemente cubiertos por agua de mar funcionan como el hogar de muchas especies que crecen sobre ellos, o viven protegidos dentro de las grietas y cuevas que existen. Estas especies están adaptadas a turbidez en la mayor parte del tiempo, poca luz. Existen esponjas que presenta una forma única en este ambiente (figura 8). También existen unos caracoles no comestibles del género Hipponix que viven adheridos a rocas que son poco conocidos y brindan una apariencia peculiar al paisaje submarino (figura 9). Además, se encuentran erizos de mar (Astropyga pulvinata, figura 10) que habitan aproximadamente desde los 6 a 10 metros de profundidad entre los peñascos, donde son muy abundantes en ciertos períodos del año. Los rucos (Haemulon scudderi, figura 11) son abundantes en el golfo y en un día de agua clara se pueden observar en cardumen sobre el fondo rocoso.
La biodiversidad del golfo de Fonseca es muy importante para facilitar diferentes medios de vida a los pobladores locales. Su manejo sostenible es importante para que los beneficios ambientales perduren a las futuras generaciones.