Iliana Eugenia Guzmán

Iliana Eugenia Guzmán

La educación de los hijos durante una pandemia

El miedo, la incertidumbre y el encierro en casa para disminuir la propagación del Covid-19 pueden hacer que sea difícil para las familias mantener un estado de calma. Pero es importante ayudar a los niños a sentirse seguros, mantener rutinas saludables, controlar su comportamiento y fomentar resiliencia. 

Hable sobre los temores de los niños 

Los niños confían en sus padres como fuente de seguridad, tanto física como emocional. Tranquilice a sus hijos; dígales que cuentan con ellos para ayudarlos y que su familia va a poder superar todo esto estando unida. 

  • Responda las preguntas sobre la pandemia de manera simple y honesta. Hable con los niños sobre cualquier noticia que los atemorice. Pueden hablar sobre la gente que se enferma, pero hablen también sobre seguir las reglas, como lavarse las manos y quedarse en casa para ayudar a que la familia se mantenga sana.
  • Valide los sentimientos de su hijo. Por ejemplo, diga tranquilamente: “Veo que estás molesto porque no pueden venir tus amigos a jugar». Las preguntas de guía pueden ayudar a los niños mayores y a los adolescentes a resolver los problemas: “Sé que es decepcionante no poder reunirte con tus amigos en este momento. ¿Cómo crees que puedes mantenerte en contacto con ellos?».
  • Manténgase en contacto con sus seres queridos. Puede que los niños se preocupen por un abuelo o abuela que viva solo o un familiar o amigo con más riesgo de contraer Covid-19. Las videollamadas pueden ayudar a aliviar esa ansiedad. 
  • Dé el ejemplo de cómo manejar los sentimientos. Hable sobre cómo está manejando usted sus propios sentimientos: “Estoy preocupada por la abuela, ya que no puedo ir a visitarla. Lo mejor que puedo hacer es llamarla por teléfono con más frecuencia. Puse una nota en el teléfono para recordar llamarla por las mañanas y por las tardes hasta mientras transcurre esta epidemia». 

Practique disciplina positiva 

Todos estamos más ansiosos y preocupados durante la pandemia. Es posible que los niños pequeños no tengan palabras para describir lo que sienten. Es más probable que se porten mal para exteriorizar su estrés, su ansiedad o su miedo a través de la conducta (lo que, a su vez, puede alterar a los padres, en particular si ya están estresados). Es posible que los niños mayores y los adolescentes estén particularmente irascibles ya que echan de menos el tiempo con sus amigos y se han cancelado los eventos especiales 

Algunas maneras en las que puede ayudar a sus hijos a manejar sus emociones y conductas: 

  • Redirija la mala conducta. Algunos niños se portan mal porque están aburridos o no saben hacer otra cosa. Búsqueles otra cosa para hacer. 
  • Juego creativo. Sugiera a sus hijos que hagan dibujos de las formas en las que se está cuidando su familia. Hagan un montaje y cuélguenlo para recordarlo a todo el mundo. O construyan un fuerte o castillo dentro de la casa para mantener alejados a los gérmenes, guardando adentro a los animales de peluche o juguetes favoritos. 
  • Dirija su atención. La atención, para reforzar buenas conductas y desestimular otras, es una herramienta poderosa. Note el buen comportamiento y destáquelo, elogiando el éxito y los buenos intentos. Explicar claramente las expectativas, en particular a los niños más grandes, puede ayudar en este aspecto. 
  • Emplee recompensas y privilegios para reforzar las buenas conductas (terminar las tareas de la escuela o las tareas de la casa, llevarse bien con los hermanos, etc.) que normalmente no daría en épocas menos estresantes. 
  • Sepa cuándo no responder. Siempre y cuando su hijo no esté haciendo nada peligroso y llame la atención por cosas positivas, ignorar la mala conducta puede ser una forma eficaz para que deje de hacerlo. 
  • Use las pausas obligadas. Esta herramienta de disciplina funciona mejor al advertir a los niños que, si no dejan de hacer lo que están haciendo, tendrán que hacer una pausa obligada. Recuérdeles lo que hicieron mal en muy pocas palabras y con la más mínima emoción que le sea posible. Luego, apártelos de la situación durante un período previamente dispuesto (Un minuto por año de edad es una buena guía de referencia). ​ 

Mantenga rutinas saludables 

Durante la pandemia, es más importante que nunca respetar la hora de ir a la cama y las demás rutinas. Ayudan a crear orden en el día lo que ofrece seguridad en tiempos muy inciertos. Todos los niños, inclusive los adolescentes, se benefician de rutinas predecibles pero flexibles como para satisfacer las necesidades individuales. 

Estructure el día, establezca horarios diarios nuevos. Divida en partes el trabajo escolar cuando sea posible. Los niños mayores y los adolescentes pueden ayudar con los horarios, pero deben seguir un orden general, por ejemplo: 

  • Rutinas para levantarse, vestirse, desayunar y jugar activamente un rato en la mañana, seguidas de juegos más tranquilos y un bocadillo para la transición a la hora del trabajo escolar. 
  • Almuerzo, tareas de la casa, ejercicio, algo de tiempo de socialización en línea con amigos y luego tareas escolares en la tarde. 
  • Hora familiar y lectura antes de dormir. 

Las diferencias educativas que ya marcan el capital físico (conectividad, disponibilidad de computadoras) y el capital humano (educación de los padres) en el hogar, podrían ser aún mayores para los niños de esta generación Covid-19. 

En general, el rol principal debería ser interiorizar y transmitir la importancia del aprendizaje a sus hijos, motivarlos y acompañarlos en el proceso, incluyendo apoyo emocional 

Como padres, tienen la posibilidad de hacerse cargo de ese aspecto de las vidas de sus hijos y que ellos encuentren en ustedes la normalidad que perdieron al no poder ir a la escuela. Pero nunca van a poder suplir a un maestro o profesor 

Referencias  

  • Arellano, A. D. (Ed.). (2005). “La educación en tiempos débiles e inciertos” (No. 6). Barcelona: Anthropos Editorial. 
  • Bolívar, A. (2006). Familia y escuela: dos mundos llamados a trabajar en común. Revista de educación, 339(1), 119-146. 
  • Trujillo, F. (2014). Artefactos digitales: una escuela digital para la educación de hoy(Vol.306). Barcelona: Graó. 

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