Óscar Picardo
La película…
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“¿Qué es en el fondo actuar, sino mentir? ¿Y qué es actuar bien, sino mentir convenciendo?” (Laurence Olivier). “El negocio del cine es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y de burdel”
Federico Fellini
Las sagas históricas de la humanidad, las experiencias traumáticas políticas, económicas o sociales, las guerras y conflictos, los grandes héroes y villanos, han inspirado producciones cinematográficas. Las películas surgen de hechos históricos y de la imaginación, o de una mezcla de ambas experiencias.
Las películas tienen director, productor, actores y reparto; fotógrafos, responsables de efectos especiales, vestuario, escenografía, sonido, iluminación, edición, etcétera; todos aportan su cuota de responsabilidad y creatividad para lograr la producción.
Imaginemos nuestra realidad política como una película. En este caso, el Presidente, el Vicepresidente, los asesores, los Ministros, Diputados, Funcionarios, Militares, Magistrados y los sistemas de comunicación oficial, han diseñado decisiones y acciones y nos han dado insumos para el Storytelling…
El guion de la película -en su parte I- nos ha presentado de todo: La toma del Congreso con militares; insultos, violencia y persecuciones a políticos y periodistas; Surf City; un hospital de mascotas ChivoPets -construido con ganancias del bitcoin que no se han venido- ; la creación y cierre inmediato de la CICIES; la eliminación del FODES y creación de la DOM; la creación de Diario El Salvador; el hospital más grande del mundo de Covid; sustitución del Fiscal General y de la Sala de lo Constitucional; reserva de información estructural; Comisiones legislativas de humillación; los obsequios chinos (biblioteca, muelle y juegos); cientos de miles de videos en redes sociales para alimentar el fenómeno de culto; endeudamiento descontrolado; casos de corrupción; negociaciones sofisticadas con líderes de pandillas; Estado de excepción permanente; encarcelamiento de miles de personas; erradicación de las pandillas; una mega cárcel; el episodio del Bitcoin, la ley y Chivo Wallet; los ataques a la UCA; el rescate de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe; Miss Universo; la lucha imaginaria contra la corrupción; la inversión de Google en dónde le pagaremos 500 millones; la reorganización territorial y la nueva fórmula D’Hondt para las elecciones 2024; y la reelección; entre muchas otras cosas. No nos podemos quejar por falta de entretenimiento y tensión…
Ahora viene la parte II, probablemente aquí tengamos dos opciones para la saga:
Una más idealista: la situación de partido único (desaparecen todos los partidos de oposición en las elecciones de 2024); las 5,000 escuelas renovadas; la migración inversa; el tren del Pacífico; el aeropuerto de Oriente; Bitcoin City; el viaducto de los Chorros; la instalación de Amazon Cloud Learning Center; el nuevo estadio de fútbol; el despegue económico; el milagro económico; los nuevos campus de la UES; el satélite Cuscatlán; el Bitcoin llega a los US$ 100,000; la fase “N” del Plan Control territorial (¿lobotomías masivas?); entre otras posibilidades.
Otra más realista: La decadencia de una nación con un sistema educativo en ruinas que no logra atraer inversión extranjera y que está endeudado; el incremento de impuestos para la supervivencia política; tokenizar o colonizar la economía; la radicalización y la persecución contra las ideas opositoras y el periodismo; el aislamiento; los empresarios se dan cuenta tarde de la pesadilla; el desenlace Engels, Magnitsky y Crook; entre otras posibilidades.
Más allá de las posibilidades o probabilidades del guion de la parte II, aquí el tema es desde dónde se estará viendo la película, desde qué lugar, y si Usted es agente espectador o actor o autor protagónico.
El antagonista -en la narratología- ha sido la oposición política, los partidos y actores del pasado, los llamados “mismos de siempre”; la misión ha sido dificultar y obstaculizar el éxito de los planes gubernamentales; pero su éxito ha sido limitado o nulo. Otros han tenido que huir…
El país de la película no es el mismo, ha cambiado y mucho, hasta parece distópico o de ficción; todo gira en torno al “Viaje del Héroe” –monomyth de Campbell-: Salida, aventura, el rechazo, las pruebas, la ayuda sobrenatural, el cruce del primer umbral, la iniciación, encuentros trascendentes, reconciliaciones, apoteosis, don final, el regreso, la negación a regresar, el vuelo mágico, los rescates, el umbral de retorno, lo magistral.
Es peligroso confundir el cine con la realidad (o la realidad con el cine); las películas pueden ser inspiradoras para bien o para mal, pero el cine es un arte, una creación artística y la realidad tiene que ver con la vida misma. Demasiados políticos en el mundo hacen de su vida una película y comienzan a actuar para un público espectador, pero tarde o temprano se encienden las luces de la sala y se abren las puertas y la vida sigue.
La política se parece mucho al cine, hay montajes, actuaciones, efectos especiales y una realidad imaginaria que se vende a la gente y que en no pocos casos impacta en la vida de la gente; el cine es una poderosa herramienta ideológica, y la política puede ser un gran set irreal.
Veamos que sigue en la Parte II de El Salvador, con muchísimos cambios, expectativas y temores; por el momento, 80% aplauden y esperan la parte II, mientras que el 20% restante creen que es un error fatal para el futuro.
Dice el humorista español Pedro Ruiz: “Lo bueno del cine es que durante dos horas los problemas son de otros…”. Pero la realidad es crucial, y la política impacta en la vida de los demás, sobre todo la política actual: “Ética y política siempre se han llevado mal, pero cuando la política se divorcia de la ética, empieza la antipolítica (…) tenemos una clase política cínica, irresponsable y envenenada por el poder. Hemos tocado fondo…”(Javier Cercas, “Palos de Ciego”, El País, 22 de diciembre de 2023).
Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor.