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 2706-5421

sociedad de la nieve
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Óscar Picardo

“La Sociedad de la Nieve”, otro punto de vista

Tal como comentamos en «La Sociedad de la Nieve (y el Trébol)», estamos ante una gran película dirigida por Juan Antonio Bayona, quien, utilizando el libro de Pablo Vierci, nos presenta una historia más elaborada y madura de la tragedia de los Andes, cambiando el enfoque en dos sentidos: por un lado, intenta reivindicar a las víctimas del accidente a través del narrador de la historia, Numa Turcatti; por otro, saldar y redimir el tema de la antropofagia, transitando del sensacionalismo de la época -canibalismo-, al modelo de comunión íntima.

Tal como anotamos anteriormente, en 50 años pasamos del relato “Viven” (Piers Paul Read, 1974), a la representación macabra de “Survive!» (Clay Blair Jr, 1976), hasta “La  sociedad de la nieve» (Pablo Vierci, 2008), una comunidad de fallecidos y sobrevivientes. Este tránsito, tanto literario como cinematográfico, corresponde a las etapas reales de la interpretación de los hechos. Primero, la conmoción por la antropofagia (interna y externa), y luego el valor de una historia increíble de supervivencia y, finalmente, la reconciliación.

El problema de fondo en esta historia, es que muchos familiares de las víctimas se sintieron ofendidos, afectados e indignados bajo el problema de que los sobrevivientes literalmente se comieron a sus allegados; y esto fue muy difícil de procesar y entender. La prensa chilena, cuando se acercó a los sobrevivientes en diciembre de 1972, se centró en la antropofagia; los titulares locales fueron muy duros y amarillistas; esto pronto llegó a Uruguay y desató un pandemonio.

En la primera entrevista que dieron Fernando Parrado y Roberto Canessa al equipo de Alipio Vera de TVN Chile, el periodista les pregunta “¿cómo sobrevivieron, de qué se alimentaron?”. Antes de que contestara Canessa, Parrado interrumpe: «de eso mejor no hablar», y Canessa responde con una evasiva (https://www.youtube.com/watch?v=dHbEiZ-Im0s).

El 28 de diciembre, al llegar a Uruguay y dar la conferencia de prensa, los sobrevivientes, presionados por algunos familiares de las víctimas y seguramente asesorados por religiosos (eran familias muy católicas), dan una primera versión utilizando el argumento eucarístico: “Jesús en la última cena repartió su cuerpo y sangre a todos sus apóstoles; ahí estaba dando a entender que nosotros debíamos hacer lo mismo, tomar su cuerpo y sangre que se había encarnado y eso que fue una comunión íntima entre todos nosotros, fue lo que nos ayudó a resistir” (https://www.youtube.com/watch?v=LgJgtFj8ZXQ).

El problema y las circunstancias de la antropofagia no solo fueron un tema tabú, sino que representaron un dilema de múltiples dimensiones religiosas, morales, jurídicas, etcétera; en su momento se intentó montar un juicio sobre estos hechos, pero las influencias políticas de las familias lograron disminuir la tensión.

En el lugar del accidente, se decidió quemar lo que quedaba del fuselaje y hacer una fosa común con los restos; salvo una de las familias, que fue a rescatar los restos del cadáver, profanando la fosa común, lo que ocasionó problemas con las autoridades argentinas, ya que fueron detenidos en el camino hacia Uruguay.

Durante estos últimos 40 años, Fernando Parrado y Roberto Canessa -y también otros sobrevivientes-, se han dedicado a dar conferencias por el mundo sobre esta hazaña; es una historia muy útil para interpretar el dolor, el sufrimiento, el seguir adelante; una gran historia. Este proceso ha permitido unir más piezas y detalles, madurando y mejorando el guion de lo que ocurrió, potenciando algunos detalles y ocultando otros.

La nueva versión de la historia elaborada por un compañero de colegio de los supervivientes -Pablo Vierci-, y llevada a las pantallas del cine y plataformas de streaming «La sociedad de la nieve», presenta una historia más madura y romantizada sustentada en un nuevo argumento de la «donación» (de órganos y cuerpos).

Así, en el tema de la antropofagia, pasamos del argumento del instinto de supervivencia natural o animal, al argumento religioso o de comunión, hasta llegar al modelo técnico de donación, y todo se suaviza y vuelve mejor a la normalidad. También pasamos de los héroes tradicionales de la caminata final -Parrado y Canessa-, a los anónimos y víctimas como un homenaje -Turcatti-; una forma de devolver la dignidad a los fallecidos.

Probablemente esta nueva versión de la historia no corresponda a la experiencia y circunstancias reales de unos jóvenes de clase alta con limitada experiencia en la supervivencia extrema. La idea de esta nueva versión es saldar deudas, rencores y redimir hechos, y al parecer, lo logró…

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