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Las aceras, parques y espacios públicos hacen que la ciudad y la cultura funcionen: Mayu Ferrufino

San Salvador perdió uno de sus principales espacios de esparcimiento debido a la emergencia por Covid-19. Después de siete meses, los salvadoreños se volvieron a reencontrar con el Parque Cuscatlán, un espacio que ha tenido que adaptarse a las nuevas medidas de bioseguridad y que espera ser un lugar dónde los capitalinos se reencuentren con la naturaleza, la cultura y la salud mental.

Después de meses e inversión en capacitación de personal y adecuación de los espacios a las nuevas medidas de bioseguridad, el parque permitió el ingreso de manera oficial. Según Mayuli Ferrufino, directora ejecutiva de la Fundación Parque Cuscatlán, se han invertido cerca de $10,000 dólares en la señalización, colocación de puntos de lavado de manos y otras medidas de desinfección.

“Tener un lugar tan bonito cerrado fue muy triste”, asegrua Ferrufino. La representante del parque comenta que los capitalinos preguntaban constantemente cuando abriría el Cuscatlán, pero debían esperar las indicaciones del ministerio de Salud. “Nosotros sabemos la importancia de estos espacios para la salud mental de la población. Las aceras, parques y espacios públicos hacen que la ciudad funcione”.

La alcaldía de San Salvador cerró parques y espacios en marzo, como parte de las medidas de prevención por el Covid-19. Ahora, desde el 5 de octubre, las personas pueden ingresar al Cuscatlán, pero con ciertas restricciones. El aforo máximo dentro del parque es de 2,000 personas, lo cual se vuelve complicado durante los fines de semana. “Le pedimos a los visitantes, una vez llegamos a nuestro máximo, que formen una fila afuera del parque y que tengan paciencia para que puedan entrar. La mayoría de las personas ha acatado la recomendación”, agrega Ferrufino.

Según Óscar Picardo, director del Instituto de Ciencia Tecnología e Innovación de la UFG, los parques se pueden considerar como lugares seguros y de baja transmisión del coronavirus, esto debido a que los espacios abiertos y el distanciamiento vuelven dificil que las gotículas que podrían contener el virus lleguen a otras personas. “Aunque siempre es recomendable evitar actividades que lleguen a promover aglomeraciónes”, aclara el académico.

En el Parque Cuscatlán también se están reactivando, poco a poco, las actividades culturales. De momento, con el apoyo del Sistema de Coros y Orquestas del ministerio de Cultura, se están realizando conciertos de piano. “La pandemia nos viene a enseñar de que adolecemos, yo creo que los espacios públicos y la cultura abrieran por último (durante la reactivación económica), nos demuestra que nos hace falta aprender a valorar estos espacios”, indica Ferrufino.

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