Ricardo

Los Chorros hace 500 años

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En 1584, luego de que fray Alonso Ponce fuera nombrado Comisario General de la Orden de los Franciscanos en el  Virreinato de Nueva España, emprendió un viaje por todos los conventos de su congregación desde el actual México hasta Nicaragua. En su recorrido se hizo acompañar por fray Antonio de Ciudad Real, quien registró los principales acontecimientos en su ‘Relación breve y verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al Padre Fray Alonso Ponce en las provincias de Nueva España’. 

Tras su paso por El Salvador, Ciudad Real, detalló las visitas que desarrollaba el padre Comisario en cada uno de los claustros. En este apartado, también describió el trayecto que conocemos actualmente como ruta de Los Chorros o carretera de Los Chorros, que conecta Santa Tecla con el municipio de Colón. La ruta, según sus registros, siempre ha sido una vía difícil, y ha contado con los mismos riesgos que presenta hasta nuestros días. 

Ciudad Real la describe del siguiente modo: 

 Salió el padre Comisario de madrugada de San Salvador […] Pasó de largo, y andada una legua y media comenzó a bajar una mala cuesta larga y empinada y muy llena de piedras y de malos pasos […] y entró en una angustura de montaña muy alta que hacía muy oscuro el camino, y llegó a un arroyo, el cual, descendiendo por una quebrada, despeñándose por entre muchas piedras, viene a dar al mismo camino que llevaba el padre Comisario […]. A este paso le llaman el Callejón de San Salvador, y con razón, porque es tan angosto que por muchas partes apenas tiene tres varas de medir de ancho, por una banda y otra está naturalmente hecha de una pared muy alta de riscos y peñascos con árboles altísimos que parecen llegar al cielo. Dentro de este callejón baja un golpe de agua deslizándose por aquellas peñas con un ruido agradable y de mucho gusto y recreación […] y pasado un riachuelo que corre por ella llegó al pueblo llamado Atempa-Ateos, legua y media de salida del callejón”.  

Sin embargo, este registro histórico no es el único con el que se cuenta. En el año de 1576, unos años antes de la visita de Ponce, ya el Oidor Diego García de Palacio lo había descrito como “un callejón extraño, que está en la falda de un volcán grande y de mucha circunferencia, lleno de grandes cedros, pinos y otros géneros de árboles y animales”. 

Curiosamente, la descripción también coincide con la del súbdito inglés John Baily, quien viajara por el istmo centroamericano a mediados del siglo XIX describiendo su paisaje y detallando muchos acontecimientos. Baily describe esta ruta con mayor precisión, pues menciona su ubicación en medio de la cordillera del Bálsamo y las faldas del volcán capitalino y que es una estrecha quebrada de precipitados bordes, casi perpendiculares”, también coincide en lo riesgoso que puede ser cruzar este camino, pues atravesarlo, según sus palabras “siempre es desagradable y con frecuencia peligroso, por los muchos deslizamientos de tierra de los bordes, que son comunes, así como por las corrientes de agua cubriendo en toda su amplitud, o casi en toda, el paso”. 

Al final de este apartado, Baily recomienda dar un rodeo por el pueblo de Quezaltepeque en épocas de lluvia (tal y como se ha recomendado recientemente), pues el caudal de agua era a veces tan fuerte que la ruta se volvía prácticamente intransitable hasta por dos o tres días 

Hacia el año de 1866, el Callejón de San Salvador pasó a ser llamado “Callejón de Guarumal”, y para la fecha ya se habían realizado obras de acondicionamiento en esta vía. Para ese entonces, Santa Tecla acababa de ser fundada, y el poblado más cercano seguía siendo Ateos. En un Informe de Inspección General de Hacienda publicado en el Diario Oficial el 22 de enero de 1866, se apunta 

“El señor presidente (don Francisco Dueñas) en su deseo de proteger el desarrollo que la agricultura tiene en los departamentos de Santa Ana y Sonsonate me previno examinar el estado de aquellos caminos […]  y tengo el honor de informar que el puente del río de Ceniza estaba para comenzarse […]. Con la conclusión de este puente y mejoras muy fáciles que los pueblos pueden hacer en el camino del Callejón, habrá una buena carretera de esta capital hasta Sonsonate, con lo cual tomará un grande incremento la agricultura en las feraces tierras por donde pasa 

Cabe señalar que las corrientes de agua mencionadas son el antecedente de lo que posteriormente sería el Turicentro Los Chorros, un hermoso y popular balneario alimentado por los nacimientos de agua de las faldas del volcán de San Salvador. Dicho turicentro fue inaugurado a finales de los años cincuenta por el escritor salvadoreño Raúl Contreras, y es el lugar del que procede actualmente el nombre de la autopista.  

La carretera a Los Chorros es una de las rutas de mayor riesgo que posee el departamento de La Libertad, debido a sus derrumbes y constantes accidentes de tránsito. De hecho, hace algunas semanas la autopista fue declarada zona de alto riesgo  debido al desprendimiento de rocas de la madrugada del 5 de abril de este 2019. Lo mismo ocurrió hace un par de años cuando el desprendimiento de roca dejó como saldo a una persona fallecida. Por eso, que no nos extrañe, que al pobre Fray Alonso Ponce le costara tanto trabajo transitar por este “extraño callejón”. Todavía hoy, cruzar esta carretera sigue siendo un riesgo y todo un verdadero desafío.