Susana Joma
“Me ha tocado romper muchos muros”: ecóloga Johanna Segovia
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La determinación y persistencia son dos cualidades que le han permitido a Johanna Segovia, una ecóloga marina salvadoreña, trascender en su profesión, apoyar a nuevas generaciones y legar nuevos conocimientos sobre los arrecifes de la costa salvadoreña.
Segovia, quien es originaria de San Salvador pronto publicará en la revista científica Biología Tropical, de Costa Rica, un artículo en el que expondrá los resultados de una investigación que realizó en Los Cóbanos, Sonsonate, y durante la cual identificó la presencia de coral negro en la zona, algo que no se había reportado con anterioridad para el país.
Esta amante de la biología, quien funge como coordinadora del Centro de Investigación Marina y Limnológica (CYMARyL), del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), impulsa actualmente nuevas investigaciones orientadas a identificar y documentar distintas especies que viven en el fondo del mar, al amparo del sistema de corales.
La investigadora realiza hoy en día varios estudios, incluyendo uno para identificar y documentar especies de cangrejos que vemos en las costas salvadoreñas, actividad que realiza con el apoyo de un grupo de jóvenes colegas, en su mayoría mujeres.
Sus hallazgos sobre coral negro en esta zona del país, según comenta, han despertado mucho interés en la comunidad local e internacional, sobre todo porque en el Pacífico Tropical se han estudiado muy poco, incluso se desestimaba su presencia.
La investigadora, quien tiene estudio de pregrado de la Universidad de El Salvador, una maestría con especialidad en Ecología de la Universidad de Costa Rica y un diplomado de Educación en Línea en Ciencias del Mar, comenta que siempre ha sido una persona sedienta de conocimiento, de dominar nuevas herramientas que favorezcan su desempeño.
“La verdad es que a mí me gusta estudiar y mantenerme actualizada y conocer mucho. Entonces he recibido un montón de cursos; cursos que sí tienen que ver con mi carrera y cursos que no, porque me llaman la atención”, explica. Es así como ha recibido formación sobre comunicación de las ciencias, el manejo de redes sociales, diplomacia científica, entre otros.
Johanna Segovia desde muy joven es también buceadora certificada. Ostenta varias licencias de buceo, empezando por la Open Water Diver, la Advanced Open Water Diver, Rescue Diver y está en proceso la de Scuba Diver. Una formación que le ha favorecido en mucho para desarrollar investigaciones a gran profundidad, incluso esta semana rompió su récord personal de descenso en el océano tras alcanzar los 42 metros de profundidad.
Curiosamente ha logrado convertirse en buza y llegar hasta lo profundo superando una condición de claustrofobia.
¿Cómo se decidió por estudiar Biología? Sostiene que definir qué carrera estudiar no fue algo fácil porque, tomando como referencia a su abuelo que era pintor, escritor y profesor, ella quería estar en una (carrera) que le permitiera poner en práctica y conectar los conocimientos de otras áreas de su gusto como matemática, estadística, la química y la filosofía.
Asegura que una de las cosas que la ayudaron a definir su ruta académica fue, entre otras, el recordar cuando de niña disfrutaba observar y cuestionarse sobre los pequeños animales atrapados en los pozos intermareales, así como la admiración que le despertó Sylvia Earl, una oceanógrafa biológica a la que vio en televisión y la cual ha destacado como gran defensora de los recursos del océano, incluso ha promovido la creación de más áreas marinas protegidas.
Al reflexionar sobre su fuente de inspiración lamenta que haya sido en aquel momento una extranjera y no una profesional nacional la que le sirviera de motivación: “Me hizo pensar años atrás que necesitamos figuras femeninas dentro de las distintas áreas para que las niñas puedan inspirarse en ellas, pero que sean figuras femeninas nacionales”.
Esta profesional de las ciencias es la tercera de cuatro hijos concebidos en el hogar de dos maestros.
Johanna, contra el pronóstico de su padre, quien inicialmente no daba el visto bueno a sus estudios de biología, sí ha logrado tener reconocimiento e incluso especializarse en la parte marina.
“Él tenía la visión de que fuera algo más de lo que habían sido mis generaciones anteriores. Entonces deseaba que me desarrollara todavía más que él y que mis abuelos. Fue muy bonito que al final mi padre vio toda la alternativa que yo tenía y como me desarrollé y de hecho me pidió disculpas y me dijo que realmente sus estereotipos habían sido los que habían pesado”.
De su madre recuerda y agradece el apoyo que siempre le dio cuando ella decidió inscribirse en la UES para cumplir su sueño de estudiar esa carrera, misma que le demandó trabajar para costearla.
La ecóloga marina expone que seguir esta carrera no le resultó difícil porque es algo que le gusta, porque siente pasión por cada una de las acciones que realiza, además de que ha tenido la oportunidad de decidir qué va a investigar. Sin embargo, también ha sido difícil abrirse paso debido al pensamiento machista que hay en ese gremio, en donde han estado acostumbrados a dominar.
“Me ha tocado romper muchos muros, me ha tocado que me cierren las puertas en la cara, y tomar muchas estrategias para poder sobrellevar los diferentes caracteres basados en estereotipos, la violencia y el autoritarismo porque es el modo de trabajar histórico de los hombres en esta carrera”, advierte.
Hoy en día expone que una de las cosas que le ha marcado es ese momento cuando ella empezó a descubrir cosas con un método científico, eso la llenó increíblemente, sobre todo al pensar que con ello está contribuyendo a generar conocimiento.
Segovia es de la opinión que al final de la carrera siempre es bueno hacer la tesis, aunque el llevar las mejores notas salve a los estudiantes de llenar ese requisito, puesto que esto hace despertar y generar contactos. Esto también es una oportunidad de apostarle a las ciencias, algo que en el país no se hace, no se le da importancia debida.
De los hallazgos más recientes que ha hecho le entusiasman dos nuevas especies que está describiendo, así como el haber identificado que tenemos un nuevo ecosistema marino en los arrecifes mesofóticos, que son los bosques de coral negro. “Me parece fascinante ser la primera que está estudiando de manera científica ese ecosistema que no se sabía que estaba ahí”.
Señala que en un primer momento sus hallazgos sobre coral y especies, que ya están reportados oficialmente, fueron recibidos con incredulidad.
“Estos datos que nosotros estamos sacando de nuestro ecosistema de bosques de coral negro va a sumar a ese tipo de modelos para hacer los ajustes necesarios y descubrir más sobre este ecosistema en la región”, cita.
Otra de las cosas que le llenan de satisfacción es el haber logrado conformar el equipo de científicas jóvenes con las que está poniendo énfasis en el tema de arrecifes locales, más allá del reto que les impone trabajar en condiciones oceanográficas que no siempre son las mejores y vuelven lento el proceso investigativo.
“Ha habido esa transformación de pasar de ser un área que la mayoría de los hombres se dedicaba a estudiar, ahora a ser de mujeres. Ahora tenemos un gran reto que estas mujeres no queden a nivel de pregrado, sino que obtengan sus postgrados, ya sea en maestría o en doctorado”, subraya.
Consultada sobre qué consejo daría a las mujeres ya sea en desarrollo científico y profesional, Segovia considera que es positivo mantenerse analizando qué es lo que uno quiere vivir y con base en lo que uno quiera para su vida ser perseverante para obtenerlo.
“Como mujeres tenemos muchas oportunidades, tenemos otra perspectiva que es necesaria para la ciencia, valemos mucho y creo que no debemos dejar que desvaloren el aporte que podemos dar; tenemos que nosotros mismas creernos sobre el valor que tenemos y no dejar que nadie nos menosprecie”
Johanna Segovia / Ecóloga marina / Coordinadora del CYMARyL /UFG
Johanna Segovia es coordinadora del Centro de Investigación Marina y Limnológica (CYMARyl), del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG). Segovia nació el 27 de junio de 1982 y es originaria del departamento de San Salvador.