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 2706-5421

poder y dinero
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Óscar Picardo

Poder y Dinero

“La ambición por tener poder y dinero muchas veces sirve de tapadera de carencias que no pueden adquirirse como los bienes materiales” .

En términos simples y optimistas,  poder es una capacidad nacida de la conciencia social, destinada a conducir al grupo en la búsqueda del bien común y capaz, dado el caso, de imponer a los miembros la actitud que ella ordena; y dinero es un activo de intercambio aceptado y utilizado para realizar transacciones económicas.

Pero en términos más reales y pragmáticos, poder es una capacidad dominante, desigual y superior de influir, condicionar y determinar el comportamiento de otro individuo generando obediencia de la cual se suele abusar (Bobbio); y dinero una herramienta para comprar y corromper que suele doblegar los principios éticos de la gente: “parece que todos tenemos un precio…”.

Pero hay visiones más peyorativas aún: Poder, desde una perspectiva aristotélica y clasista, parte de un falso naturalismo que ha creado condiciones para que unos seres manden y otros que obedezcan, bajo la premisa silente de dominación que se ha reproducido culturalmente; y también existe una concepción perversa del  dinero: con el que “se pagan nuestros ocios, nuestros lujos, nuestras joyas, nuestras mansiones, nuestras quintas, toda nuestra vida ociosa y mentirosa, gris y charlatana, alimentada incesantemente con el “dinero maldito!”. Con este “dinero-sangre”: “vamos a Europa, a divertimos y a corrompernos, si todavía nos falta corrupción; (…) nos costeamos las fiestas diplomáticas y los banquetes patrióticos; (…) cubrimos los gastos de mil cosas superfluas, dañosas, tontas o inútiles” (Masferrer).

La teoría política identifica seis clases o tipos de poder: originario (del pueblo); político (Estado); paternal (familiar); económico (producción); ideológico (ideas); y asociativo (organizaciones). Estos diferentes aspectos del poder no son comportamientos aislados, sino que muchos de ellos se encuentran vinculados o estrechamente relacionados entre sí, aunque de manera jerárquica o piramidal, dependiendo de circunstancias de tiempo y lugar.

En la actualidad, poder y dinero se fusionan en diversos fenómenos: Narcotráfico, crimen organizado, política partidaria, gobiernos y ciertas corporaciones empresariales cercanas a la política.

Tanto el poder como el dinero enferman, cambian a las personas, iniciando una “Escalada de la insaciabilidad” sin límites ni reparos morales; así se desarrolla una especie de “trastorno de acumulación compulsiva” (Inclusive en la gente de escasos recursos encontramos el “Síndrome de Diógenes”).

El poder y el dinero, como ecuación y  a escalas sofisticadas, alteran la percepción de la realidad; en un primer momento surge un sentimiento de desconfianza: no se sabe si la gente que se le acerca es por interés o por convicción; posteriormente, aparece un sentimiento de superioridad, ya que las posibilidades y oportunidades suelen ser espléndidas, todo se puede comprar y no hay barreras para las ocurrencias; luego, surge un círculo cultico que aprueba, alaba, asiente todo lo que se hace y se dice, y esto exalta la autoestima.

Muchos de los capos del narcotráfico, de la mafia o de la política viven la falacia de “Scarface” (Cara cortada) expresada en la escena megalómana: “The World Is Yours…”, la idea pasa del dirigible en el cielo a la fuente en la mansión. La propia expresión simbólica “el mundo es tuyo o eres famoso en todos los continentes” refleja el tránsito entre la más ínfima miseria hacia la construcción de un imperio en corto tiempo. Algo que suele suceder con narcos, mafiosos y políticos.

¿Por qué corrompe el poder y el dinero…? Es difícil responder, pero seguramente podemos encontrar traumas, fallos o vacíos en la formación ética de la infancia. Familias disfuncionales, emociones reprimidas, maltrato, malos ejemplos, ausencia del control de los impulsos, falta de educación de la voluntad, son algunos fenómenos que posibilitan subvertir las escalas axiológicas.

Por si fuera poco, vivimos en una sociedad y en un contexto muy consumista; en mi propia experiencia docente, al preguntar de modo consecuente a grupos de adolescentes sobre sus aspiraciones futuras, la mayoría coinciden que su meta es “hacer dinero” para poder comprar…; y toda la industria apunta las baterías hacia la obsolescencia programada, las cosas duran poco y esto encadena una cultura de consumo sin límites.

Por otro lado los “arquetipos” o referentes de los seres humanos son gente con poder y dinero; en nuestra satisfacción vicariante y desde nuestras carencias nos proyectamos hacia estos “modelos”; artistas, deportistas, políticos o mafiosos viven en una atmósfera increíble y ganan cientos o miles de millones de dólares, y todo lo que hace se trasmite a través de las redes sociales. Generando un espejo perverso de ansiedades al cual aspirar. 

Dicen que el poder y el dinero no dan la felicidad, pero que es mejor llorar las amarguras en un Bugatti, Ferrari, en un yate o en un apartamento de lujo… y aquí nos encontramos con otros conceptos poco claros de nuestra herencia griega: ¿qué es la felicidad? o ¿qué es la virtud?; ¿sabemos algo de la eudaimonía y de la areté?, ¿son importantes?, ¿tenemos claro cuál es la finalidad del ser humano?

Poder y dinero parece ser cosa de “inmortales”… crees que nunca te vas a morir o quieres dejar un patrimonio infinito para garantizar el bienestar para varias generaciones, o quizá dejar un legado mítico. Quien sabe. Pero el tiempo es fugaz y la vida es limitada. Dice Pepe Mujica que invertimos tiempo de vida para ganar dinero y descuidamos las cosas esenciales, nos distraemos mucho para tener y cuando nos damos cuenta el tiempo pasó. No pagamos con dinero sino con tiempo de vida…

Con el poder suele suceder algo similar, es efímero, un día estás en la cúspide y luego huyendo o en la cárcel; los grandes autócratas de la humanidad han terminado mal, muy mal. Pero esta enfermedad es contagiosa y parece que no hay soporte inmunológico.

Poder y dinero, una combinación afrodisíaca muy peligrosa… “Trabajando para conseguir el dinero o el poder o la gloria no se percibe que se va acercando la muerte” (Roberto Alrt).

Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor.

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