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Queda claro…

A un año de la pandemia… 

Queda claro, que el gobierno tomó medidas oportunas en las restricciones de ingreso, vuelos, cierres de fronteras, etcétera. Siendo honestos, si estamos en la situación que señalan los datos es gracias a esas medidas, y se agradece. También reconocemos el oportuno retraso del inicio de las actividades educativas. 

Queda claro, también, que según nuestras encuestas- que el presidente Bukele mantiene una alta nota de aprobación y popularidad, que está blindado a la crítica, y que ha comunicado de forma implacable. Pese a los desencuentros técnicos y diferencias, los resultados de las encuestas no se tocan.  

Queda claro, que el informe publicado en mayo 2020 “El Salvador y el COVID-19: Modelos matemáticos, datos y perspectiva” presentaba proyecciones de contagio acertadas, con limitada información para hacer estimaciones; frente a las “progresiones aritméticas del gobierno” de tres millones de contagiados. Hoy basados en evidencia, las cifras de este estudio eran las correctas. 

Queda claro, que no era necesario gastar cientos de millones en un hospital; sino más bien haber hecho adecuaciones temporales de emergencia a CIFCO. En efecto, no saben qué hacer con la Fase III del hospital y se han inventado un “Mega Centro de Vacunación”, ¿qué país en el mundo ha hecho un establecimiento de esta naturaleza?: Ninguno. Ocupar hospitales, unidades de salud, universidades, institutos nacionales o empresas, era lo lógico y lo coherente. 

Queda claro, no hay mucha planificación; la inauguración de la Fase III la han reprogramado en varias oportunidades; quienes están a cargo del proyecto no tenían ni idea ni planes. Además, no era el lugar idóneo para hacer un proyecto hospitalario, y seguramente la OPAMSS lo sabe. 

Queda claro, que el dinamismo de contagio reportado es probable que sea menor al real; en realidad nunca sabremos qué ha sucedido, ya que todo está reservado. Tampoco sabremos nada de las vacunas, de la prueba AVANZO, del plan de primera infancia y de muchas cosas más. 

Queda claro, que sucedió algo con el Dr. Garzón, representante de la OPS en El Salvador; se desapareció del mapa. 

Queda claro, que existió un considerable subregistro de fallecidos, al comparar con otros datos de COMURES o aseguradoras; siempre hubo muchos más muertos que los que se reportaron. 

Queda claro, que no hay interés de informar y comunicar los gastos del gobierno sobre la pandemia; todo se reserva, sin ningún criterio técnico serio. La transparencia no es una característica de este gobierno. 

Queda claro, que el presidente nombra ministros y destituye sin informar nada, actuando como si fuera una Sociedad Anónima; y en realidad todo lo que puede hacer y decidir se basa en el uso de fondos públicos. El gobierno no es una finca. 

Queda claro, que al presidente y funcionarios de gobierno les incomoda una prensa independiente y crítica; no les gusta responder cómo gastan los recursos públicos, y la reacción es atacar y desprestigiar a los periodistas. 

Queda claro, que lo que contenía el Plan Cuscatlán no se va a cumplir y era solamente un recurso propagandístico, sino leamos lo que compete al FODES, en lugar de incrementar disminuyó. 

Queda claro, que nunca nos van a presentar el plan estratégico del Ministerio de Educación, hay temor de comprometer el futuro con indicadores y datos medibles. Así, improvisando va bien la cosa. 

Queda claro, que el trabajo de los alcaldes y empresas, la implementación masiva del uso de mascarilla y aplicación de alcohol, ha sido uno de los factores esenciales en la disciplina social de la gente para contener el contagio de COVID-19. 

Queda claro, que el gobierno no necesita consultar a nadie ni pedir opinión a la comunidad académica para tomar decisiones, mucho menos al Colegio de Médicos, todo lo sabe, todo lo puede; y además cuenta con la guía de Dios 

Queda muy claro, finalmente, que nuestra crítica constructiva es académica, universitaria y científica; no está contaminada por criterios políticos e ideológicos. Lo que nos interesa es el bien común y no el alabar o criticar a tal o cual partido político. 

¿Queda claro…? 

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