Voces Mayores
El proyecto
Si a alguien ha afectado especialmente esta crisis sanitaria es a los mayores. El porcentaje de fallecidos y enfermos graves se dispara cuando se llega a la tercera edad. Sin embargo, sabemos muy poco sobre cómo están viviendo esta pandemia. Mientras que los jóvenes inundan las redes sociales con fotografías, historias o videos de Tik Tok en los que registran hasta el más mínimo detalle de su día, comparten memes, hacen videollamadas o se comunican por servicios de mensajería, poco sabemos sobre cómo nuestros mayores están viviendo estos momentos, y si no se lo preguntamos ahora, puede que dentro de unos años ya no podamos hacerlo. Ellos son los mejores portavoces para recoger, a través de sus experiencias los aprendizajes y reflexiones que han logrado sobre temas como la reparación, la reconciliación, la paz y el posconflicto. Es así como nace “Voces Mayores”, un espacio de participación y reconstrucción de memoria histórica a través de la participación de la persona adulta mayor junto a jóvenes.
Covid-19 y Tercera edad
Por Óscar Picardo
Al envejecer, el sistema inmunitario se vuelve menos eficaz, va perdiendo la capacidad de distinguir lo propio de lo ajeno (es decir, de detectar los antígenos extraños). Como consecuencia, los trastornos autoinmunitarios son más frecuentes. También hay menos glóbulos blancos (leucocitos) capaces de responder a los nuevos antígenos. Por lo tanto, cuando el organismo de las personas de edad avanzada encuentra un nuevo antígeno, tiene menos capacidad de recordarlo y de defenderse de su ataque. Finalmente, a edad avanzada se tienen cantidades menores de proteínas del complemento y no se producen tantas como a edades más tempranas en respuesta a las diversas infecciones.
En consecuencia de lo anterior, el envejecimiento de la población y su respectiva “inmunosenescencia” representa uno de los principales problemas para las autoridades en salud pública en todos los países, particularmente en esta situación de pandemia por el virus Sars-Cov2.
En la literatura médica sobre coronavirus está muy claro que el riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19 aumenta con la edad, y los adultos mayores son quienes corren mayor riesgo. 8 de cada 10 muertes por Covid-19 corresponden a adultos mayores de 65 años. También el Sars-Cov2 acelera y deteriora la salud de personas con enfermedades crónicas, particularmente las personas mayores.
Tal como lo señala la OPS: “La actual pandemia de la COVID-19 ha afectado de manera desproporcionada a la población de adultos mayores. Las transiciones demográficas y epidemiológicas actuales en la Región requieren que cambiemos la forma en que tratamos y respondemos a las necesidades de nuestras personas mayores, especialmente ahora en situación de emergencia”.
Así, la pandemia de la COVID-19 ha resaltado las necesidades y las vulnerabilidades que tienen las personas mayores con respecto a su derecho a la salud; ha evidenciado las tasas de mortalidad más altas en personas mayores con comorbilidades y con deterioro funcional; y ha expuesto la fragilidad de los sistemas de salud para apoyar a los adultos mayores y considerar sus necesidades únicas, entre otras1.
Es sumamente importante para las personas mayores o con mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19, y para sus convivientes, que se protejan para evitar contraer el COVID-19; para ello es fundamental: 1) Usar mascarilla al interactuar con otras personas; 2) Limitar sus interacciones presenciales con otras personas tanto como sea posible, especialmente en espacios cerrados; 3) Mantener distancia de otras personas (2 metros); 4) Lavar o desinfectar las manos de los adultos mayores con frecuencia, sobre todo cuando tocas cosas ajenas y/o desinfectar las cosas que llegan de afuera a su residencia; entre otras medidas de seguridad.
Será importante vigilar y restringir los nexos sociales de adultos mayores con otros familiares –nietos, hijos, etcétera- que provienen de sus trabajos u otros lugares. También garantizar protocolos estrictos de bioseguridad con personas de apoyo, servicio doméstico, enfermeras, etcétera; y, finalmente, reforzar o vigilar los controles médicos de otras enfermedades recurrentes.
El Salvador, desde el punto de vista demográfico es un país joven, pero tenemos 8.4% de personas mayores de 65 años de edad (https://www.populationpyramid.net/es/el-salvador/2019/) y es importante cuidar a los abuelos o personas mayores. Ya hubo una primera experiencia de contagio masivo en un asilo que no debería repetirse.