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 2706-5421

Disruptiva ART-4
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Susana Joma

“Creo que esta propuesta que circula no resuelve los principales desafíos que tiene el nivel de Educación Superior”: Óscar Picardo, especialista educativo

La propuesta de nueva Ley de Educación Superior, introducida por el ministro de Educación, Mauricio Pineda, la semana anterior a la Asamblea Legislativa presenta varios cambios y, si bien el especialista educativo Óscar Picardo, señala que, en términos generales “es positiva”, también asegura que esta todavía se ha quedado corta.  

Si bien el doctor Picardo, director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), detalla aspectos positivos de la propuesta de ley como el que se establecería un sistema de calificación basado en créditos, incremento del pago de horas clases para docentes de pregrado y postgrados, incluso definir un porcentaje que las universidades tienen que asignar para investigar; también señala que no se traduce en cambios profundos al sistema de enseñanza superior.

¿Cuál es el ideal de una ley de Educación Superior? Sostiene que cuando se propone una ley, dado que es algo que no se hace todos los días, más allá de hacer ajustes o cambios cosméticos debería incluir reformas que puedan elevar la calidad del sistema, impulsar los cambios, realizar ajustes, ser una apuesta de estar al día con las tendencias internacionales, e intentar resolver los desafíos de educación sobre todo en materia de investigación. “Creo que esta propuesta que circula no resuelve los principales desafíos que tiene este nivel”, afirma el investigador, quien durante los últimos años diseñó y presentó varias propuestas de Ley de Educación Superior, al igual que lo hizo el Consejo de Rectores. 

En este punto insiste “Yo creo que se pudo haber trabajado y mejorado más, se pudo haber hecho un poquito más exigente, pero bueno es un primer paso y habrá que ver cómo evoluciona su aplicación”. 

¿Cuáles son esos desafíos de la educación superior que a su criterio no están en ese anteproyecto que llegó a manos de los diputados de la Comisión de la Comisión de la Niñez y de Integración Social? Al respecto expone: “Bueno sobre todo mejorar la producción científica del país, controlar algunos excesos mercantilistas que puede haber en el sistema, mejorar la calidad de la docencia. En las primeras versiones que hice y que generaron cierto rechazo, por ejemplo, yo proponía que para ser autoridad académica había que tener doctorado, y eso me dijeron que no, después maestría (y) me dijeron también que no”.  

El académico comenta que este anteproyecto de ley retoma algunos rasgos que él planteó, por ejemplo, la exigencia de que para ejercer la docencia en este nivel se debe tener el grado superior inmediato. “La docencia hay que mejorarla, eso es urgente, establecer ciertos parámetros. Esta nueva ley trae la certificación, que es un avance, pero creo que sigue siendo insuficiente”, cita. 

Uno de los aspectos que considera sería bueno mejorar en la propuesta de ley es la presencia de la Universidad de El Salvador (UES), pues, al ser la institución más antigua de ese nivel, no debería invisibilizarse y se debería de comprometer un poco más la inversión en ella, darle énfasis en función de su presupuesto. 

Sobre la inclusión del requisito de dominar parcial o total una segunda lengua para poderse graduar de la universidad, como se plantea en la nueva propuesta, Picardo señala que esto es bueno, pero deja ver que es algo complicado, que de hecho debió tratarse mejor en el reglamento de la ley.  

A eso suma que si el tema del segundo idioma no se define si supondrá un incremento en los costos del estudiante universitario, máxime cuando el Ministerio de Educación (MINED) no termina de establecer la enseñanza del inglés en las aulas del sistema público. 

El especialista educativo ve positivo que se incluya el tema de calificar el desempeño de los universitarios en base a créditos, porque en el sistema educativo mundial nadie conoce ni usa unidades valorativas como se hace actualmente en el país: “Eso ha sido obstáculo para el intercambio, la movilidad, las equivalencias. Cuando viene un estudiante de Francia o de Estados Unidos. Yo curse tantos créditos (pero) y eso cómo lo traducimos, porque aquí tenemos unidades valorativas”.   

¿Realmente esta Ley de Educación Superior planteada estaría acorde a los estándares internacionales, en momentos en que hay más competencia de formación? Según su visión “se logra avanzar un poco, no lo suficiente, pero sí es un paso importante que hay que seguir profundizando”. Sin embargo, en este punto también explica que “hay cosas que dependen más de la actitud de los rectores, porque que, si bien la ley mandaría a las instituciones de educación superior a que inviertan 3% en investigación, pero desde su punto de vista esto es un mínimo, porque desde su experiencia desde el mundo académico y científico esperaría que las universidades se decanten por invertir el 5% o el 7 % o el 10 %, y eso es un tema actitudinal. 

Según lo expuesto por el también catedrático universitario, las propuestas de Ley de Educación Superior que se trabajaron en forma previa, a la que el MINED presentó a los legisladores, eran más exigentes, con mayores estándares, por ejemplo, en el tema del porcentaje de planta docente que deben tener los centros de enseñanza de este nivel. 

Picardo asegura que esta legislación supondrá nuevos retos financieros para las instituciones de enseñanza superior, no solo en la parte que tendrán que destinar un poco más para investigación, sino también en otros como el que tendrán que incrementar el costo de la hora clase docente, para el caso de pregrado se cancelará el 3 % con respecto al salario mínimo, y en posgrado será el 10%.  

Picardo valora que el tema de pago de horas clase es algo que se podría incluso volver más complejo para los centros, sobre todo los más pequeños, si se concreta un incremento al salario mínimo. 

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