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 2706-5421

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Rafael Lara-Martínez

Professor Emeritus, New Mexico Tech
rafael.laramartinez@nmt.edu
Desde Comala siempre…

El Yo (Self) polifacético V. Lección xinca

Se continúa la explicación del pronombre independiente para la primera persona singular — nin / n(a)-en/em, yo = el soy-yo, Yo (Self)—, para el cual no hay una traducción directa al castellano ni al inglés.  Se dijo que la glosa más cercana la expresa el francés «moi» que asume varias funciones gramaticales sin convertirse en una oración completa ni en un Sol gramatical —como en xinca.  A su alrededor giran todas las funciones gramaticales del sujeto al objeto, al posesivo, etc.  La compleja gramática del xinca —sin filosofía descolonizadora ni liberación que la acepten—, queda fuera de todo currículo universitario para el cual la diversidad no alimenta la democracia. 

Como se describió en las secciones anteriores, el xinca plantea un dilema indisoluble para la identidad lingüística ancestral.  No solo cuestiona quiénes habitan en ese terreno baldío —hoy llamado El Salvador—, antes de la llegada de los nahuas (700-900 d.C.).  Así, predice el axioma de la academia actual: El Salvador es una invención reciente.  A la vez, se vió, el xinca interroga la validez de las nociones elementales de las lenguas mesoamericanas, a saber: la oposición acusativo-ergativo y el modelo de lengua en el centro rector (Head Marking Language -HML). 

Sin embargo, su singularidad pasa desapercibida ya que la academia persiste en rechazar todo estudio elemental sobre el legado de los idiomas ancestrales. Luego de explicar el empleo predicativo (soy-yo ser-hombre) y posesivo (mi-hijo soy-yo), se prosigue con el uso de ese pronombre intraducible, en el verbo intransitivo y transitivo.  Como verdadero «hacelotodo», su contribución pronostica un famoso verso canónigo que le atribuye a lo nacional un trabajo a oficios múltiples y cambiantes, necesarios para la sobrevivencia. En breve, el xinca nos enseña la necesidad de reconocer las diversidades regionales —en su trilogía idioma-tierra-cultura—, como antecesora de toda identidad nacional que la disuelve en lo global.  Ya se mencionó que el modelo literario más radical —el testimonio—, se halla codificado en la gramática xinca que la poética castellano-céntrica ignora adrede. 

3.3  Sujeto intransitivo

Asimismo (véase 5, donde el pronombre expresa el posesivo), en (6a) el pronombre independiente asume el cargo de sujeto del verbo intransitivo sin ninguna concordancia obligatoria como sucede en las otras lenguas mesoamericanas vecinas. Sin importar el aspecto —sin marca, es decir, incompletivo en los dos primeros ejemplos o completivo en los dos siguientes—, el pronombre independiente señala la misma función de sujeto intransitivo.  Tal sería su tercera asignación, luego del sujeto predicativo y del posesivo.  En estos cuatro ejemplos ya no puede argumentarse que el pronombre independiente se halla subordinado, ya que siempre inicia la oración, pese a la falta de concordancia con el verbo siguiente. A lo sumo, podrían analizarse en un complejo de dos oraciones para salvaguardar la marca «ø-» en el verbo por medio de una oración subordinada postpuesta, en primera y tercera persona. 

(6)

(a)

nen japa san tiru, paso un río = soy-yo pasar/cruzar en/sobre río ø soy yo (quien) pasa en/sobre río

nen wasata san karawa, yo entro al monte = soy-yo entrar en monte/bosque

na nin wirki-la ji-na’, hablé con él/ella = el soy-yo hablar-perfectivo con/compañía-él/ella = soy-yo (quien) ¿él?-ha-hablado con ella/él

na naka ka-‘aku-‘, fuiste = el eres-tú tú-ir-perfectivo/has-ido (it’s you (who) you-are-gone)

3.3.1  Intermedio del verbo intransitivo al transitivo

El mismo verbo —»kaya-, vender» (6b)— se acompaña de un sufijo de sujeto —-k y -n— del gerundio y del complemento «sal», en el segundo ejemplo, para establecer una diferencia.  El examen original juzga al primero de intransitivo y al segundo de transitivo por la mención explícita del objeto vendido, «sal».  Como en los ejemplos anteriores, se presupone la ausencia de un prefijo de objeto que —para la tercera persona singular— sería /ø-/.  Su verdadera ausencia —difícil de comprobar—, justificaría una tipología xinca: sin «marcación en el centro rector (no HML)».  Sea lo que fuere a ese respecto, el par de oraciones muestra características singulares.  En primer lugar, los topónimos xinca difieren de los oficiales al certificar la imposición de una cultura ajena en su propio territorio.  Así, los nombres de lugar confirman la herencia ancestral denegada.  Además, se anota la equivalencia de la conjunción /y/ con la compañía, al igual que la formación de un futuro habitual.  Se trata de un doble aspecto continuo —»estar-yendo-yo estar-vendiendo-yo sal»— de glosa difícil a cualquier idioma occidental. 

(6)

(b)

naka ‘an-moka kaya-k xan xan-tz’eje, tú y yo vendemos en Chiquimulilla = eres-tú mi/yo-compañía/conmigo vender-nuestro/nosotros en lugar-Tz’eje

vs.

ku-ya-n kaya-ka-n ti’la xa xan-kuko, venderé sal en Taxisco = estar-yendo-yo estar-vendiendo-yo sal en lugar-Kuko.

Para concluir, esta sección presenta tres oraciones que anticipan el carácter pluridimensional de los pronombres independientes. La primera es reflexiva, pero ese mismo pronombre recibe el tránsito de la acción sin el uso de un reflexivo.  En la tercera persona sin género —»él/ella/ello, he/she/it»—, el segundo ejemplo muestra cómo el mismo pronombre «nah» señala ambas funciones gramaticales —sujeto y objeto que recibe el mensaje—, cuya expansión final retiene al pronombre independiente como “hacelotodo”.  Así, se anuncian las múltiples aristas que despliega un simple pronombre al asumir actuaciones diversas y contradictorias, del actor al receptor. 

(6)

(c)

in-wiixu-i nen’, me golpeé = yo-estar-golpeado soy-yo

ima-y’ nah nah/Hwan, Juan/él le dijo = estar-dicho-él/ella/ello es-él es-él/Juan

im’a-y nen Hwan ke ka-tonto, Juan me dijo que soy tonto = estar-dicho-él soy-yo Juan que tú-ser-tonto.

3.4  Sujeto vs. Objeto transitivo

También, más sorprendente aún, el mismo pronombre independiente puede señalar el sujeto o el objeto de un verbo transitivo en (7).  No en vano, en (7a), tres ejemplos muestran la concordancia del pronombre independiente con el verbo (V) o, más inesperado, con el gerundio (estar-en-proceso-de-yo), tal cual (6b).  En cambio, el cuarto ejemplo de un verbo (V) transitivo en aspecto perfectivo no solo demuestra la falta de concordancia —ni marca gramatical del sujeto (S) ni del objeto (O) en la raíz verbal—, sino señala a dos pronombres independientes que realizan esas cargas en anticipo de la sección siguiente. Se observa también el cambio del orden de palabras entre el primero y el cuarto ejemplo

(7)

(a)

Yo/Ni(n) = sujeto

n-tala ni pumo, quemo copal = yo-quemar soy-yo incienso VSO (yo/dependiente = S, concordancia)

=

pula nin kan-n, estoy haciendo = hacer soy-yo gerundio-yo (yo = S, concordancia) = haciendo-estar-yo yo

=

nen ‘an-‘ima na(‘)l na mixa, yo decía misa = soy-yo yo-hablar imperfectivo la misa (yo = S) = soy-yo (quien) hablaba-yo la misa

=

piri-wa naka na nin, te vi = ver-perfectivo/estar-visto eres-tú el soy-yo = VOS (yo = S).

Prosiguiendo el último ejemplo —»naka, eres-tú», esto es «te»— los cinco ejemplos en (7b) aplican esa pauta gramatical. Al pronombre independiente le atribuyen el carácter de paciente (O), sin concordancia verbal con un pronombre dependiente ligado a la raíz verbal.  Así sucede en los dos primeros ejemplos en los cuales la raíz verbal sólo marca el sufijo del sujeto de la segunda persona singular (-ka’), mientras el complemento de la primera (nem/nin) aparece como pronombre independiente. Los otros tres ejemplos son más tajantes, ya que las raíces verbales no ofrecen ninguna marca gramatical de sujeto (S) ni de objeto (O).  Las raíces verbales solo se acompañan de un sufijo —»-‘, -la’, participio, pasado/activo»— que señala su acción completa.  Resultaría extraño que el saltillo final /-‘/ remita a la primera persona singular. Así, el xinca recalca su diferencia extrema con respecto a toda «lengua con marcación en el centro rector (HML)», al igual que con la clasificación dual de ergativo y acusativo. El pronombre independiente representa al Sol de la gramática elemental alrededor de quien giran casi todos los astros, funciones o casos. 

(7)

(b)

Yo/Ni(n)/Nem = Objeto

xan para-ka’ nem, ¿para qué me quieres? = ¿para-qué buscar-tú soy-yo? (yo = O); ‘axin xan para:-n naka, no te quiero para nada = no para-qué buscar-yo eres-tú (tú = O)

=

naka ‘ima-ka’ nin, tú me dijiste = eres-tú decir-tú soy-yo SVO (yo = O) = eres tú (quien) dijiste soy-yo

=

piri-‘ nin naka, me viste = ver-participio/estar-visto-yo soy-yo eres-tú = VOS (yo = O) = estar visto-yo soy-yo eres-tú (jin piri-ka’, no me viste = no ver-tú soy-yo)

=

nak(a) ni(n) ‘iri-la’, me viste = eres-tú soy-yo ver-pasado/activo = SOV (yo = O) = eres-tú (a quien) soy-yo viste

=

na ni(n) ‘iri-la’, él me ve/vio = el soy-yo ver-pasado/activo OV (yo=O) = es soy-yo (a quien) él vio

‘an-liki naka, te encuentro = yo-encontrar eres-tú VO (tú = O).

Calderón anticipa este dilema al afirmar «el acusativo es idéntico al nominativo»: «tz’opojí nen naj urumuhui, la culebra me mordió = culebra soy-yo es-ella morder (SOV)». Otra habla local confirma la ausencia de la marca de objeto (O): «xamu-y nin ku n’ampuki, la culebra me agarró = agarrar-ella soy-yo la culebra (VOS))».  Los contrastes y semejanzas entre el xinca y el náhuat —lengua serial y con marcación en el centro rector (HML)— los explica el (7c) en detalle.  Así se clarifica la dificultad de establecer una tipología estricta para este idioma aislado.  De dos verbos conjugados en serie —tal cual el primer ejemplo náhuat— se transcurre a otros dos sin concordancia ni marca de pronombre dependientes para concluir con un pronombre independiente que mara el objeto. 

(7)

(c)

ni-k-neki ni-ki-kwa, quiero comer = yo-lo-quiero yo-lo-como (náhuat) (S-1s-O-3s-RV + S-1s-O-3s-RV).

=

nen ula-n numa-n, soy-yo querer-yo comer-yo (PI-1s RV-S-1s RV-S-1s)

te:ro nu’ma ni’, querer comer soy-yo = tengo hambre (RV-¿S-1s? RV PI-1s, donde te:ro = préstamos del castellano quiero) = ki tero-n’ nüm’a = muy querer-yo comer

nen ‘ula-n nay, te quiero = soy-yo querer-yo tú SVO (tú = O).

En síntesis, el primer ejemplo náhuat resulta contundente, ya que obliga a conjugar la raíz verbal (RV) de ambos verbos transitivos en serie con el prefijo de sujeto (S-1s) y de objeto (O-3s), hacia el cual transita la acción, hasta formar una sola palabra-oración.  Así cumple el doble requisito de esos dos tipos lingüísticos: verbos conjugados en serie con marca obligatoria cada uno de ellos.  Aunque resulta posible que el pronombre independiente náhuat —»Naja, Ni’/Nen en ch’ortí'»— anteceda a esos dos verbos conjugados en serie, las raíces no pueden excluir su marca obligatoria.  En cambio, el xinca parece más flexible al respecto, según el par de ejemplos anteriores. La segunda oración de (7c) lo describe como lengua serial, pero la tercera clasifica esa otra habla local en su diferencia, ya que las dos raíces verbales (RV) en secuencia no se acompañan de una marca directa sino el pronombre independiente (PI-1s) señala al sujeto (S), sin concordancia explícita en la segunda raíz verbal. El último ejemplo certifica la falta de la segunda persona en el verbo, marcada por el pronombre independiente.  Así, de la semejanza se transcurre a la diferencia con el náhuat, en cuanto lengua serial y sin marca necesaria en la raíz verbal. 

Según Rogers, «im’a-y nen’, me dijo = decir-él soy-yo» contrasta con «piri-n’ Jwan nen’, ver-yo Juan soy-yo», donde el mismo pronombre «nen’, soy-yo» funciona como objeto o sujeto: na taata-n kin narilja-y nen’, mi padre no me enseñó = el padre-mi no enseñar-él soy-yo vs. na ün-poocha narila-y nen’ müüm’ü, mi abuela me enseñó a cantar= la mi-abuela enseñar-ella yo cantar. Este último par de ejemplos reiteran la paradoja de la posesión, ya que quien no me enseña, «padre-mi», califica como inalienable, mientras quien me otorga un legado, mi-abuela, recibe el posesivo alienable.

Próxima entrega: 3.5 Beneficiario

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