Rafael Lara Martínez / Jorge Molina Aguilar
Epistemología El-
- ,
- , Cultura
Resumen: «Epistemología El-» describe cómo una parte del cuerpo —»el-«, «adentro, interno» o «pectoral, tórax»— no sólo refiere secciones anatómicas del cuerpo humano, sino indica conceptos abstractos. Particularmente, el prefijo El- denota el recuerdo y el olvido personal y colectivo, cuyas actividades se relacionan con la recolección (Logos) del pasado. Este enlace de la anatomía con la filosofía establece una clara distinción entre la historia objetiva, la cual sólo usa archivos selectos, y la poética que señala cómo el cuerpo humano vivo ofrece archivos, catalogados al nacer alrededor del ombligo.
Luego de explicar el sentido de la raíz Yul —»corazón; su movimiento/energía»— se prosigue el examen de las partes del cuerpo en náhuat en su correlación intrínseca entre lo anatómico y la filosofía (véase: EPISTEMOLOGÍA YULU). De nuevo, se comentan los diccionarios de Lyle Campbell (1985), y de Werner Hernández (2019), para desglosar las entradas léxicas de la raíz El-. Si Campbell la traduce como «(a)dentro», Hernández confirma su localización «pectoral», esto es, en el tórax y casi en la totalidad del tronco.
Se mencionó que Campbell enumera varios términos corporales bajo la rúbrica de prefijos verbales incorporados. En particular, -El, “mentación/dentro…percepción por los sentidos”, cuyo contenido concreto remite al ámbito del pasado: -el-ka:wa, “olvidar, dentro-dejar/abandonar” y -el-na:miki, “recordar, dentro-encontrar”. La traducción de Hernández remite el compuesto náhuat del «olvido» al «silencio» y al «perdón». Como opuestos complementarios, recordar y olvidar implican la actividad psíquica de «abandonar/silenciar» y «encontrar» algo en el «tórax/torso-dorso». Esta descomposición morfológica plantea un problema crucial que distingue la memoria de la historia científica. A considerarlo al final —luego de analizar otros términos—, si el castellano piensa el «recordar» como el rescate de los hechos que se materializan en el presente por «volver a lo cordial/re-cordializar» o «re-heart», el náhuat arraiga esa recolección (Logos) en el tronco del cuerpo humano viviente.
Campbell indica cómo El- se combina con otras raíces para nombrar partes del cuerpo al «interior» del tórax. Así, el estómago designa la «señal interna» o «adentro-seña»; el pecho, «en el lugar del tórax; tórax-locativo» y la «planta del pie», «en el lugar del pecho del pie». Aun si deja pendiente el examen de «pechuga», es posible que la raíz -kuhkul remita al «espectro». (Gespenst) como concepto clave de una aparición fantasmal. Por último, el «hígado» se llama «el cascarón/concha del tórax». En cuanto a los verbos, predomina el «voltearse del tórax» o la «vasca» , cuya literalidad contrasta con la dinámica epistémica del recuerdo y el olvido.
Se anota que el uso del locativo -pan establece una filiación etimológica entre una parte del cuerpo —-el-pan— y otros vocablos afiliados. Su traducción a una lengua occidental dispersa ese campo semántico único hacia esferas sin vínculo alguno. -A-pan, «río, agua-locativo»; -ix-pan, «enfrente; ojo-locativo»; teu-pan, «Dios/Energía-locativo», etc. señalan la existencia de una categoría gramatical que hoy califica de «sustantivo», «preposición», «locativo», «topónimo» (Ahuachapán), etc., por su asimilación a la lengua hegemónica.
Entradas léxicas de la raíz El- en Lyle Campbell
(C, SD) el- ’(a)dentro’ (prefijo)
‘inside’, ‘internal’ (prefix)a
(C) -elixku estómago
stomach
nu-elixku “mi estómago”
compárese, el- ‘dentro’, ixku “seña”
(SD) -elixku
i-elixku “su estómago” (iyelixkuʔ)
(C) elka:wa (v.t.) olvidar(se)
to forget
elka:wa (pres.)
elka:h (pret.) ni-k-elka:h “lo olvido”
elka:h-tuk (perf.)
compárese, el- ‘adentro, interno’, ka(:)wa “dejar, abandonar”
NC (i)lka:wa (Car.)
(SD) elka(:)wa
elka(:)w (pret.) k-elka(:)w-ke-t “lo olvidaron” (gelkawget)
elka(:)w-tuk (perf.)
(C) elkuhku pechuga
breast
compárese, el- ‘adentro’
NC compárese, elcocoyantli (Sim.) “cavidad del estómago”
(C) el-mu-yawa (v.r.) dar asco, querer vomitar (tener nauseas, vasca)
to have nausea, to be nauseated
el-mu-yawa (pres.) ni-el-mu-yawa “tengo vasca”
el-mu-yah-ki (pret.)
el-mu-yah-tuk (perf.)
compárese, el- ‘(a)dentro’, mu- ‘reflexivo’, yawa (‘voltear’)
(SD) el-mu-yawa
el-mu-yaw-ki (pret.)
(C,SD) el- ‘(a)dentro’ (prefijo)
’inside’, ‘int
el-mu-yaw-tuk (perf.)
(C) elna:miki (v.t.) acordar(se), recordar
to remember
elna:miki (pres.) ni-k-el-na:miki “recuerdo, me acuerdo” (nigelna:migiʔ)
elna:mik (pret.)
elna:mik-tuk (perf.)
compárese, el- ‘(a)dentro’, na:miki “encontrar(se) (con), toparse (con)”
NC (i)lna:miki (Car.)
(SD) elna:miki
(C) -elpan pecho
chest, breast
i-elpan “su pecho” (de gente o animal)
nu-elpan “mi pecho”
compárese, el- ‘(a)dentro’, -pan ‘lugar de’
NC elpantli (Sim.) “estómago, pecho”
(SD) -elpan chiniado, chineado, regazo
lap, bosom
(C) -elpan -(i)kxi plantilla, planta del pie
sole of foot
i-elpan (i)ikxi “su planta”
i-elpan nu-kxi “mi planta”
i-elpan mu-kxi “tu planta”
compárese, -elpan “pecho, regazo, (i)kxi “pie”
(SD) -elpan -(i)kxi
(SD) -elpets pecho, pechuga (de animal, por ejemplo, cangrejo, gallina)
breast of animal
i-elpets “su pecho, seno ((i)yelpets)
compárese, el- ‘(a)dentro’, pets- “desnudo” (?)
(C) -eltapach hígado
liver
i-eltapach “su hígado”
nu-eltapach “mi hígado”
compárese, el- ‘(a)dentro’, tapach “cascarón, concha”
NC eltapachtli (Sim.); compárese, también, tlapachoa (Mol.) “cubrir”
(SD) -eltapach
nu-eltapacah “mi hígado” (nuwełtapach)
(SD) -eltiw, -weltiw hermana (menor) de hombre
man’s younger sister
i-eltiw, i-weltiw “su hermana menor”
nu-eltiw, nu-weltiw “mi hermano menor”
NC ueltiuhtli (Sim.) “hermana mayor”; weltiwtli (Car.)
(Ojo: x = sh y h = j en el alfabeto actual; las vocales largas (v:) desaparecieron quizás por asimilación fonética a la lengua hegemónica, el castellano).
Hernández destaca casi las mismas partes interiores del cuerpo, como el estómago, el pecho y el hígado. También reitera los verbos recordar y olvidar —antes mencionados— a la vez que añade la noción de deseo el cual acaso derive de la raíz ewia/ehuia, «mendigar o pedir por Dios» y agrega el verbo «suspirar; apresurar/apurar el tórax».
Entradas léxicas de la raíz El- en Werner Hernández
El signo de igualdad (=) descompone los términos aplicando el mismo diccionario de Hernández, ya que la traducción oculta el campo semántico original del náhuat. Si acaso el segundo radical no aparece, se inserta una incógnita (X).
-Elewia 1. desear, 2. gustar, caer bien (una persona) / nikelewia; él, ella me resulta atractivo, a = -pectoral-X / lo/a-deseo
-Elishku 1. estómago; 2. epigastrio = -pectoral-lindero/limite/lado/borde
-Elkawa 1. olvidar, 2. perdonar = -pectoral-callar perder
Elmuyawa sentir náuseas, dar asco = -pectoral-X/reflexivo-voltear (en Campbell)
-Elnamiki 1. acordarse, recordar; 2. tomar a pecho = -pectoral-encontrar
-Elpan pecho = -pectoral-locativo/atrás/detrás de
-Elpetz 1. pecho (de animal); 2. pechuga = -pectoral-X/liso/terso-desnudo (en Campbell)
Elsisiwi suspirar = -pectoral-apresurarse/apurarse
-Eltapach hígado = -pectoral-X/cascarón/concha (en Campbell)
-Eltiw, -wan hermana (púber, o mayor, de un hombre)
*****
Quizás el núcleo filosófico de esta raíz El- gira en torno al rescate del pasado, según la dinámica entre el recuerdo y el olvido que no equivale a la historia en el sentido científico actual (véase también: pasado como categoría gramatical). En este vaivén, recargada en el deseo (-el-ewia), toda intención objetiva la realiza el sujeto que lleva a cabo la recolección (Logos) documental del pasado. Reiterando, si ante todo el castellano rememora los archivos nacionales que palpitan lo cordial (yul), dicen que en honor a la vida «ol-vida» lo incómodo y duda entre rescatar o evacuar los archivos que perdona. En náhuat, es posible que el deseo —esa «suplica» (-ewia) al pasado difunto— enlace la dicotomía entre el hallazgo y el desgaste.
El–
-ewia
-mamiki X -kawa
En este triángulo nocional, el deseo (in)voluntario suplanta o complementa la razón en su recolección del pasado
Así, durante la con-memoración académica de «el 32» en la Universidad de El Salvador (UES, 2022), nadie menciona «las actividades literarias en el año de 1932» (J. F. Toruño) —diecinueve revistas, cinco libros, obras de teatro, pintura, etc.— ni refiere la filosofía náhuat de los agentes históricos indígenas. En remedo de la palabra nonohualca, la comunidad izalqueña se vuelve «(no)nonti, «enmudecer; perder el habla»». La simple alusión a esos. archivos denegados le provocaría una «muerte cordial (-yul-miki)» a las ciencias sociales. Este infarto científico causa el descalabro de la noción misma de identidad: -yul-ish-kal-yu, en Hernández. «La cordialidad que hospeda la mirada» cambiaría de rumbo hasta re-conocer lo inédito: el 32 sin 1932 y la revuelta indígena sin lengua indígena (ídem para Anastasio Aquino en 1833 y todas las revueltas del siglo XIX). Los estudios culturales —incluso al reclamar la descolonización— validan esta ausencia de un «zoon logos ejon» indígena, al fundar su investigación en un canon literario monolingüe desde su origen.
La identificación sociológica sólo conoce (-ix-mati) —pone ante el ojo (-ix-pan)— los archivos nacionales de su conveniencia. La simple ausencia de una antología mínima de las actividades artísticas de 1932 –indígenas sin habla– certifica cómo el presente amolda el pasado, según lo cordial (-yul) y el tronco (el-) corporal que guían la recolección (Logos) del pretérito. Si El- nombra el «interior» y lo «pectoral» —la particularidad de los órganos que ahí se alojan— una glosa castellana adecuada la expresaría «entraña(s)». Su adjetivo «entrañable» no sólo evoca lo interno —en/in- vs. ex-— sino convoca el afecto que hospeda lo grato en su seno y excluye —pierde— lo incómodo; o, en cambio, «calla» aquello que hace suyo en el silencio indulgente. Todo archivo que desmienta su corazonada entrañable, el sujeto lo declara irrelevante para la apropiación presente del pasado. La objetividad del pretérito la pre-senta el sujeto que entraña lo cordial y ex-traña lo incómodo, salvo de perdonarlo. A la objetividad incorpórea de la ciencia, se contrapone la subjetividad corporal de la poética, esto es, la del idioma mismo. Se trata de un hecho humano exclusivo que sitúa al Yo corpóreo —The speaker of the house; Tlatoani; El Supremo— en la autoría de la actividad historiográfica.
Códice Zouche-Nuttall, p. 28, British Museum, ADD.MSS 36671 (famsi.org)
En el escudo que se hinchó de una masa…vio el día llamando a la guerra (Primeros memoriales, 276r).
*****
En síntesis, de aplicarle a la poética el humor dantesco que retoña de «La Divina Comedia», la vida florea (xuchi-kisa) en la pechuga (-el-Kuhku) del Yo. Retoña como el Espectro (Gespenst/-Kuhkul) del pasado difunto que le tatúa el pecho (-el-pan). Muy a pecho, «un Espectro (-Kuhkul) recorre» el cuerpo vivo de todo ser humano. A imagen de Coyolxauhqui (Ornada de Cascabel/Cuna/Anzuelo a la Moda Antigua), el recién nacido (taka-ti-ni) se desmiembra de la «preciosa sangre vital», de la placenta en rima bélica, que lo arropa al salir de la cueva (ustu:t, «barranco, cueva»). Al nacer (taka-ti), se proyecta al mundo terrenal. Desde esa escritura primordial —inscrita durante el parto/erupción (pu:ni(a)) en el tronco (El-)— el tatuaje umbilical (-xi:k/-shik) inicia la existencia que luego causa estrías suplementarias, personal y colectivamente.
Rafael Lara-Martínez
Professor Emeritus, New Mexico Tech
rafael.laramartinez@nmt.edu
Desde Comala siempre…
Jorge Molina Aguilar
Investigador del Instituto de Investigación y Formación Pedagógica, Universidad Don Bosco, El Salvador
Candidato a Doctor en Ciencias Sociales UCA-UDB
jorge.molina@udb.edu.sv