Rodrigo Ernesto Rivas Mendoza
Estudiante de la Licenciatura de Comunicación Corporativa
#EstudiantesUFG “Desde el privilegio”
¿Qué pasaría si un día despertaras y tuvieras que caminar kilómetros en el desierto para conseguir un poco de agua?, ¿o tuvieras que escapar de la tierra que te vio nacer porque debido a tus creencias o manera de vivir eres amenazado de muerte?
En el día a día, existen cosas que la mayoría de las personas tomamos por sentado, por ejemplo, un plato de comida, agua, transporte público, seguridad o nuestro lugar en nuestra comunidad. Este no es el caso para millones de habitantes alrededor del mundo, quienes día a día tienen que luchar para suplir una que otra necesidad, sino es que varias… o todas.
Con el objetivo de crear un planeta que ofrezca un nivel de vida digno a cada uno de sus habitantes, la asamblea general de las Naciones Unidas adoptó en septiembre de 2015 una agenda bajo la cual se proponen 17 diferentes objetivos con el bienestar mundial en mente.
Si bien los objetivos piensan en el bien común, surge la duda si realmente estos van acorde a la agenda política que se ha manejado en el mundo desde hace ya varios años.
Muchas de las medidas hablan de fomentar el crecimiento económico, la inclusividad o incluso el medio ambiente. Pero en la realidad se observa cómo grandes potencias económicas han cerrado sus puertas a extranjeros por considerarlos “una plaga” o recientemente con la pandemia del COVID-19 hemos sido testigos de cómo muchos gobiernos han optado por la economía en lugar de optar por sus habitantes.
Es casi como si los objetivos trazados por la asamblea general de las Naciones Unidas fueran a quedarse en lo que son hasta el momento, objetivos.
Por otro lado, las mismas Naciones Unidas se comprometen solamente de manera diplomática más no de una manera real que provoque cambios sociales. Existe el ejemplo perfecto en Irán, país donde la mujer no es vista más que como un objeto y se le obliga a vestir de negro, cubriendo su cabello, sus caderas y toda parte posible hasta el punto de hacerla sentir avergonzada de ser mujer ¿Por qué?
Porque Irán defiende el machismo, escuda el acoso sexual bajo frases como “Los hombres son hombres”, “Una mujer debe vestir como quiere ser tratada”, “La mujer es para complacer a los ojos de su marido más allá de su propia felicidad”. ¿Dónde se pronuncian los objetivos de desarrollo sostenible en este caso?
Masih Alinejad, periodista iraní exiliada en Estados Unidos ha sido amenazada junto con su familia en múltiples ocasiones. ¿La razón? Ser la voz de las mujeres en Irán y decir lo que nadie se atreve, utilizar su voz y el don del periodismo para desenmascarar al gobierno, pero la Organización Mundial de las Naciones Unidas no se ha pronunciado ante este caso, no ha dado su apoyo para luchar contra el abuso diario que se comete en países como Irán.
Es como si la libertad de expresión, o la libertad, como todo un concepto, no fuera para todos si no se tiene la nacionalidad, el tono de piel o el número correcto en la cuenta de banco.
¿Y dónde quedan los derechos de los animales? Ellos no cuentan como vida inteligente, según el egocentrismo tradicional del ser humano y su excesiva necesidad por ser reconocido como superior en el planeta tierra.
¿Dónde queda la defensa de todos aquellos animales que son maltratados por sus dueños?, ¿dónde están los objetivos que planeen defender y cuidar a la vida silvestre? Existen en papel, pero es poco o nada lo que se hace por realmente defenderlos.
Es bastante complejo hablar de objetivos de desarrollo sostenible, porque en este punto espacial y temporal, nos encontramos directo a acabar con nosotros mismos como humanidad a causa de decisiones tontas, poco estratégicas y guiadas por el egocentrismo humano.
No hace falta mucho para saber que de acá a 15 años no son muchas cosas las que habrán cambiado para el niño que pide dinero en el semáforo para comprar droga o una comida digna.
No hace falta mucho para saber que de acá a 15 años no habrán cambiado mucho las cosas para aquellos artesanos desesperados que actualmente están cambiando su trabajo por comida y poder llevar alimentos a sus casas.
Por todas aquellas mujeres a las cuales se les ha perseguido y matado por ser dueñas de sus cuerpos y sus vidas, por todos esos niños que comen una vez al día debido a la pobreza, por todos esos artesanos con sueños de negocio pero truncados debido a la falta de oportunidades, por todas esas personas que a diario mueren por falta de dinero para tratamientos médicos, por todas aquellas mujeres que han muerto en un cuarto sucio practicándose un aborto clandestino a falta de legislación que les de derechos sobre sus cuerpos, por todos esos animales que diariamente mueren por la negligencia de sus mediocres cuidadores. Por todos ellos, y por millones más que no alcanzarían los teclados del mundo para escribir sus historias a detalle, basta a la hipocresía de organizaciones como las Naciones Unidas que hablan, se reúnen y decretan desde el privilegio, desde sus salas lujosas y sus privilegios diplomático. Basta al privilegio y cambiemos juntos hacia una sociedad más humana y consciente.