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 2706-5421

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Por: Diana Anaya Cáceres y Diana Contreras Salinas

Alumnas de MANECE, asignatura: Contabilidad Gerencial.

#EstudiantesUFG Fortalecimiento de la educación digital en bitcoin y el levantamiento del comercio electrónico

Una volátil criptomoneda que, con el paso de los años, y la paciencia de los que han confiado en ella, ha logrado levantar económicamente a muchas personas en el mundo. Desde sus inicios en el 2009 se mantiene vigente; su valor ha ido creciendo de una manera exorbitante y aunque a veces ha tenido caídas, lo que significa grandes pérdidas para los que poseen este activo, cada año surgen nuevos retos y novedades entorno a lo que a la fecha conocemos como el bitcoin.  

Este 2021 no fue la excepción, pero a diferencia de los millones de acontecimientos que surgen en el mundo cada año, en donde El Salvador pasa desapercibido, en la actualidad esta nación centroamericana se encuentra en el ojo mundial por tomar el riesgo de ser el primer país en legalizar como moneda de curso legal el bitcoin, una apuesta que muchos apoyan, pero que otra gran parte pone en duda. 

El bitcoin, ahora moneda de curso legal en El Salvador junto al dólar estadounidense, fue implementado a partir del 7 de septiembre del 2021, día en el cual también se lanzó la estructura institucional “Chivo” la cual ha sido construida para emplearse como la billetera digital estatal, que se encuentra alojada en las diferentes tiendas de aplicaciones tecnológicas para los salvadoreños que deseen hacer uso de ella. 

La aplicación Chivo fue creada de cara a la “Ley Bitcoin” aprobada por la Asamblea Legislativa el 9 de junio del 2021; donde se establecía, según su artículo 10, que el Órgano Ejecutivo debía crear una estructura institucional a efectos de aplicación de la ley descrita. 

Tras la respectiva aprobación, la publicación en el Diario Oficial y pasado el tiempo determinado en la ley, el bitcoin es ahora parte de la economía salvadoreña. No obstante, existe un gran desafío en el país que va más allá de la legalización de la criptomoneda y es la educación y la brecha digital que los ciudadanos tienen con respecto al avance y a los conocimientos tecnológicos. 

En primera instancia, el bitcoin, que es conocido por ser un medio digital de intercambio y un sistema de pago sin banca central o administrador único, se puede calificar como un activo novedoso hasta para los países más desarrollados en digitalización. Este trabaja en la web bajo la “blockchain” esta tecnología es un campo que tiene un interesante trasfondo, con mucho potencial para ser implementado en diferentes sectores. 

Esta tecnología busca como principal objetivo evitar al famoso crimen del sector informático, el “hackeo”, principalmente porque su función se basa en bloques con información y estos tienen una codificación única que evita que toda una cadena de estos pueda ser alterada, a diferencia de los sistemas tradicionales como las redes sociales que tienen un carácter centralizado; por ejemplo, las redes sociales de hoy en día están conectadas desde un mismo sector y si existe un problema en este, los millones de usuarios que están registrados en estas plataformas se verán afectados. Recientemente las plataformas de WhatsApp, Instagram y Facebook tuvieron inconvenientes en sus servidores, y por tener un sistema centralizado millones de usuarios se vieron afectados en sus diferentes redes sociales y medios de comunicación. 

Esto no sucede con el bitcoin ya que no es manejado por un sistema central, en este caso una banca central, como todas las demás monedas de curso legal alrededor del mundo, que en su carácter físico se encuentran legisladas bajo una sola institución. A pesar de esto, el bitcoin es una criptomoneda que podría estar hasta más controlada que el resto, ya que el sistema de bloques es observado desde millones de sectores y las criptomonedas son rastreadas con códigos únicos. Todos estos “observadores” también son los encargados del proceso de descodificación de bloques, esto es a lo que se le conoce como minería bitcoin.  

En un ámbito general, la minería es el proceso por el cual se crean nuevos bitcoines; para que esto funcione es necesario seguir un proceso de criptografía en el cual se resuelven complejos problemas matemáticos creando de esta manera nuevos bloques para la cadena y con ello nuevas monedas. Lo complicado de la minería es la necesidad de una gran maquinaria tecnológica para resolver las operaciones y estas a su vez demandan grandes cantidades de energía. 

En El Salvador han desarrollado el sistema de minería bitcoin desde La Geo y para solucionar el problema del consumo energético y la huella medioambiental que esto pudo haber ocasionada se ha dispuesto la energía limpia y renovable de los volcanes salvadoreños. Es de esta manera cómo el proceso de la generación de estas criptomonedas finaliza, y de la mano con la legalización, la plataforma institucional y el uso de la moneda se ha convertido en parte de la economía nacional. 

Lo antes mencionado es un sistema bastante complejo para una gran mayoría de personas académicamente preparadas y que además tienen la posibilidad de tener acceso a información; el uso de esta criptodivisa incluso puede poner en disputa a muchos economistas, quienes son especialistas en la rama. Por lo cual es importante preguntarse qué tan educado y qué tan preparado está el resto de la población en este sentido, desde jóvenes y adultos preparados o que sin estudios tienen acceso a las tecnologías de la información (TIC) hasta personas con un acceso mínimo o nulo a este mundo. 

Es complicado pensar que los adultos puedan irse adaptando a un campo tecnológico en la actual nación salvadoreña, donde el poco acceso al internet podría ser, en muchas ocasiones, el menor de los problemas de los ciudadanos. No obstantes es importante dar pasos de transformación, ya que no es posible estancar al país en temas como la tecnología hasta obtener igualdad de todos los sectores. 

Lo importante ante esta situación es avanzar en los diferentes sectores de la sociedad, hablar el idioma de la tecnología, incentivar a la educación en la temática y lograr pensamientos enfocados en la digitalización desde muchos de los estratos sociales. La sed de conocer estos nuevos aspectos en el país, que hasta el momento ya son parte del día a día de muchos salvadoreños, puede incentivar a la población a conectar sus sueños y objetivos hacia un enfoque más digital y es aquí donde el comercio electrónico puede ir ganando terreno en el país y posiblemente de una manera bastante acelerada. 

Cabe resaltar que El Salvador también fue parte de una ola pandémica que afectó gran parte del sector empresarial y la economía tuvo un fuerte declive tras el confinamiento del 2020; pese a ello la herramienta digital fue el salvavidas de muchos negocios y en la actualidad sigue siendo una apuesta importante para una gran cantidad de empresas. 

De cara a la nueva moneda de curso legal, también es importante destacar que, previo a la respectiva legalización existió mucho más miedo en la población y mayor negativa de parte de muchas personas que se dedican al sector económico. Sin embargo, en la actualidad y luego de más de dos meses de la entrada en vigencia de la ley, los profesionales se encuentran estudiando más sobre este activo y están evaluando las diferentes oportunidades que el uso de esta criptodivisa puede ofrecer para el comercio electrónico y cómo el bitcoin puede ayudar con el avance de una economía digital en El Salvador. 

Pero la clave de este entorno y potencial avance digital salvadoreño está en la educación, los conocimientos; sean estos de manera empírica o formal, el entorno de país tiene que ir enfocándose en lanzar información sobre la digitalización, el comercio electrónico y por supuesto los manejos de la nueva moneda legal. Es indispensable que tanto las empresas como las instituciones educativas vayan transformando sus planes y objetivos para tener enfoques de carácter tecnológico y no ver este mundo como algo que en El Salvador no se podría tener, principalmente porque ya estamos dentro de este mundo tras la implementación de la criptomoneda. 

Al tener a una población educada en este sentido, los diferentes sectores también avanzan para un mundo electrónico, esto incluye las empresas ya que empiezan a emplear mecanismos de comercio electrónico logrando llegar a un público objetivo que conoce y maneja mejor dichas herramientas. La generación de productos digitales, aplicaciones, páginas web, entre otros también se convierten en una oportunidad de negocio para muchos profesionales, quienes además pueden empezar a tener un pensamiento más globalizado y una visión empresarial con un mayor alcance internacional. 

La educación en los avances tecnológicos hacia la población salvadoreña siempre lograría que el país, en general, dé grandes pasos para llegar a un desarrollo digital mejor construido y que puedan dar mayores facilidades y seguridad tanto económica como social. Esto podría cambiar el enfoque social que tiene la nación, y aunque los cambios puedan surgir muy a largo plazo, la cultura empieza a tener esa digitalización que en la actualidad un menor porcentaje de la población desarrolla. 

Probablemente exista un gran porcentaje de personas de edad muy avanzada y/o de estratos sociales con un menor nivel económico que puedan tener mayores problemas para acceder al aprendizaje, sin embargo, en este aspecto es importante que el Gobierno tenga políticas para garantizar un mejor acceso y que, por lo menos, el nivel económico de la población no sea un impedimento para este tipo de educación.

Diana Contrera Salinas

Diana Anaya Cáceres

Lcda. Melany Barillas, MBA.

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