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 2706-5421

cambio climático
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América Mariel Urbina Martínez

#EstudianteUFG Los ODS, la pobreza y el cambio climático

Cuando escuché hablar por primera vez de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pude darme cuenta de cuán desinformada puede estar una persona en pleno proceso de formación académica de temas con una gran importancia. Temas que afectan tanto la vida cotidiana como la vida profesional que se anhela tener. Y es que nuestro planeta ha llorado lágrimas de sol por los últimos años, debido al alto nivel de degradación de sus recursos, y el cada vez más acelerado crecimiento de la población mundial.  

Por ello la propuesta de los ODS, no solo resulta ser ambiciosa, sino que en algún momento cruza la línea de la Utopía de Tomás Moro y se convierten en el mundo ideal en el que todos quisiéramos vivir. No consisten nada más en cuidar el medio ambiente, sino en cuidar el medio en el que todos los participantes de la vida puedan interactuar en equilibrio sin distinción y en balance con los recursos que se ocupan y de los que se dispone.  

Al estudiar cada uno de los ODS pude descubrir que ahora mismo existe un amplio equipo de investigación en todo el mundo, que a medida que se acerca el año 2030, ven cómo la brecha con los ODM se va cerrando para buena fortuna de todos. Sin embargo, El Salvador se encuentra en medio de una región con grandes retos por delante, por ejemplo: la conciliación política e ideológica, el crecimiento económico sostenido, la disminución del crimen organizado, el fortalecimiento de las relaciones comerciales y nuevas oportunidades de empleo para los nacionales, entre otros. Pero, ¿qué es lo que realmente importa? ¿Acaso es posible crecer económicamente, sin garantizar los mismos recursos naturales a las futuras generaciones? ¿Es posible conciliar ideologías políticas cuando no existen leyes y sistemas de justicia transparentes y de igualdad? Pareciera que los ODS solamente abren una puerta, el compromiso de todos por igual, es lo que hace a un país atravesar el umbral del Desarrollo Sostenible.  

Jesús dijo: “A los pobres siempre los tendréis”. Y cada vez más se vuelve una frase digna de acuñar en El Salvador, ante la variada gama de pobreza que vemos en nuestro país. Pobreza moral, pobreza intelectual, pobreza espiritual, pobreza para ser analíticos y críticos, pobreza de voluntad para ser honestos, pobreza de sentido de la vida, y probablemente la que menos entorpece el avance de nuestro país, la pobreza económica del 30 % de la población salvadoreña. Lo lamentable de esto es que la última es la más utilizada para disfrazar con campañas mediáticas las carencias del sistema. Lo que deja suficiente en claro, que la única manera de salir de esa situación de pobreza depende tanto de los líderes de un país, como de sus partes individuales. Por amor a las nuevas generaciones, y a nuestro legado, ya es tiempo para todos de dejar de ser <pobres>. 

América es estudiante de Ingeniería Industrial de la UFG.

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