Comercio informal
César Augusto Alvanez Menjívar / José Mauricio Pérez Sageth

César Augusto Alvanez Menjívar / José Mauricio Pérez Sageth

De la Maestría en Administración de Negocios con Especialidad en Comercio Electrónico.

Fondos de salvataje: de la informalidad a la formalidad

La pandemia del COVID-19 presenta un desafío histórico para la humanidad. Las 
medidas de aislamiento social, restricciones a la libre circulación y cierres generalizados del comercio e industria impuestas por los gobiernos para contener la propagación del virus están generando elevados costos económicos. 

 Según fuentes de la CEPAL, la economía global se contrajo bruscamente3 % en 2020, una situación mucho más grave que durante la crisis financiera de 2008-09, según la misma institución, la economía a nivel regional se contrajo en 9.2%, El Salvador no ha sido la excepción, más bien es el país de Centroamérica en que se contrajo más su economía en un -8.6 % el PIB. 

Esta preocupante situación no debe pasar desapercibida, por ningún gobierno,   
sobre todo, cuando la mayoría de los países, han sido golpeados duramente por la pandemia, que ha generado cierre de empresas, por no tener liquidez para pagar a sus empleados, por ende, el desempleo va en aumento. Según un informe de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas ( UCA), el 62.33 % de los negocios de micro empresarios cerraron parcialmente sus negocios, mientras que el 14 % cerraron de manera definitiva, mientras que el comercio informal según fuentes (DYGESTIC) y la OIT ha incrementado hasta julio de 2020, los comerciantes informales buscan alternativas de sobrevivir, pero también de sostener sus negocios informales, por algún medio que les facilite obtener un crédito, o poder optar al fideicomiso, que el gobierno de El Salvador ha puesto a disposición para los emprendedores formales e informales. En este ensayo haremos una investigación de los desafíos a los que se enfrentan los comerciantes informales para poder optar a la ayuda que el gobierno pone a su disposición (Fideicomiso), los mecanismos y requisitos que deben seguir y cumplir para obtener un crédito que les ayude a reactivarse económicamente, y poder transitar de la informalidad a la formalidad posterior a la crisis sanitaria y económica ocasionada por la pandemia COVID-19, en El Salvador. 

En El Salvador, como en otros países en el mundo, la economía informal forma parte de su realidad estructural. En el país aún no existe una medida de economía informal ajustada para las últimas directrices y conceptualizaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los porcentajes de informalidad de acuerdo a fuentes oficiales, para el año 2017, situaban la informalidad en el país entre 43.32 % de acuerdo a la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC) y el 74.8 % según la estimación de la Comisión Nacional de la Mediana y Pequeña Empresa (CONAMYPE) (OIT, 2020). Otros expertos estiman que la economía informal en el país es del 60 % (de Rosa, 2020).                                               

En el país, las transiciones de trabajadores entre los sectores formal e informal son 
mínimas, este hecho indica que El Salvador experimenta dificultades en la implementación de políticas que permitan mantener los empleos dentro del sector formal, así como dificultades en la generación de empleo decente (OIT, 2020). 

El 52.67 % de microempresarios ha tenido un nivel de afectación total. Informe (UCA). 

Según los resultados de una encuesta realizada por Conamype el 30 de junio de este año, para conocer el impacto del COVID-19 en la MYPE salvadoreña en la que participaron 3,152 MYPE (45.1 % lideradas por mujeres y 54.9 % lideradas por hombres) de 185 municipios y pertenecientes a más de 45 actividades económicas, reveló que ocho de cada diez MYPE cerraron su negocio temporalmente durante la cuarentena, cuatro de estas MYPE son empresas familiares, y casi cinco de ellas están formalizadas. Así como, cinco de cada diez MYPE han realizado un cierre temporal de operaciones de sus negocios, considerando que para reactivarse es necesario el disponer de capital de trabajo, de un financiamiento, por medio de un fideicomiso por parte del gobierno. De igual manera, la mayoría de las MYPE participantes en el censo consideran poder estar en situación de deuda o quiebra a corto plazo; seis de cada diez MYPE rondan los ingresos de venta de $10 a $100 diarias. El estudio también reveló que, siete de cada diez MYPE tienen comprometido el 20 % de sus ventas diarias, para el pago de sus deudas a terceros; y dos de cada diez MYPE, dicho porcentaje de deuda alcanza hasta el 40 % de sus ventas diarias.  

Otro efecto relevante ocasionado por el COVID 19 es que los elevados niveles de desempleo formal que las medidas impuestas para contener la propagación del virus han generado, va a incrementar sustancialmente el traslado de trabajadores a la economía informal del país, como alternativa para proveerse el sustento, diario. Al fin y al cabo, el desempleo es la principal causa del aumento de vendedores informales que se lanzan a vender en las calles y parques como su única vía para sobrevivir (FUNDASAL 2017). 

Cuando una empresa decide ser informal genera costos para la sociedad más allá de los asumidos por la empresa, tales como la competencia desleal con empresas formales, ya que estas últimas asumen costos adicionales, por ejemplo, pago de registros, seguridad social e impuestos; y en ocasiones, la manera en que empresas informales evaden el control de los requisitos de formalidad podría desencadenar en actos ilegales. 

El comercio informal ante la contracción económica, están buscando quien los apoye, con créditos a tasas de interés accesibles de pagar, muchos comerciantes de este tipo están en la disposición de dar ese paso de transitar hacia la formalidad, porque saben que siendo comerciante formal tiene privilegios y ventajas, aunque si bien están regulados y más vigilados por entes financieros y normativas. Ahora con el fideicomiso otorgado por el gobierno, se ha vuelto un desafío para los comerciantes informales porque para optar a este crédito, debe cumplir con una serie de requisitos, y un récord crediticio A o B. 

La formalización empresarial genera beneficios para la sociedad, tales como la inserción de más trabajadores al sistema de aseguramiento social, un mayor cumplimiento de las normas que buscan proteger a los consumidores y mayores ingresos tributarios para la inversión pública. 

En el contexto de reapertura económica causada por el shock sanitario de la COVID19, seria normal esperar que el Producto Interno Bruto se recupere, y por consecuencia también lo haga la riqueza de los salvadoreños. Este indicador conocido como el PIB, está bastante relacionado con el empleo. En principio dice que para que un país produzca más se necesita que más personas trabajen; pero la teoría no siempre se cumple. Por diversas razones como por ejemplo la incorporación de nuevas tecnologías que automatizan procesos que antes los ejecutaba una persona. 

Esta es una de las razones por las que se debe buscar que los emprendedores escalen al siguiente nivel; es decir de la informalidad a la formalidad, porque además de afectar a los que laboran en estas condiciones, afecta de forma negativa a los ámbitos económicos y social, ya que disminuye el potencial de la economía para crecer e impulsar el desarrollo social e impide que los gobiernos mejoren los servicios que proporcionan a la población, ya que no pueden ampliar la base tributaria y obtener más ingresos. 

Seguramente la primera pregunta que un emprendedor se hace a la hora de crear su emprendimiento es si registra o no su empresa, y la segunda es qué beneficios obtendría si lo hace. Razones son muchas; la primera es que el registro es un trámite que no consume tiempo ni mayores esfuerzos, el procedimiento involucra varias instituciones. El trámite normal consiste en presentarse a cada una de ellas. En el trámite integral, que son los trámites básicos, dos instituciones ofrecen la posibilidad de realizar el trámite en un solo lugar, El Registro de Comercio (RCO) y La Oficina Nacional de Inversiones (ONI) que es una subdirección del Ministerio de Economía. El trámite en línea permite al comerciante individual y a las sociedades solicitar en línea todos sus registros relacionados con la administración pública. 

Una razón de peso para formalizar la situación de las Mypes informales es que actualmente el gobierno de El Salvador ha creado un fideicomiso por $600 millones y será ejecutado por BANDESAL para apoyar a los micros, pequeños y medianos empresarios que han salido afectados por el confinamiento a raíz de la pandemia del COVID-19 y que por ello han debido cerrar sus fuentes de ingresos económicos. 

Esto representa toda una oportunidad de poder acceder a fondos de salvataje sin contrapartida para ayudar a paliar la crisis generada; por otra parte, abre una ventana nueva de oportunidades, ya que también, está el programa de crédito para Mipymes del sector formal. No se necesita garantía, hay un año de gracia plena sin intereses, sin cuotas. Es la oportunidad que todo emprendimiento debería aprovechar en especial aquellos que aún conservan las deudas contraídas en el proceso de confinamiento. 

Desde nuestra perspectiva esta iniciativa tendría un mayor impacto si instituciones como CONAMYPE hicieran alianzas con las municipalidades para dar a conocer e instruir sobre este tema, por la razón de que son las instituciones que conocen y tiene al menos como obligación llevar un registro de las MYPES que están en sus zonas de acción ya sean formales o no, las campañas de difusión en los diferentes medios son efectivas a medias, el emprendedor siempre tendrá preguntas y por eso es que se debería hacer el último esfuerzo de tocar la puerta para buscar ese escalonamiento de la informalidad a la formalidad. Basta con ver el porcentaje de empleo para atreverse a decir que el modelo actual no ha funcionado y que solo generando un cambio de mentalidad en los emprendedores estos darán ese paso. 

Está demás decir que los grandes ganadores serán las MYPES que están formalizadas. Los requisitos e instrucciones para acceder a los fondos están el portal www.firempresa.gob.sv 

  • Conclusiones 

Existe un alto grado de emprendimientos en el sector informal. De las cuales consideramos que serán pocas las que pasen al sector formal a pesar de las oportunidades descritas. 

El comercio formal representa muchos más costos, los pasivos laborales, el pago de impuestos IVA y renta, por ejemplo. Que desde nuestro punto de vista es el principal factor que detiene la formalización. 

Las MYPES formales cuentan con toda una serie de mecanismo de apoyo por parte de instituciones como CONAMYPE, desde capacitaciones hasta posibilidades de encadenamientos comerciales y oportunidad de venderle a instituciones del Estado. 

El fideicomiso representa una oportunidad única y sin precedentes por la magnitud a la que se podrá acceder para cada empresa que cumpla los requisitos.

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