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 2706-5421

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Susana Joma / Raúl Benítez

Organizaciones exponen baja representación de las mujeres en la nueva Asamblea Legislativa

Las elecciones para diputados y diputadas del 3 de febrero de 2024 dejaron un sinsabor en el tema de la participación de las mujeres en la política, a tal punto que, tras los resultados de las votaciones, algunas organizaciones de la sociedad civil, como Acción Ciudadana y la Asociación de Regidoras y Alcaldesas de El Salvador (ANDRYSAS), no solo lamentan la baja representavidad de este sector en el Órgano Legislativo, sino que incluso lo califican de “retroceso”. 

Las mujeres nuevamente no tendrán mayor representación dentro de la Asamblea Legislativa, por ejemplo, en el caso de los diputados propietarios, de 60 cargos que estaban disponibles únicamente 19 corresponden a candidaturas femeninas, mientras que los hombres suman 41; si lo vemos porcentualmente, estamos hablando de que los diputados propietarios están conformados por un 32 % de mujeres y 68 % de hombres. Esta situación es similar a la que se observó para la legislatura 2021, porque en ese momento teníamos un 29 % de mujeres versus un 71 % de hombres”, afirma Denisse Siliézar, coordinadora del Centro de Monitoreo Político de Acción Ciudadana. 

Luego de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) hizo oficial los resultados de las votaciones Siliézar externa que, sin lugar a duda, la baja representación de mujeres dentro del pleno legislativo tiene que ver con la reforma electoral que se realizó el año pasado, en donde ahora ya no son 84 cargos (para diputaciones) dentro de la Asamblea, sino que solo son 60, y esto resta espacios para que más de ellas puedan acceder a esos cargos. 

En su análisis, además, hace notar que “Con los datos de 2024 que ha subido el Tribunal Supremo Electoral un 53 % corresponde a mujeres suplentes en los cargos, versus un 47 % de hombres. Una situación bastante similar a lo que se observaba en 2021, donde 49 % eran mujeres y un 51 % hombres. Lo que los datos señalan es que nuevamente las mujeres son mayoría en los cargos de suplencia, pero son minoría en los cargos de propietarios, que es digamos el espacio donde realmente se pueden tomar las decisiones”.    

Sostiene que en estos momentos ven que la reducida presencia de las mujeres en la actual legislatura está bastante complicada, porque las posibilidades de que participen y que sean escuchadas serán menores.  

Considera que en general la Asamblea entrante debe trabajar para incentivar a las mujeres a participar en la política, pero la mayor responsabilidad de que esto se haga también recae en el grupo parlamentario de Nuevas Ideas, que es el que tiene más mujeres representadas ahí. Y es que, según detalla, de acuerdo con los datos emitidos por el TSE, de las 19 diputadas electas para la nueva gestión 17 son de ese instituto político. 

Tropiezos culturales y financieros 

La representante de Acción Ciudadana hace notar que la Ley de Partidos Políticos, en el Artículo 38 que habla sobre la cuota de género establece que las planillas de estos institutos elección de diputados y consejos municipales debe estar conformada por el 30 % de mujeres, y si bien todos tienden a cumplir con este requisito, también ocurre que no hacen esfuerzos por incentivar a que más mujeres se inscriban, tampoco incentivan a la militancia a que voten por ellas.  

La normativa, con ese mandamiento busca de allanar, el camino para alcanzar una representación equilibrada de hombres y mujeres en cargos de poder y toma de decisiones, esto como parte del ejercicio democrático.   

“Probablemente sea necesario ya considerar otro tipo de medidas (para aumentar la participación), donde por ejemplo que el 50 % de candidaturas sean mujeres y 50% hombres. De alguna manera como equiparar la cancha. Ese tipo de medidas puede ayudar a incentivar que más mujeres se inscriban como candidatas y los partidos lleven más para que estas puedan ser electas”, agrega.   

Insiste en que también hay otros factores sociales que dificultan el acceso de la mujer a cargos públicos, entre ellos está el que se cuestiona su capacidad para poder participar en actividades políticas y el rol que puedan desempeñar. 

“Existe ese prejuicio de que las mujeres no son capaces de liderar proyectos políticos y por tanto no se confía en el criterio de ellas; se considera que son bastante sentimentales, emocionales y demás, y (dentro de los partidos políticos y la población) prefieren amarrase talvez a una candidatura masculina, pero creo que es un mito que poco a poco (se irá desinstalando porque) varias mujeres han venido luchando y demostrando en los últimos años dentro del pleno que las mujeres también tienen capacidad, también tienen inteligencia, también tienen conocimiento, son profesionales en la materia, y también están a la altura de sus pares hombres. Creo que al final elegir a un hombre sobre una mujer puede ser un tema de prejuicios que pueden tener las personas”, subraya la especialista de Acción Ciudadana. 

Otro problema es que las mujeres no tienen acceso a financiamiento para entrar a la campaña electoral, y por el contrario en esto se da mayor apoyo a los hombres. En este contexto señala que se deberían hacer reformas a la legislación electoral de tal forma que a las mujeres se les pueda dar una parte de la deuda política para potenciarse en los eventos electorales. 

Siliézar deja claro que es necesario que los partidos políticos renueven su visión, sus reglamentos internos, para dar el paso a mayor participación de mujeres, y que en ese mismo sentido destine fondos que sirvan para atraer al sector femenino. 

Desmotivación en el sector 

María Joaquina Menjívar, desde la Asociación de Regidoras y Alcaldesas de El Salvador (ANDRYSAS), señala que esta baja representación de las mujeres en el Órgano Legislativo refleja “un gran retroceso” y concuerda con Siliézar en que es una consecuencia de la reforma electoral que reestructuró la conformación de la asamblea. 

Menjívar dice que, durante un monitoreo sobre violencia electoral que ANDRYSAS realizó al proceso de las elecciones internas de los partidos, identificaron como también las mujeres que estaban compitiendo para ganar un espacio en las municipalidades estaban muy desmotivadas, debido a que la reforma que redujo de 262 a 44 los municipios les quitó posibilidades. 

“Ellas nos exponían que (en forma previa) se había aplicado lo de la alternancia, hombre – mujer, hombre –mujer, pero después de este cambio lo que le tocó al partido político es apegarse exclusivamente a completar el 30 % que pedía el TSE, lo que daba paso a que las mujeres quedaran en cargos de suplencia”, comenta. 

Aseguró que en el estudio que hicieron ha quedado evidenciado, además, que la violencia política mina el camino de las mujeres en este ámbito, y no se limita a la que sufren en el seno de los partidos, sino también a la que viene desde las redes sociales como Facebook y Twitter, sobre todo esta última, que es muy agresiva y afecta también a sus familias.  

Cita como ejemplo de violencia hacia las mujeres, entre otros, el caso de la diputada reelecta Claudia Ortiz, quien ha tomado la batuta de poder y a quien el haber estado denunciando las irregularidades el día de las votaciones y durante el escrutinio le significó un nivel de acoso, ataques desmedidos en las redes sociales.  

Los retos para las mujeres en política 

María Menjívar, como parte de ANDRYSAS, advierte que una de las cosas que se tiene que superar desde la sociedad en general, y en el interior de los partidos políticos, es no seguir naturalizando cualquier tipo de violencia, propiciar que haya dentro de estos una reestructuración con enfoque de género, y que se establezcan normativas que permitan superar la cuota mínima de participación establecida por el TSE. 

“El reto principal a nivel político sería que ya no hablemos de cuotas de género, porque eso no deja de ser nada más como una acción afirmativa para incentivar, para motivar, para asegurar que las mujeres ostenten cargos públicos”, aseveró Menjívar. 

Según detalló, en otras naciones de Sur América ya cuentan con proyectos de ley de paridad que fomentan un 50 – 50 de participación política de mujeres y hombres, pero obviamente llegar a esa democracia paritaria requiere de una sensibilización en los partidos políticos. 

“Es necesario un proceso de sensibilización y educación política, cívica, de qué es lo que implica ser política. (Es decir) yo no necesito, como mujer que se considere que soy una mujer política independiente si formo parte o no, o represento a un partido político; en la forma de hacer política es simple y sencillamente tener una mentalidad de poder generar cambios en mi vida, en mi familia, en la sociedad”, expresa.   

Menjívar, al igual que Siliézar de Acción Ciudadana, externa la necesidad de que las mujeres tengan acceso a fondos para poder participar en los procesos eleccionarios, tal como tienen oportunidad los hombres. 

Igual concuerda en que tener una representación de las mujeres en la Asamblea Legislativa no es garantía de que podrán ejercer libremente su derecho, la obligación y la potestad que como mujeres políticas tienen para poder decidir, proponer, incentivar y desarrollar, porque eso es algo que sigue dependiendo de las direcciones de los partidos políticos.  

Consultada sobre si con la actual configuración del Legislativo hay garantía de que las diputadas vayan a lograr velar por crear más leyes en favor de este sector, respondió que lo ve poco probable, “con el dolor de mi corazón no”. 

La representante de ANDRYSAS aprovechó para recomendar a las mujeres del ámbito político que son víctimas de violencia que no naturalicen esta situación, que lo denuncien abiertamente; y pidió a las instituciones garantes de los derechos de las mujeres que se activen para garantizar que no se produzcan estos casos.  

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