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Susana Joma

VII Estudio de Humor Social y Político… Somos lo que pensamos…

La falta de interés en la política y el poco convencimiento sobre las propuestas de candidatos son parte de las situaciones que influyeron en que más de un salvadoreño desistiera de votar durante las elecciones, según muestra el VII Estudio de Humor Social y Político, titulado “Somos lo que pensamos”. 

Este estudio fue desarrollado por el Centro de Estudios Ciudadanos (CEC), de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), entre el 17 y 21 de abril, mediante entrevistas casa por casa realizadas a 1,233 ciudadanos de zonas urbanas y rurales a nivel nacional. 

Actualmente la economía sigue siendo una fuerte preocupación en los hogares, como indican los resultados de la investigación presentada este 25 de abril. Una situación que anteriores estudios de Humor Social del CEC también lo han señalado. 

En materia política los datos obtenidos evidencian que el 76.8 % de encuestados fue a votar para elegir presidente el 3 de marzo, 23.0 % no lo hizo y 2 % no respondió. Sin embargo, entre los que reportaron no haber votado un 23.5 % lo atribuyó a que “no me interesa la política”, el 6.8 % señaló que “ningún candidato me convenció”, el 24.5 % dijo que “tenía otros compromisos” que atender ese día, el 29,3 % argumentó otras razones y 16 % no respondió o no sabía. 

La situación de apatía fue similar en el proceso eleccionario del 3 de marzo cuando la población tuvo que elegir funcionarios municipales y del Parlamento Centroamericano (Parlacen). En este caso 62.9 % dijo que emitió el sufragio, el 36.7 % dijo que no y 0.4 % no respondió o no sabía. 

Sobre las razones para no votar en marzo, el 2.6 % lo atribuyó “por la mala experiencia del escrutinio de la elección anterior”, 20.9 % sostuvo que “ningún candidato me convence”. Hubo un 26.7 % que priorizó otros compromisos, 24.1 % dijo tener otras razones y 9.8 % dijo no saber o no respondió. 

Del total de población encuestada el 53.4 % confirmó que durante la campaña electoral hubo entrega de recursos por parte del gobierno. Y es que cuando se preguntó si él, algún familiar o amigo recibió paquetes del Programa Presidencial de Apoyo Alimenticio (PPAA) más de la mitad, es decir 53.4 % de entrevistados, respondió afirmativo; 46.2 % dijo que no y 4 % no sabía. 

Como parte del VII Estudio de Humor Social y Político “Somos lo que pensamos…” se exploró además sus creencias religiosas, la situación económica familiar, los alcances que las redes sociales y medios de comunicación tradicionales, como la radio y televisión, tuvieron durante el proceso de elecciones, el conocimiento sobre nuevas tecnologías en tendencia como la Inteligencia Artificial (IA) y la dimensión emocional, entre otros temas. 

El trabajo exploratorio del CEC, unidad del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), muestra que el 58.7 % de los encuestados considera que su situación económica es “regular”, el 21.9 % que está “bien”, 15.4 % la califica como “mala”, mientras 3.6 % subraya que es “excelente” y 0.3 % dice no saber o no respondió. 

No obstante que la mitad de encuestados señala que su economía familiar aún no está en crisis, eso contrasta con las respuestas que dieron cuando se les preguntó sobre aspectos que reflejan mejor su situación económica. El 38.0 % respondió que el costo de la vida se ha elevado; 29.0 % dice que el dinero no alcanza; 10.5 % dijo que necesita un mejor empleo; 7.9 % carece de empleo; 14.1 % dijo estar feliz con su actual empleo y 0.5 % no respondió. 

Al consultarles dónde percibe mayores problemas en cuanto a su situación económica, 38.2 % respondió que en el costo de los alimentos; 15.3 % el costo de los medicamentos; 14.8 % el costo de los servicios; 10 % el costo de la vivienda; 6.3 % en el costo del transporte y derivados; 5.9 % en el costo financiero o bancario; 4.6 % que cada día se suman nuevas necesidades económicas y 4.3 % el costo de la educación. 

El impacto económico se estaría haciendo sentir en ámbitos como el acceso a la educación. Si bien 59.9 % respondió que en su familia no han dejado de estudiar, un 39.4 % reconoció que más de alguien en su hogar se vio forzado a dejar los estudios por cuestión económica. 

Óscar Picardo, director del ICTI, señaló, en una reciente entrevista televisiva, que la “educación siempre es un área vulnerable de la economía. Es decir, vos pagás primero tu casa, tu carro, las tarjetas de crédito bancarios y por último suele quedar la educación, porque es donde hay menos presión fiscal. Es algo que se nota, nosotros lo hemos notado en la matrícula de la universidad que ha estado bajando significativamente y creemos que es la situación económica”. 

La incidencia de lo económico en materia educativa es punto que llama también la atención, debido a que la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples ya ha mostrado con anterioridad que el incremento en el grado de escolaridad de la población salvadoreña avanza muy lento. 

“A inicios de los 90, cuando finalizó el conflicto, estábamos a 3.8 grados, 4.3 grados, siempre en el área rural más bajo, en el área urbana más alto, y en 30 años prácticamente mejoramos 3, casi 4 grados; o sea vamos muy lento y la situación ideal (en que deberíamos estar) es 11 grados de escolaridad”, indicó. 

Según Picardo, el bachillerato es el único nivel educativo que permite un salto de calidad salarial, en cuanto a que se puede acceder a una serie de profesiones en las que hay posibilidades de llegar a ganar más del salario mínimo. 

Según el estudio, los encuestados no se muestran muy optimistas sobre algunas medidas económicas lanzadas por el gobierno, como el caso del Bitcoin. El 37.3 % no cree que este resolverá la situación económica del país, 22.1 % tiene dudas de que sea una solución; 27.5 % no confía en las monedas digitales; 8.3 % considera que ayudará, frente a 4.8 % que no respondió. 

Encuentra más detalles del VII Estudio de Humor Social y Político “Somos lo que pensamos...” en el siguiente documento anexo:

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