Las exigencias de transparencias no se deben er como una molestia, sino como un diálogo: Paul Aguilar de SocialTIC - 12
Rafael Lara Martínez

Rafael Lara Martínez

El Yo (Self) múltiple / Lección náhuat – ch’ortí’ – lenca – cacaopera / Parte IV

Desde 1821-2022, "no queda nada escrito" (LGV) y a la academia no le importa... por ese desdén, "nada, absolutamente nada, se sabe" (SB) "de Chaparrastique", ni siquiera reconocen que "el sol abre su pupila en el Oriente" (MB).

Es obvio que casi nadie escucha al zenzontle, Irra-gualba-yá, Tormenta-que/llora, es decir, quien llora cuando viene la tormenta (MB).

Nota del editor: el trabajo del autor consta de un resumen más seis apartados; dada la amplitud del material, se compartirá a través de cuatro entregas. 

  1. Coda

En resumen, el ensayo analiza cuatro secuencias que de la actividad transcurre hacia la pasividad del Yo (Self).  En primer lugar, refrendado por el náhuat, al comparar el castellano, el francés y el inglés se establece (24). 

(24) Je/I/Ni-/Yo (+) – Moi/Naja (+/-) – Me/Nech- (-). 

En segundo lugar (25), el ch’ortí’ desdobla el punto de transición entre el dinamismo y la estática gracias la distinción aspectual de lo imperfectivo o incompletivo y lo perfectivo o completivo. 

(25) In- (Mi-posesivo/Yo-sujeto transitivo, +) – In- (Yo-incompletivo, +/-) – Ne’n (Yo pronombre independiente, +/-) – -E’n (Yo completivo/predicativo/objeto transitivo, -).

En tercer lugar (26), el lenca certifica esa cuadratura del Yo (Self) y la multiplica al utilizar un doble pronombre independiente.

(26) -(K)On (incompletivo/sujeto, +) – Unani/Uno (independiente, +/-) -U (Mi/Objeto transitivo/Yo completivo/¿predicativo?, -) – U(-) (posesivo/objeto transitivo/negativo, -).

Por último (27), pese a la escasez de datos, es posible sugerir que el cacaopera distingue el Yo (Self) pasado y presente del Yo (Self) del futuro y de la duda.  Así, además de la distinción entre el Yo (Self) incompletivo —en presencia activa— y el Yo (Self) completivo, ausente y pasivo, se visualizaría el futuro como una actividad en el terreno de lo posible.

(27)

-U (futuro/duda, ¿+?) -I (sujeto, +) – Yamiji (+/-) – -Ki (posesivo/negativo, -).   

La hipótesis conclusiva establece una secuencia general de lo activo (+) a lo pasivo (-).  El problema consiste en identificar los puntos intermedios entre ambos extremos.  El análisis establece cuatro oposiciones.  La primera opone el actor (Yo, +), promotor de un proyector futuro (+) al receptor del proyecto terminado (Tú/Te o Me, -): Yo-Futuro (+) vs. Te/Me-Pasado (-).  En la segunda, el Yo (Self) se desdobla del acto a su realización completa: yo lo propongo (+) vs. he propuesto/propuse/ya está hecho (-).  La tercera multiplica el Yo (Self) de su afirmación a realizar un acto a su negativa: yo lo propongo (+) vs. yo no lo propongo/acepto (-).  Por último, se establece una doble correlación del posesivo con ese Yo (Self), que oscila de lo activo (+) —el proyecto de identidad que propongo— a lo pasivo (-), el proyecto de identidad que recibo.   

Dada la exclusión de las lenguas indígenas del canon literario monolingüe y del currículo universitario —la ausencia de una antología multilingüe mínima de la mito-poética y de las filosofías ancestrales—, la noción «la identidad nacional de El Salvador» inventa «mi identidad salvadoreña» según una actitud pasiva (-).  «No soy Yo» quien la proyecta, sino «it’s me» quien la recibe ya hecha y la repito arropada de una novedad en coro.  El pensamiento crítico inculca la inercia, de igual manera que la filosofía salvadoreña elude casi toda referencia a la diversidad lingüística en su propio territorio.  En fin, eso que llaman historia objetiva culmina en los rituales de conmemoración anula a un personaje de prestigio, sin mencionar los idiomas extintos que yacen sepultados en el mismo cementerio.  La personificación de la identidad nacional presupone que las lenguas ancestrales no dejaron ningún legado filosófico.  

***** 

La propuesta consiste en revertir el anhelo de personalizar la identidad nacional en un autor de prestigio, sea cual fuere su filiación política y literaria.  «Nadie es la patria» ni la obra magna de una enciclopedia individual engloba la totalidad de un pueblo.  En su creatividad, la lengua coloquial de un mismo período cambia por región, oficio, jerarquía social, edad, género, etc.   Bajo esta perspectiva de la diversidad, el ensayo sugiere iniciar una hermenéutica de las lenguas indígenas, denegadas por el canon literario monolingüe desde la independencia hasta 2022. No extraña el cuidado por preservar los archivos personales de autores de prestigio, pero los idiomas ancestrales —salvo la revitalización náhuat—, carecen de casi todo apoyo institucional para su estudio y difusión.   

El análisis se concentra en indagar los múltiples términos que nombran al Yo (Self), en su vínculo con la exclusión de las lenguas ancestrales.  Más allá de la descripción gramatical, el objetivo apunta cómo el desdén pedagógico por su filosofía —por el rescate de los idiomas coloquiales—, propicia la formación de un sujeto pasivo, en su negación del pasado y del presente vivo en su diversidad cultural.  El estudiantado ideal se sitúa en el extremo negativo de la síntesis que resumen (24), (25), (26) y (27).  Califica como receptor paciente que niega los legados culturales de la nación.  Esta opción implica censurar las otras actitudes activas que reflexionen sobre esa herencia.  Sin iniciativa de pensarla, las desecha en estorbo de la identidad nacional.   

En oposición a este rechazo —construcción de un sujeto paciente y negativo—, el ensayo propone la necesidad de cuestionarlo, gracias a la reformulación de un Yo (Self) activo.  Debería existir una educación primaria, secundaria y universitaria que incentive un sujeto crítico y activo ante la recepción de esa herencia viva.  Pese a pertenecer a familias distintas, bajo el rubro de la actividad, el ch’ortí’ y el lenca imparten una enseñanza magistral.  Más que el ser pasivo por atributo, el sujeto revela su identidad en virtud de sus actos.  Si como carne, soy carnívoro; si no lo hago, no lo soy; si bebo en exceso soy borracho, de lo contrario, abstemio.   Solo el actuar vigente y reiterado —planto, no desforesto—, define mi calidad de ser humano, perteneciente a un grupo cultural específico.  Eso que llaman Centroamérica —El Salvador incluido—, jamás se reconocerá localizada en el núcleo de ese continente, mientras continúe desterrando las filosofías ancestrales de su territorio.  «Anima ki-en akawátial-a, el alma me duele = alma mía doler-ella/él».    

lan kannaba, donde se pone el sol güin sal naka, donde nace el viento 

X 

mar hikát, donde está el mar lan sal naka, donde nace el sol 

Los puntos cardinales según Baratta 

(King, confirma la relación del norte con el «viento, soror», al igual que Lehman, «üín»; y «mar, sal», para el sur, pero Lehman transcribe «kalán basáma, a la izquierda del Sol», «rük, oriente» y «bãtík, occidente»).

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