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 2706-5421

deshidratación
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Susana Joma

Los riesgos del calor y de la deshidratación

Las olas de calor que afectan al país, con el consiguiente aumento de temperaturas, suponen un nuevo riesgo para la salud. La doctora Sonia Bonilla, presidenta de la Asociación Dermatológica de El Salvador, previo a entrar a vacaciones de Semana Santa, advierte sobre la necesidad de cuidarnos para evitar que, en medio del calor extremo, la vida pueda verse comprometida. 

A esta situación es de ponerle especial atención debido a que, según confirmó el ministro de Medio Ambiente, Fernando López, durante la semana previa a la vacación ya se han dado temperaturas superiores a los 40 grados en algunos puntos del territorio. El 21 de marzo, en la estación Guija, Metapán, se tuvo un récord de 41.1 grados, y en otros sitios que usualmente son frescos se han tenido temperaturas arriba de 30 grados. 

En una entrevista con Disruptiva Media, Bonilla explicó que nuestro organismo siempre trata de mantener la temperatura corporal óptima, por ello, cuando hay elevación significativa de la temperatura ambiente, activa mecanismos para enfriar el cuerpo, por ejemplo, empezamos a sudar profusamente, respirar un poquito más rápido, y si el calor sigue incrementando puede haber otros cambios que complican nuestra salud, es el caso que el corazón empieza a latir más rápido y se experimentar fatiga. 

Bonilla, quien es graduada de la Universidad de Guadalajara y tiene especialidad en dermatología clínica y estética, detalla que en medio de ese proceso el cuerpo, al perder líquidos, tiende a deshidratarse, algo que se acelera cuando estamos expuestos al sol de forma prolongada y a las horas en que los rayos son más fuertes. 

¿A cuánto tiempo de estar expuesto el calor, o al sol, empieza nuestro cuerpo a deshidratarse? «Yo creo que aquí más que tiempo tendríamos que ver en qué condiciones, o en qué momento del día. No es lo mismo que yo esté expuesta al sol diez minutos, por ejemplo, entre las 7 y 8 de la mañana, a que esté expuesta al sol diez minutos a las 12 del mediodía cuando el sol está más intenso. 

La dermatóloga subraya que cuando el cuerpo está deshidratado muestra algunos cambios, da algunas señales, sobre las que tenemos que estar alertas y atender. 

“La sensación de sed sí sería un signo muy propio de nuestro organismo de que estarnos solicitando agua. El sentir la boca muy seca muy pegajosa, también puede ser un signo de deshidratación. Que estemos orinando muy pocas veces, o en muy poca cantidad, o que) una orina que sea muy concentrada, de un color muy intenso, pueden ser signos de deshidratación. Hay otras (señales) más graves como que se nos vean los ojitos hundidos”, detalla. 

¿Qué hacer cuando se está deshidratado? Sostiene que “definitivamente nuestro principal objetivo sería hidratarnos; tenemos que buscar consumir ya sea agua, suero oral, una bebida deportiva, pero es importante hacerlo despacio; no nos vamos a tomar la botella de un solo si estamos deshidratados porque eso nos puede provocar una reacción como vomitar y eso nos va a deshidratar más; tenemos que tomar agua en pequeños sorbos y quitarnos de esa situación ambiental que nos haya provocado, por ejemplo, nos vamos a retirar del sol, vamos a tratar de ir a un lugar más fresco, pero si hay casos muy severos ya requiere llevarlo al hospital, que haya una hidratación por medio de la vena”. 

La presidenta de la Asociación Dermatológica de El Salvador afirma que, en general, todos deberíamos tratar de consumir tres litros, o 8 vasos de agua durante el día, distribuir la ingesta del agua para que no nos haga sentir mal, embotados. 

Ante la pregunta de si es recomendable tomar bebidas comerciales rehidratantes ella responde que “quizás en nuestro día a día, un día regular, puede que no sea necesario, que el agua sea suficiente para rehidratarnos, pero por ejemplo va a ser un día que nosotros sabemos que vamos a estar mucho tiempo expuesto al sol, o un día que requiera mucha actividad física, al aire libre, tal vez podría ser bueno llevarnos una bebida de este tipo para ayudarnos a rehidratarnos de una forma más fácil”. 

Agrega que tampoco deberíamos de abusar de estas bebidas, porque contienen electrolitos y un exceso de estos puede también ser contraproducente: “Una o dos botellitas al día, dependiendo nuestra actividad diaria, podría ser, pero de preferencia siempre lo mejor es agua.   

¿Puede la deshidratación dejar daños a corto o largo plazo en el en el cuerpo? La doctora Bonilla expuso que sí, que la deshidratación puede llegar a ser algo muy grave, esto ocurrirá si no actuamos ante los síntomas que el cuerpo presenta, es decir esa sensación de sed, la frecuencia cardíaca elevada, incluso la demanda de reducir su actividad para ahorrar el agua que tiene disponible. “Si no nos quitan de esa situación de deshidratación puede llegarse a producir una falla multiorgánica, e inclusive de la muerte algo que es importante que lo tratemos si se presenta”.    

¿Cuál es el área órgano del cuerpo que puede resultar más dañado o afectado cuando una exposición excesiva a los rayos del sol? “Bueno el órgano que definitivamente está en primera línea y el que recibe directamente al Sol es nuestra piel; la piel es la que más puede dañarse por la exposición excesiva al sol”, señala. 

Como parte del impacto de los rayos ultravioletas del sol a nuestra piel enumera, entre otros las quemaduras de primer grado que son evidentes cuando está se torna roja; quemaduras de segundo grado que es cuando se generan ampollas, y a largo plazo aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel. 

¿Cómo se puede prevenir que la piel se deteriore? Según Bonilla, para evitar que nuestra piel se dañe a causa de los rayos solares, es muy importante protegerse aplicando protector solar en el cuerpo. “Esos que son como muy blanquitos, funcionan como pantalla; y hay otros que nos dan una protección como química ante el sol; pero además del protector solar podemos usar barreras físicas, por ejemplo, un sombrero, o una cachucha, una sombrilla, ropa que nos cubra las partes expuestas al sol”.  

Algo que las personas deben considerar, según la dermatóloga, es que el protector solar no dura todo el día. “Es muy importante reaplicarlo, digamos en un día normal, al menos cada cuatro horas, pero en días de playa, que nos metimos a la piscina, o hemos sudado en exceso, hay que hacerlo más frecuente, puede ser cada hora, cada dos horas; o cuando me puse el protector solar, me metí al agua, a los treinta minutos siempre me lo tengo que volver a reaplicar». 

Además, los protectores solares hay que utilizarlos, idealmente, unos 15 a 20 minutos antes de exponernos al sol. Según recomienda, se deben usar los que tienen factor de protección de 30 para arriba, pero aclara que la eficiencia de estos productos no depende tanto del factor que tengan sino del que se reapliquen. 

Otra de las recomendaciones en las que insiste es que nos cuidemos de exponernos al sol entre las nueve de la mañana y las cuatro de la tarde, también extremar cuidados con bebés, niños pequeños y adultos mayores sobre todo si tienen algún problema de salud. 

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