Neurociencia del consumidor
La neurociencia del consumidor o neuromarketing es una disciplina emergente cuyo objetivo es aplicar métodos de investigación neurológica para explorar problemas relevantes del mundo del marketing
La neurociencia del consumidor o neuromarketing es una disciplina emergente cuyo objetivo es aplicar métodos de investigación neurológica para explorar problemas relevantes del mundo del marketing
La investigación contemporánea en el campo de la psicología ya no puede prescindir de informática y neurociencias, dos pilares decisivos
Tan simple y tan complejo; no vemos a nuestro cerebro, solo sabemos que está ahí dentro del cráneo, dirigiendo toda la orquesta de nuestra vida, creando lo mejor y lo peor, con precisión y errores, amando y odiando, calculando y olvidando, creando y destruyendo.
Deudas, estrés laboral o postraumático, duelo, venganza, crisis familiares, adolescencia, pequeños conflictos sentimentales, celos, etcétera, son situaciones propensas para que la “astilla” desencadene decisiones equivocadas.
Este artículo no trata sobre la Constitución “Pastor Æternus” ni sobre la definición de la Infalibilidad Pontificia o papal; sino sobre otro problema más profundo y político relacionado con las dictaduras y sus tiranos; algo de cultura general…
El fanatismo (religioso, obsesivo, político) es el apasionamiento o actividad que se manifiesta con pasión exagerada, desmedida, irracional y tenaz; es un tipo de fundamentalismo, en dónde se suprime la consciencia de individualidad y se proyecta la adhesión a otro.
La plasticidad cerebral es una capacidad que posee el cerebro para cambiar su estructura y su funcionamiento de manera permanente, como reacción a la diversidad del entorno y a los procesos de aprendizaje.
El cerebro no depende de los sentidos ni necesita entradas sensoriales para funcionar, sino que los utiliza para apropiarse del mundo exterior. La actividad cerebral es una metáfora de todo lo que le rodea interna y externamente.
Luego de haber leído la parte I, seguimos avanzando en la arquitectura del cerebro y pasamos a fases más profundas y densas del análisis, para comprender mejor cómo aprendemos los seres humanos.
Siempre he creído que un docente, del nivel que sea, por razones eminentemente profesionales, tiene la responsabilidad de conocer y comprender los elementos esenciales del funcionamiento del cerebro y la lógica del aprendizaje. No basta un curso superficial sobre psicopedagogía, y estudiar los modelos conductistas o constructivistas; la tarea es más profunda por la grave responsabilidad que posee de educar.